FRACASO DEL CONSTITUCIONALISMO EN COLOMBIA.

El fracaso del constitucionalismo en Colombia

A partir de la lectura “El éxito del constitucionalismo en Estados Unidos y su fracaso en América Latina: una explicación”, el objetivo de este ensayo es establecer un breve análisis comparativo entre las diversas características constitucionales del fracaso en América Latina y la realidad constitucional de Colombia. 

En primer lugar, es necesario desarrollar el concepto de Estado de Derecho desde su origen, para posteriormente mencionar las razones que han hecho que el constitucionalismo en Estados Unidos funcione de manera exitosa y entender a su vez, los argumentos del autor respecto del fracaso latinoamericano y finalmente relacionar lo anterior, con el contexto social colombiano a través del tiempo.

Como consecuencia de la crisis del sistema monárquico, surgió la necesidad de garantizar  la integridad de los individuos, dando paso a la consagración de Derechos, la cual buscaba la forma de limitar el marco de una sola voluntad autoritaria proveniente de la monarquía. Los privilegios, las desigualdades y arbitrariedades se ven derrumbadas una vez expedida la declaración de Derechos del Hombre y Ciudadano en el año 1789, apoyada por la doctrina iusnaturalista. Posteriormente esta va ser protegida y reconocida por el Estado. Debemos tener presente art 16^[1] (Declaración de Derechos del Hombre y del ciudadano)y del ciudadano que consagra los pilares fundamentales en los que se va basar el Estado de Derecho. La nueva noción de  principio de soberanía nacional, ahora reposa en la totalidad del cuerpo social llamado nación^[2].  Además la nueva organización y actuación de las personas  quienes se faculten con la  titularidad del poder público, ligado a la idea  la separación de poderes, respaldada por Montesquieu,  debe ir acorde a lo consagrado y establecido anteriormente. Es así como se establece la ley,  como respaldo y un verdadero limitante a todas las actuaciones de los representantes que se encuentran en la organización del Estado. Esta legalidad, o denominada el principio de legalidad desato en Norteamérica, en manera de ejemplo, un Derecho superior el cual no podrá ser desconocido y al que las colonias acudían para perpetuar sus deseos de libertad e independencia. La constitución de Estados unidos de América en 1787 caracterizada por ser una carta escrita, soberana, garantizadora de derechos, estableciendo separación de poderes, y además esta como producto de la voluntad general; consolidándose la “supremacía de la Constitución”, un instrumento idóneo legitimado por cada ciudadano que hace parte  integradora de la sociedad.

Respecto a  lo anterior, la división de poderes fue un contrapeso al manejo de las actuaciones del Estado. La división en tres estamentos de la organización, con el objetivo de no concentrar en un sólo poder todos los campos de la estructura del Estado, esto genera el cumplimiento de las prerrogativas y sus límites como los principios consagrados en la constitución y dando prelación al principio de legalidad. En la concepción norteamericana, la separación de poderes constituye un principio flexible, que busca ante todo evitar el despotismo en el ejercicio del poder^[3], con el objetivo de colaborar entre sí los poderes para la realización de los fines esenciales del Estado.  

Como lo establece el autor en la lectura:  “El pueblo de los Estados Unidos, respecto a su Constitución,  la ha visto como un símbolo de unidad política y nacional y como la encarnación  de valores fundamentales4”, a pesar de que esta carta sólo contenga siete artículos, ha permanecido por más de doscientos años,  sin mayores modificaciones a la misma.

Hay que afirmar que los ciudadanos Estadounidenses ven en su Constitución, una garantía base, siendo esta acatada por cada uno de los integrantes pertenecientes en su sociedad, respetando así el principio fundamental que surge en el estado de Derecho, y siendo de gran importancia para el desenvolvimiento del Estado y de sus ciudadanos.  

El principio de legalidad es un limitante y a la vez una prerrogativa que tiene cada Estado, para que se cumpla de manera inmediata los diferentes postulados y principios consagrados; las constituciones facultan  a las autoridades  de gobernar de una manera eficiente y además de igual manera, limitan ese poder  en virtud de la protección de las libertades individuales. La idea de seguir al pie de la letra estos postulados, con el objetivo de que no se materialice “una Constitución de Papel”, caracterizada por no ajustarse a las diferentes realidades, y a no garantizar los diferentes derechos, que a la final son de suma importancia en un Estado Constitucional.

El caso Marbury vs Madison, un gran hito para el constitucionalismo, donde la corte suprema de Estado Unidos, establece y afirma la supremacía de la constitución frente a la ley, y será aplicada e interpretada como la norma superior del ordenamiento jurídico. Los jueces  deben interpretarla y deben ir acorde a ella en cada caso controvertido, cumpliendo el principio de legalidad hablado anteriormente.  Todo eso a la luz de la tradición del Common Law, que ha sido de gran importancia para la evidente victoria del constitucionalismo americano.

Sin embargo, a diferencia de Estados Unidos, la experiencia latinoamericana y específicamente en Colombia, tiende a tener fallas al momento de aplicar la Carta Constitucional, a las diferentes circunstancias día a día en el país. Existen diferentes causas que motivan a definir a Colombia en principio como país moldeado según una  “Constitución de Papel”.

 Siguiendo lo establecido por el autor Keith S. Rosenn, podemos determinar que el grado de inestabilidad de la Carta colombiana a  lo largo de su desarrollo específicamente a sus cambios desde la Revolución de Independencia,  hasta la actual Carta de 1991.  Un ejemplo claro de inestabilidad constitucional fue la Constitución Política de la Nueva Granada, que consagró un Gobierno republicano, popular y representativo, posteriormente de la dictadura del decreto orgánico de 1828. Esta Constitución consisto en la debilidad del ejecutivo, la fragilidad de las instituciones y las diferentes luchas de los partidos, que de igual forma condujeron a otro proyecto de reforma once años más tarde a una constitución denominada “monárquica”, atribuyéndole al ejecutivo poder discrecional para superar las situaciones de anormalidad5.^[4]  

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