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Lo institucional y lo didáctico

GABAEDITH4 de Junio de 2014

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Lo institucional y lo didáctico

Ángel Díaz Barriga

La elaboración y ejecución de planes y programas de estudio es un conflicto actual de las instituciones educativas, especialmente en la educación superior.

La educación formal pudo ser organizada al solidificarse los Estados nacionales dejando de ser el privilegio de los grupos que podían adquirirla o promoverla, para convertirse en un derecho de los ciudadanos que garantiza el Estado nacional al asumir la responsabilidad de la educación como un bien público.

Las leyes que establecieron la obligatoriedad y gratuidad de la educación pública surgieron en el siglo pasado. También la organización del sistema educativo, como se conoce hoy a nivel internacional se realiza en el siglo XIX.

El surgimiento de la concepción pragmática.

El eje de la relación pedagógica se modificó en este siglo drásticamente. Educar para el empleo se convirtió en la finalidad central de la educación. La acción educativa estuvo dirigida a la gestación de una pedagogía industrial, con carácter unidimensional y que podríamos definir como una pedagogía pragmática o científica.

La pedagogía pragmática aunque se manifestaba abierta a múltiples valores respecto de la educación, en los hechos fue imponiendo la perspectiva del empleo como eje central de la tarea educativa. Se puede afirmar que fue el caldo de cultivo para la gestación de un pensamiento pedagógico tecnocrático centro del pensamiento dominante gestado en los EE.UU. y difundido en América Latina bajo el rubro de pedagogía científica.

A través de los planes y programas de estudio se buscó establecer un tipo de contenido y de práctica educativa que tendiera a lo unitario. La finalidad de la educación quedó reducida a "lograr ciertas metas comporta mentales".

Esta visión origina una serie de conflictos en las instituciones educativas.

Responde a un intento por despojar al docente de la dimensión intelectual de su trabajo. La dimensión de mero ejecutante de propuestas implica elementos de alienación de la práctica docente y del propio docente como persona. En cambio, las propuestas educativas que proceden del liberalismo y del racionalismo consideran al docente como un intelectual que convoca a un saber, y cuya tarea es estimular ese deseo de saber.

La noción de " programas de estudio"

La concepción que existe en nuestros días sobre planes y programas de estudio es propia del siglo XX.

Gestadas en el contexto de la pedagogía estadounidense las técnicas y la estructura de estos instrumentos se encuentran configuradas en el ensayo de John Dewey, El niño y el programa escolar ( 1902), en el libro de Franklin Bobbit, The curriculum ( 1918) y, posteriormente, en la "Declaración del Comité de la Sociedad Nacional para el Estudio de la Educación" ( 1926) presentada bajo el título de El nuevo programa escolar.

Por esto, considera Díaz Barriga un error atribuir a las pedagogías anteriores al momento que describimos la noción programas de estudio.

En el siglo XVII, Comenio utiliza el término Plan de estudios para establecer, como un señalamiento amplio, el conjunto de temas a trabajar en el sistema escolar. En este sentido, es un error sostener que en la escuela tradicional "el profesor recibe ya hechos los programas, que hacerlos es responsabilidad que no le compete… Entendemos que en lo que se puede denominar "la escuela tradicional"(siglo XVII a XIX), los planes de estudio son considerados desde la didáctica como una propuesta de temas muy amplios a desarrollar en el transcurso de una etapa académica. En cuanto a la noción de programas de estudio, concluimos que no existe, en este momento, en parte porque las grandes reflexiones acerca de la Didáctica se dan antes de que se conformen las sistemas educativos y se establezcan las leyes sobre la obligatoriedad de la enseñanza, y, en parte, porque desde este pensamiento didáctico se establece la función intelectual del docente como una función insustituible.

De hecho, el modelo didáctico que existió antes de la conformación de la escuela tradicional es del profesor que convoca a la relación pedagógica a partir de su saber. El alumno asiste a clase a partir del deseo de saber que provoca la intelectualidad docente. Este modelo lo encontramos, por ej., en la relación de Sócrates con sus discípulos en la Grecia antigua.

La conformación del sistema educativo promediando el siglo XIX impuso otras exigencias a la pedagogía lo que llevó a desarrollar una concepción cada vez más burocrática de la enseñanza. Esto explica la aparición de la calificación y posteriormente de los programas de estudios. En el caso de la calificación, un profesor de la Universidad de Oxford en 1840 se quejaba de que los estudiantes y los docentes a raíz de ella, habían perdido el placer de aprender y enseñar respectivamente.

