Jorge Bucay

Jorge Bucay

Entre historia e historia, Jorge Bucay - terapeuta argentino y “ayudador profesional”, como él se describe – nos adentra hacia el conocimiento de nuestro yo interno, a través del primero de cuatro libros que forman parte de una colección denominada “Hojas de Ruta”.

En este primer número “el camino de la autodependencia”, el autor habla del camino, más bien de los caminos, que cada ser humano debe seguir para llegar a su destino final, cualesquiera que sea: felicidad, autorrealización, elevación, iluminación, “darse cuenta”, paz, éxito, cima o simplemente final. Lo importante, indica, es identificar las maneras y las formas en las que podemos caer o tropezar, muchas veces sin estar conscientes de ellas, lo que provoca que nos desviemos de la ruta establecida.

La pretensión es que, por medio de los apuntes que otros han dejado en el camino, tracemos la ruta de nuestro propio camino. Si es que somos hábiles para reflexionar sobre la experiencia adquirida, y empleamos nuestro sentido común, podremos avanzar con los menores contratiempos posibles, incluso, como bien se menciona hallar atajos. Pero si somos de los que nos perdemos con facilidad, se propone reconsiderar la esencia del contenido –las hojas- para así retomar la ruta (de ahí el nombre de la colección) y además de retroalimentarla y compartirla con los de nuestro alrededor, para continuar hacia la cima.

Utilizando como herramientas cuentos cortos o historias pequeñas, que han sido escritas con las diversas formas de expresión de la comunicación, Bucay expone acontecimientos de la vida cotidiana, que una vez analizados, evidencian las diversas situaciones de dependencia (co-dependencia, in-dependencia, inter-dependencia y finalmente dependencia), a las que estamos acostumbrados, ya sea de forma consciente o inconsciente. La finalidad es que identifiquemos, forma real y contundente, la causa y consecuencia de cada una, para después llevar a cabo una reflexión sobre cómo podríamos modificar dicha conducta que nos está afectando.

Consideremos lo siguiente: en el cuento “la alegoría del carruaje”, se emplea una descripción mezcla de prosopografía y etopeya, sobre la realidad de las herramientas con las que fuimos dotados para llevar a cabo un viaje en el que el objetivo principal es: vivir una vida plena. Para ello será necesario encontrar los elementos que nos permitan mantener el control y el equilibrio sobre dichas herramientas para finalizar el trayecto. Las herramientas con las que contamos son: carruaje-cuerpo, caballos-deseos e intelecto-cochero. Si mantenemos un cuidado adecuada de la primera, que es el vehículo que nos soportará durante la trayectoria, estaremos en condiciones de avanzar, pero no debemos descuidar el equilibrio entre las dos siguientes: los deseos –pasiones y necesidades- nos impulsarán para obtener cada cosa que querramos, pero la tercera, el intelecto, es el que nos permitirá mantener bajo control el ímpetu de los caballos, es decir, llevarlos a buen ritmo y dosificar su intensidad, para no perder el equilibrio inicial, y sobre todo la armonía que necesitamos para llegar a la meta.

A lo largo del libro encontramos conceptos de diversa índole, que se manejan en un lenguaje coloquial, siempre acompañados del

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