PENSAMIENTO CRITICO
marthatejeda27 de Enero de 2012
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En el bomardeo de anuncios que nos llueven se hace publicidad de ideas para vender exactamente lo contrario de lo que se anuncia: Sé tu misma , en la venta de productos cosméticos que nos hacen personas seriadas. Libre como el viento... por el teléfono móvil que agota la paga de los jóvenes y los hace poco libres. Un banco dice en sus anuncios: Inconformistas bienvenidos , cuando los quiere bien conformistas con sus reglas. Sabor suave, placer intenso. Culto al ego para decirnos que nos matará el tabaco. O bien Viva la vida y Encontraremos un camino, y si no, lo creamos para propiciar la dependencia de un par de licores, para citar unos cuantos ejemplos. Las noticias de los medios de comunicación nos las venden como la única verdad, y cada vez es hace menos el ejercicio de leer entre líneas o de buscar las noticias que no se dicen. La historia sabemos quien la ha escrito y quien la escribe, y a pesar de esto nos cuesta cuestionarla. Así como las verdades científicas de ayer no lo son hoy y las de hoy peligran para mañana La mirada eurocentrista nos dificulta saber mirar el mundo entero que habitamos y, a pesar de que tenemos más información que nunca, no hacemos nada para cambiar el orden de las cosas, de las injusticias y de las desigualdades. Desde el poder político se está intentando imponer la dinámica de satanizar cualquier discrepancia del orden establecido. Cuando hay una reivindicación, una advertencia o una reflexión crítica, se silencia y/o se descalifica, a pesar de que los argumentos, la razón o el sentido común digan que sería necesario poner atención. En general se delega el pensamiento, y en esta sociedad de alienación múltiple parece que se haya invalidado la capacidad del juicio autónomo, es decir, la posibilidad de poder pensar, razonar, sentir, llegar a conclusiones y, en consecuencia, actuar. ¿La institución escolar educa en el pensamiento único? En los centros educativos nos llevan muchas veces a transmitir un cuerpo de conocimientos que tienen que traspasar los que saben a los que no saben, dándolos como a inequívocos y repartidos entre las materias. Conocimientos que no se sobrepongan y que no ayuden a entender suficientemente el mundo que nos envuelve, ni las cuestiones más cercanas y cotidianas. Generalmente no se aprovechan los sentidos y las capacidades diferentes que tienen las personas del aula. El aprendizaje se puede convertir en una rutina, en vez de animar a los chicos y las chicas a una aventura maravillosa y creativa que les lleve a ser reflexivos y pensantes para incrementar la capacidad de razonamiento y de juicio. Nuestras reformas y los proyectos educativos de centro tienen planificaciones curriculares amplias, unos programas extensos y decimos que, además , se tiene que educar en valores y desarrollar un pensamiento crítico en el alumnado, como una maría moderna. Quizá este es el problema. No se puede hacer desde el además . La educación en valores tiene que ser una práctica habitual, el sentido mismo de la educación. Se tiene que decir que muchos docentes han hecho muchos avances en este campo y que desde varios ángulos han abordado una investigación en el aula y han optado por un currículum no tan claro, problematizador y un poco más indeterminado como es la realidad y la vida misma. Han sabido encontrar un proceso común de aprendizaje donde han confrontado ideas, con debate, crítica, argumentación y comprensión. Por lo tanto, es necesario fijarse en estas experiencias porque son un buen referente. ¿Cómo educar a los niños y jóvenes en un pensamiento crítico y complejo? Es necesario hacer salir un pensamiento global, transdisciplinar, abierto y complejo, que implique a toda la comunidad educativa, de manera que el profesorado y el alumnado se impliquen en procesos de investigación abiertos, críticos y creativos en todos los campos, lejos de las prescripciones curriculares encorsetadas y de reducciones y simplificaciones. Hay que
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