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Mujer en el decameron


Enviado por   •  27 de Julio de 2020  •  Ensayos  •  1.953 Palabras (8 Páginas)  •  586 Visitas

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Universidad Alberto Hurtado

Licenciatura en Historia

Literatura Moderna

Nelson Gallardo Cid

Cristóbal Badilla Castillo

Taller de estudio I

Discusión sobre el Decamerón 

     El presente análisis se sustenta a partir del marco histórico que significó la catástrofe de la peste negra en Europa, la cual tuvo la capacidad de ser una especie de motor de cambio respecto de la sociedad de la época que describe Boccaccio; la plaga tuvo un impacto tal, que desmoronó las construcciones sociales y los idearios que se tenían respecto de los hombres y mujeres, modificando las maneras de vivir, los hábitos y las relaciones sociales. En este sentido para el autor, el ser humano parece ser más complejo de lo que se plantea o se comprende en la época, y en realidad se entiende de acuerdo a él, que las personas estaban compuestas de múltiples partes, en donde no necesariamente responde de manera neta al ideal social construido y divulgado en aquel momento histórico, el cual guardaba sus fundamentos en los ideales del cristianismo.

      En el proemio es posible vislumbrar que Boccaccio dedica la obra a las mujeres de la época pero no todas se muestran conformes totalmente con la obra, puesto que en esta se visibilizan prácticas sociales penalizadas frente al orden social vigente, dentro de las cuales, se puede apreciar cómo ellas son tanto o más infieles que los mismos hombres, siendo la principal diferencia el hecho de que ellas son mucho más avezadas en su actuar y guardan una discreción realmente admirable a la hora de cometer los actos de infidelidad sin que sus maridos se den cuenta. En general el autor, se ocupa de describir la parte humana de la sociedad de aquel tiempo y pone bastante atención en las personas religiosas, exhibiendo que son mucho más que simples adeptos al  cristianismo; los describe como sujetos/as de carne y hueso, llenos de deseos y ambiciones, capaces de ingeniárselas y dejar de lado incluso su temor a Dios, con tal de satisfacer dichos deseos carnales.

      En relación a lo anterior, la obra en sí misma muestra en diversos pasajes dicho elemento relacionado con los deseos de la carne, específicamente en este caso, sexuales. Por ejemplo en la novela primera de la tercera jornada, en donde un hombre llamado Masetto, se hace pasar por sordomudo y entra a un convento de monjas para trabajar, mientras tanto dos de las monjas imaginan encuentros en torno a la  sexualidad con él, pero lo ocultan debido al hecho que son monjas, y no pueden poseer dichos deseos, ya que atenta contra todo lo que le han enseñado. A lo largo de todo este cuento, se desarrollan aspectos que guardan relación con los ideales del cristianismo que describen a las mujeres de la época, en donde operan símbolos materiales como la iglesia, la cual se encuentra arraigada en la sociedad. Al momento de discutir entre dos de las monjas si pretenden tener relaciones sexuales con él, asoma la siguiente frase: ¡Cuántas cosas se le prometen todos los días, de las que no se cumple ninguna![1], esto lo menciona refiriéndose a Dios, y deja a su vez en evidencia el hecho de que el temor como tal, tal vez no exista del todo. En base a ello, la opinión de Cristóbal sería: en este aspecto de la obra se expresan dos posiciones que están combinadas, ya que por un lado efectivamente la monja no muestra temor alguno por el hecho de querer aventurarse sexualmente con el hombre, incluso sabiendo que es sordomudo, pero por otro lado, lo hace sabiendo que continúa siendo monja, entonces lo ve más bien como una oportunidad, ya que no sabe si tendrá otro momento como este en dicho convento. Desde aquí, se puede inferir que la necesidad de las monjas responde también por todo el aparato institucional que se encuentran inmersas, ya que tienen la moral conservadora que se les impone, desde la formación, con el hecho de que tienen que conservar su virginidad para “Dios”, a su vez que esa moralidad choca con aspectos concretos de las relaciones humanas,  en donde no pueden demostrar abiertamente que tienen múltiples deseos sexuales como cualquier ser humano, eso es un problema profundo en el mundo religioso y que en este caso se expresa sin ocultamiento.

      Mientras que la opinión de Nelson sería: Pienso que estas monjas no muestran nada de temor, su moral no existe realmente y si tienen que mostrar algo de temor, no es a Dios precisamente, sino más bien al resto de monjas del convento y por sobre todo a la monja superiora o abadesa, lo cual resulta paradójico si se toma en cuenta que la abadesa también cae en la tentación carnal y mantiene relaciones con el joven Masetto, pensando que éste era mudo y no podría jamás revelar los actos acontecidos. Finalmente deciden turnarse para relacionarse sexualmente con él, dejando aún más en evidencia que el temor de ellas no es a un ser superior que todo lo ve, sino más bien a que se sepa la verdad públicamente, pues ellas deben responder a su rol social como monjas. 

      Es posible apreciar en otros cuentos, el suceso antes señalado respecto de la moral, en torno al imaginario de las mujeres, cuya representación en general se encuentra en el hecho de que son vigiladas bajo el poder de la familia tradicional, donde existe una relación autoritaria de obediencia en cuanto al poder del hombre, tanto en su rol de marido, padre,  hermano, etc. Por lo que no son consideradas como sujetas independientes, sino bajo la posición del hombre, en una forma de objeto subyugadas a sus propios intereses. Dichos elementos se pueden apreciar en la novela segunda de la séptima jornada, en la que Peronella esconde a su amante en un tonel cuando su marido no estaba en casa, y con gran astucia al volver éste, ella le engaña diciéndole que el hombre que se encuentra dentro del tonel, está ahí para comprobar su buen estado y comprarlo a un precio mayor del que el marido de la mujer lo había logrado negociar. Finalmente ella convence a su marido de que él mismo se meta dentro del tonel y lo deje en óptimas condiciones y una vez hallado el hombre ahí dentro, Peronella mantiene relaciones sexuales de manera un tanto descarada con su amante mientras dicta instrucciones a su esposo.

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