LA HIPOTESIS DE LA RENTA PERMANENTE

La “renta permanente” y el “consumo permanente” desempeñan un papel importante en el análisis teórico, ya que no son vistas individualmente por ninguna unidad de consumo. Para poder emplear un análisis para la interpretación de los datos empíricos tiene que establecerse alguna similitud entre lo teórico (ex ante) y lo observado (ex post).

La mejor manera para realizar lo anterior, es la construcción de estimaciones para la renta permanente y el consumo permanente, corrigiendo los defectos más obvios de ingreso y gasto, y tratar la magnitud ex post corregida como un ex ante deseada. Los costes de obtención de la renta ganada durante un determinado periodo de tiempo, se reducen de los ingresos de dinero correspondientes al mismo periodo de tiempo; para las partidas de la renta, “la contabilidad de caja puede ser sustituida por formulas acumulativas; los gastos de bienes de consumo duraderos pueden considerarse como gastos en capital e incluirse como consumo sólo el valor imputado de los servicios prestados por aquellos; y así sucesivamente” . Lo anterior reduce las estimaciones estadísticas y las construcciones teóricas, lo que los hace muy deseable. Las magnitudes resultantes aun después de extenderlas al máximo no son compatibles con la ecuación CP=K(i,w,u)YP = K( i, w, u) i W, donde w representa la proporción entre riqueza no humana y renta permanente: este consumo resulta ser una fracción de la renta, menor para las rentas altas que para las altas.

Debido a lo anterior, se recurren a medios indirectos para establecer una comunicación entre lo teórico y lo observado. Uno de estos medios es utilizar los datos de años anteriores, para interpretar las unidades de consumo. Esta idea es básicamente para interpretar las manifestaciones observables de las construcciones teóricas que no son observables directamente.

Asumiendo por Y a la renta; YP como componente permanente y YT como un componente transitorio, entonces, Y= YP + YT, donde el componente permanente se interpreta en el sentido de los factores que determinan el valor del capital o la riqueza. El transitorio ha de reflejar todos los demás factores, que son considerados como accidentales o causados por la unidad afectada.

Para cualquier unidad de consumo, lo componentes transitorios tiende a promediarse, de tal forma que son los responsables de las divergencias entre la renta permanente y la registrada. Aunque no todos los componentes transitorios se comportan de esa manera, algunos pueden ser muy comunes en determinados grupos. C = CP + CT, aquí vemos analógicamente que el gasto es igual a la sumatoria entre los componentes permanentes y los componentes transitorios, estos últimos son determinadas unidades consumidoras.

Es atractivo pero erróneo suponer que CP son valores fijos medios y que CT es la diferencia de ello con los valores registrados, por dos razones. La primera, es que no hay razón para suponer que los CT sean promediados a cero durante toda su existencia, La segunda, pero la más importante, es la no necesidad de decidir cuando un componente es “permanente”.

De acuerdo a las comprobaciones de Friedman, la hipótesis de la renta permanente permite explicar las observaciones de las series de consumo y ahorro en relación con la renta y resiste a las pruebas que implica una aplicación empírica.

Friedman plantea un campo en el que la aceptación de la hipótesis de la renta permanente conlleva importante implicaciones en el accionar de la política económica. En el campo del desarrollo se dice que una renta baja conlleva una proporción de ahorro baja y que los habitantes de países subdesarrollados evidencian en su consumo un efecto emulación del consumo de países con renta más elevada. La hipótesis de la renta permanente elimina estos supuestos ya que plantea que el ahorro no depende de la renta sino únicamente del componente transitorio de

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