La pedagogía de control y los objetivos conductuales.

Frente a una pedagogía centrada en la intelectualidad del docente, se fue gestando una concepción educativa de corte burocrático-administrativo centrada en la supervisión y en el control de lo que realizan docentes y estudiantes. La búsqueda del orden devino en una pedagogía del control de inspiración administrativa que se inscribe sustantivamente en el taylorismo propio de la industrialización estadounidense.

En la elaboración de planes y programas de estudios los principios que impactaron básicamente fueron: l) la división técnica del trabajo a partir de la segmentación del mismo; 2) establecimiento de jerarquías para el funcionamiento del sistema, y 3) control de tiempos y movimientos.

Los dos primeros principios se concretan en el establecimiento de especialistas para la elaboración de planes y programas, y en la segmentación de la propia Tarea Docente. Ésta deja de ser una actividad integrada para subsumirse en una multitud de especialistas que se abocan a diversas partes de la misma: unos hacen la programación, otros diseñan los sistemas de acreditación y a los docentes les compete cumplir con las rutinas del programa.

El problema de la jerarquía es básico para determinar quién hace el plan y el programa, quién lo aprueba y a quién compete ejecutarlo.

El control de tiempos y movimientos- clave en la eficiencia administrativa- se tradujo a los planes y programas , expresados en cantidad de conductas adquiridas por los alumnos. Se estableció, de este modo, el concepto de objetivo conductual, que deformó el problema de los fines y metas de la educación.

Desde principios de siglo, varios psicólogos construyeron objetivos conductuales para las diversas materias. Taylor establecía que "el hombre es un haragán, a menos que se lo vigile". Esta concepción de control se traducirá en las medidas para supervisar el cumplimiento de los programas.

Se ha intentado mostrar la génesis de la perspectiva actual de planes y programas de estudio y su vinculación con el proceso de industrialización estadounidense. Al poner el énfasis en los aspectos administrativos, esta perspectiva orilla la dinámica burocrática, y sobre todo, niega la dimensión del trabajo docente.

Sin embargo, a partir del desarrollo de la pedagogía pragmática, la necesidad de construir planes y programas de estudio se convierte en una exigencia institucional. De ahí que se puedan pensar propuestas alternativas teniendo en cuenta lo límites de tales propuestas.

Docentes, programas de estudio e institución.-

¿Instrumentos normativos o de orientación?

Los planes y programas de estudio responden a múltiples intereses y sentidos. Hay varias concepciones sobre el sentido institucional de los mismos. Mientras que para unas instituciones los planes y programas de estudio son la norma a cumplir, para otras sólo constituyen una orientación.

La institucionalidad de planes y programas de estudio deviene de la aprobación de las autoridades educativas y de las instancias de gobierno. Esta institucionalidad origina que los planes y programas sean aprobados por organismos centrales y que se los considere legalmente obligatorios. Esta situación ubica el debate en el ámbito de lo burocrático y administrativo, y se constituye en una fuente de tensión entre los procesos de institucionalidad de planes y programas y a los procesos académicos que pudieran ser gestados en relación con los mismos. Es así que el proceso de aprobación de un plan de estudios se mueve en tres esferas diferentes: l) la burocrática- administrativa; 2) la académica; y 3) la del poder. Cada una de estas esferas visualiza el sentido y valor de los planes y programas de acuerdo con intereses específicos.

La esfera burocrática.-

Las instituciones educativas visualizan de diversa manera el sentido de planes y programas de estudio.

Cuando se considera que son la norma a seguir, se ponen en funcionamiento mecanismos que pretenden garantizar que todos los docentes cumplan, al mismo ritmo, el programa. En algunas instituciones los planes y programas son elaborados por instancias centrales, a veces totalmente independientes de la institución.

Cuando ser considera, en cambio, que los programas son orientaciones globales, se busca que el docente pueda efectuar propuestas e interpretaciones sobre un programa común.

Sobre estos dos aspectos existe una fuerte polémica. Bourdieu, en " Los contenidos" sugiere que, conforme se avanza en el sistema educativo, existe una mayor libertad en las temáticas a trabajar según las condiciones de los estudiantes, los procesos de investigación de cada docente y los avances de la ciencia y la tecnología.

Los principios de

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