Informe de lectura (COE ingreso untref).

Informe de lectura

Romano, Vicente. “Medios de comunicación y control” (22 de febrero de 2006). En Rebelión. Disponible en http://www.rebelion.org/noticia.php?ID=27193.

Vicente Romano (1935-2014). Nació en Alamillo (España),  fue licenciado y doctor en ciencias de la información por la complutense de Madrid y doctor en comunicación social cum laude por la universidad de Munster. Autor de 15 libros en solitario y 11 en colaboración, además de trece capítulos de obras colectivas, 21 prólogos e introducciones, 130 artículos en revistas españolas y extranjeras, junto con más de 100  conferencias y ponencias en congresos y seminarios nacionales e internacionales.

“Medios de comunicación y control” es una nota de opinión sobre la influencia de los medios en el inconsciente colectivo el mundo actual. Compete al ámbito, psicológico, social y periodístico. Emplea un marco histórico y pretende aportar a los campos social y periodístico. Su propósito es exponer el rol de los medios (instituciones políticas, religiosas y educativas) como contribuyentes de una ideología que transforma los intereses del capitalismo en intereses generales de la sociedad. Se plantea si el control de los medios, del intercambio de información y sentimientos colabora de forma eficaz a legitimar el poder de las clases dominantes.  El autor replica que el  trato cotidiano con los medios y sus contenidos influye directamente a la comunidad en sus hábitos, en la forma de pensar, leer, oír y ver, así como también en la de consumir y comunicarse.

Para validar su conjetura Romano cita a los historiadores Michael Parenti quien sostiene lo siguiente: “Para asegurar su hegemonía como capitanes de la industria y de los negocios, los ricos han aspirado siempre a convertirse en ‘capitanes de la conciencia’. Los ejemplos son numerosos a lo largo de los siglos XIX y XX. Desde Lord Nordcliffe o Hearst hasta Axel Springer, Kirch, Berlusconi o Murdoch”. Y a Wells quien dice: "los padres de América pensaron también que sólo tenían que dejar la prensa libre y cada cual viviría en la luz. No se dieron cuenta de que una prensa libre podía convertirse en una especie de venalidad constitucional debido a sus relaciones con los anunciantes, y de que los grandes propietarios de periódicos podían convertirse en bucaneros de opinión y en insensatos demoledores de los buenos comienzos." Además hace referencia a la declaración del pensador John Locke: "el gobierno fue creado para protección de la propiedad". A la de Adam Smith quien afirmaba que "la autoridad civil se instituyó en realidad para defensa de los ricos contra los pobres, o de los que tienen alguna propiedad contra los que no tienen ninguna".

El licenciado español sostiene que los diseñadores y promotores de esta cultura consumista dedican cantidades descomunales de energías y dinero al estudio de la influencia y condicionamiento de las conciencias a través de los medios. El análisis de esta actividad revela que a través de ella se pretende crear el tipo de ser humano más conveniente para el sistema capitalista de producción y consumo. El objetivo ideal sería convertir a todos en apéndices del mercado. Los capitanes de industria en un principio se preocupaban de que la vida cultural coincida con sus objetivos económicos y políticos, trataban de imponer y administrar la disciplina laboral de la fábrica, e inculcar actitudes, lealtades y comportamientos adecuados a esos objetivos. Luego advirtieron que era más económico influenciar al inconsciente colectivo utilizando a los medios en lugar de mantener un costoso cuerpo de represión.

El autor infiere que la historia demuestra que la clase pudiente nunca está sola. Se arropa con la bandera de la religión, el patriotismo y el bienestar público. La elite sólo reconoce y proclama como bueno para todos lo que es bueno para ella. Para preservar el sistema que les conviene, los ricos y poderosos invierten mucho en la persuasión. El control de la comunicación, del intercambio de informaciones y sentimientos, contribuye de modo eficaz a legitimar el poder de la clase propietaria. Las instituciones políticas, religiosas y educativas contribuyen a crear la ideología que transforma el interés de la clase capitalista dominante en interés general, justificando las relaciones de clase existentes como las únicas que son naturales y, por tanto, perpetuas e inalterables.

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