Hambre y sed.

HAMBRE

Se determina hambre al proceso fisiológico y psicológico que estimula al organismo a la ingesta de alimentos, con la finalidad de adquirir nutrientes, el cual se presenta cuando hay un bajo nivel de nutrientes ,péptidos, grasas vitaminas y glucosa.

Esta conducta se encuentra regulada por el hipotálamo lateral, el cual estimula al nervio vago cuya respuesta fisiológica es estimular la ingestión de alimentos, el organismo tiene la capacidad de distinguir cuando esto ocurre pues se producen señales de orden fisiológico como la salivación excesiva, el aumento del sentido del olfato, la liberación de hormonas como la hipoglucemia, la adrenalina, leptina y la tirotropina entre otras; además se inician los movimientos intestinales y se ajusta el flujo de sangre al intestino grueso y delgado y los esfínteres situados en la boca del estómago se dilatan y contraen de manera que podemos sentir la sensación de hambre.

Se suele en ocasiones confundir el hambre con el apetito, el hambre: es la necesidad de ingerir algún tipo de alimento no especifico, para regular la cantidad de glucosa y nutrientes en el organismo, ese es de orden indispensable; el apetito por otra parte; se da de manera más selectiva y la ingesta de alimentos no es indispensable, se puede tratar solo de ingerir algún tipo de azucares o alimentos en concreto, cuando se inicia la ingesta de alimentos el hambre va disminuyendo de manera paulatina ya que los niveles de leptina descienden a pesar de que se ha cubierto esta necesidad nuestro deseo de alimento no se contenta solo con el hecho de consumir energía o nutrientes sino que además tenemos la capacidad de seleccionar específicamente que queremos ingerir independientemente de su aporte calórico al organismo (apetito o hambre selectiva).

¿Qué inicia una comida?

Es una pregunta que conlleva una compleja respuesta, pues no es claro que es lo que genera la ingesta de alimentos; sin embargo se consideran algunos elementos importantes, los fisiológicos, ya anteriormente mencionados, los factores sociales y ambientales, la selección de la dieta y el agotamiento de nutrientes.

a) Factores sociales y ambientales:

Generalmente se cree que se realiza la ingesta de alimentos por los factores fisiológicos, sin embargo también influyen los actores del ambiente o los hábitos.

Los estímulos del ambiente pueden incluir un reloj que indica que es la hora de comer, tener a la vista un plato de comida, el olor de algún alimento o la presencia de otras personas.

Una de las variables más importantes anteriormente mencionada que afecta el apetito es el horario de la comida, pues hay una tendencia a tomar los alimentos en determinada hora; esta costumbre dificulta que las personas ajusten su tiempo de comidas, como en el caso de los animales; por el contrario se ajustan a el tamaño de la comida; es decir si la comida anterior fue abundante, se tiende a comer menos en la siguiente comida.

b) La selección de la dieta:

Los seres humanos al ser omnívoros al contrario de otras especies requieren de varios alimentos para obtener los nutrientes que necesitan, pues si se consumiera un solo tipo de alimento ocurriría una Saciedad sensorial específica, este fenómeno se demostró por Le Magnen dando como conclusión que a raíz de la saciedad sensorial especifica fomentamos el consumo de una dieta variada.

Igualmente desarrollamos como mecanismo de defensa hacia a algunos alimentos la aversión condicionada al sabor, sin embargo en ocasiones ocurren por error, por ejemplo los pacientes de cáncer que reciben quimioterapia tienden a tener nauseas durante el tratamiento, sensación que pueden condicionar hacia los alimentos que ingieren durante el tratamiento; sin embargo la función de este es un mecanismo de defensa contra sustancias toxicas para el organismo.

Por tanto los omnívoros están dotados con determinadas tendencias innatas y la capacidad de aprender de la experiencia con alimentos específicos; permitiéndole obtener los nutrientes necesarios de una enorme variedad de alimentos al tiempo que evitan los que pudieran ser dañinos.

c) Agotamiento de nutrientes:

La motivación para comer también puede ser estimulada por factores metabólicos; pues entre más tiempo transcurra entre una comida y otra el organismo sentirá mayor necesidad de ingesta, debido a las señales fisiológicas de perdida de nutrientes en la reserva a largo plazo.

La mayoría de los investigadores sugieren que la señal fisiológica que indica estimula el hambre es una baja en el nivel de los combustibles metabólicos de que disponen las células.

Se sugiere que la señal se origina de acuerdo al nivel de glucosa en la sangre, pues es el principal combustible en la fase de absorción en el metabolismo, entonces una baja en sus niveles provocara la fase de ayuno en el metabolismo; a esta hipótesis se le conoce como hipótesis glucostática.

Saciedad

Al contrario del hambre se encuentra la saciedad; esta se encuentra regulada por el hipotálamo ventromedial, el nervio vago envía información acerca de la distensión de las paredes del estómago al cerebro. Los nervios esplánicos envían información al cerebro sobre la calidad del contenido nutriente del estómago. De esta manera, el estómago detecta la ingesta de grasas y otros nutrientes; la distención del duodeno también produce una sensación de saciedad. Además, este excreta la colecistokinina una hormona que regula la sensación de hambre; también dentro de los inhibidores del apetito se encuentran las hormonas como; la colesistoquinina, enteroglucagon, neurotensina y el peptido vasoactivo intestinal. Estas son capaces de aliviar los estímulos enviados por el hipotálamo lateral causándonos así la sensación de saciedad.

TRASTORNOS ALIMENTICIOS

Por lo general, los desórdenes alimenticios incluyen la presencia de pensamientos y sentimientos negativos y de autocrítica sobre el peso corporal y sobre la comida y de hábitos alimentarios que interfieren en el funcionamiento normal del cuerpo y las actividades cotidianas.

A pesar de que los desórdenes alimenticios son más frecuentes en las chicas, también pueden afectar a los chicos. En EE.UU., son tan frecuentes que 1 o 2 de cada 100 niños sufren un trastorno de este tipo, generalmente la anorexia o la bulimia. Lamentablemente,

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