Principios De Finanza
Enviado por • 21 de Noviembre de 2012 • 1.427 Palabras (6 Páginas) • 1.020 Visitas
2. AMBIENTE ECONÓMICO COMPETITIVO
2.1 El comportamiento financiero egoísta
Este principio parte del supuesto de que, desde el punto de vista económico, las
personas actúan racionalmente, esto es, buscan su propio interés financiero persiguiendo
obtener el máximo beneficio posible. Ahora bien, este principio no niega
la importancia de las consideraciones “humanas”, ni sugiere que el dinero sea
lo más importante en la vida de cada persona. Simplemente señala que, si todo lo
demás da igual, cada parte de una transacción buscará el curso de acción que le
resulte más beneficioso (es evidente que el grado de ambición también cuenta y,
por tanto, hay personas que se conforman con conseguir menos que lo que otras
desean).
2.2. Las dos caras de la transacción
En toda transacción financiera existen, al menos, dos partes. Para cada venta habrá
un comprador y para cada compra existirá un vendedor. Y ambas partes seguirán
el principio del comportamiento financiero egoísta buscando beneficiarse
de dicha transacción a costa de la otra parte.
La mayoría de las transacciones financieras tienen lugar debido a una diferencia
en las expectativas acerca del comportamiento futuro del precio del activo
objeto de la transacción. Esto es, el comprador espera que el precio aumente en
el futuro lo que le permitirá obtener una ganancia de capital; el vendedor cree
que el precio tenderá a descender así que deshaciéndose del activo, o bien realiza
un beneficio, o bien evita una mayor pérdida. En el momento de la transacción
ambos creen tener razón, pero con el transcurso del tiempo sólo uno la tendrá.
2.3. La señalización
Cualquier acción financiera implica una transmisión de información. A causa del
principio del comportamiento financiero egoísta, una decisión de comprar o vender
un activo puede transmitir información sobre las condiciones del activo, o sobre
las expectativas del inversor, o de sus planes para el futuro, etcétera. La importancia
de la señalización descansa en la asimetría de la información, es decir,
en que unas personas disponen de una información de la que carece el resto del
mercado, por ello los actos realizados por aquéllas –las señales- servirán a éste
último para inferir cuál es la información de que disponen.
2.4. La conducta financiera
Si el principio de la señalización dice que la realización de un acto transmite información,
el principio de la conducta financiera tiene que ver con el esfuerzo para
utilizar dicha información. Podemos resumirlo, diciendo que cuando todo lo demás
falla, esto es, cuando carezcamos de ideas acerca de la solución de un problema
financiero, deberemos actuar como lo hagan nuestros competidores, es decir, el
mercado.
En finanzas hay decisiones que no pueden ser tomadas apoyándose en la
teoría al estar ésta incompleta o ser ambigua como, por ejemplo, las decisiones
sobre la composición óptima de la estructura de capital de la empresa o sobre el reparto idóneo de la dividendos por citar sólo dos casos donde la teoría existente
no soluciona los problemas de carácter práctico de las empresas5. La solución
obvia consiste en observar a las empresas similares del sector en el que operamos
para ver qué decisiones han adoptado en el pasado y en el presente, con el
objetivo de ver si es posible ponerlas en práctica en nuestra empresa. A este tipo
de conducta se la denomina "efecto industrial" pero en el área financiera le denominaremos
“principio de la conducta financiera”.
3. VALOR Y EFICIENCIA ECONÓMICA
3.1 Las ideas valiosas
Parte de la base de que las nuevas ideas (la creación de nuevos productos o servicios)
pueden proporcionar rendimientos extraordinarios. La mayoría de estas
ideas rentables ocurren en el mercado de los activos reales, aunque la Ingeniería Financiera6 se ha encargado de lanzar productos muy rentables en el campo financiero.
Pero para que la idea sea realmente valiosa es necesario crear unas barreras
de entrada a la competencia como, por ejemplo, el registro de la patente,
o la necesidad de realizar fuertes inversiones para su desarrollo, que difícilmente
podrá acometer la competencia.
3.2 La ventaja comparativa
Este principio es la base de nuestro sistema económico. Si cada persona hiciese
aquello que hace mejor, tendríamos desempeñando cada tipo de trabajo a los
más cualificados. De esta forma se crearía eficiencia económica, dado que pagaríamos
a otros por hacer el trabajo que saben hacer mejor que nosotros y éstos,
a su vez, nos pagarían por realizar lo que hagamos mejor que ellos.
Este principio de la ventaja comparativa es la base del comercio internacional.
Cada país produce los bienes y servicios que puede realizar más eficientemente
y al comerciar entre sí ambos se benefician mutuamente.
3.3 El flujo de caja incremental
Como instrumento de medición del valor utilizaremos los flujos de caja y no los
beneficios contables. Los flujos de caja pueden reinvertirse, distribuirse como dividendos
o cupones e, incluso, utilizarse para consumir. Con los beneficios no
siempre se puede hacer lo mismo porque lo más probable es que no estén en
forma líquida (recuerde que se obtienen mediante la diferencia entre ingresos y
gastos de la explotación). Los flujos de caja se definen como la diferencia entre
los cobros y los pagos habidos durante un determinado intervalo de tiempo.
3.4 El valor de la opción
Una opción es un derecho, no una obligación, para hacer algo durante un tiempo
determinado. El propietario de la misma (su comprador) puede requerir de su
emisor (el vendedor) la realización de las transacciones especificadas en el contrato
de opción, a cambio de lo cual pagará a éste último un precio por poseer
dicho derecho. El derecho a adquirir un activo se denomina opción de compra, y
el derecho a venderlo, opción de venta.
Una opción no puede tener un valor negativo para el propietario debido a
que éste siempre puede decidir no hacer nada. Así que su valor será nulo, o positivo;
de hecho, basta con que exista una pequeña probabilidad de obtener un beneficio
en el futuro, a través de la transacción especificada en el contrato de opción,
para que éste tome un valor positivo.
4. TRANSACCIONES FINANCIERAS
4.1 El binomio rendimiento-riesgo
Existe una contraposición entre el rendimiento y el riesgo, que hace imposible
conseguir simultáneamente el mayor rendimiento y el menor riesgo debido a que
esto es precisamente lo que todos los inversores desean. Este principio implica
que si una persona quiere conseguir grandes beneficios, deberá correr el riesgo
de lograr grandes pérdidas. Y una dimensión importante del riesgo es que cuanto
mayor es, mayor es la probabilidad de obtener un mal resultado.
En una transacción financiera, supondremos que las personas prefieren
obtener los mayores rendimientos posibles, al mismo tiempo, que corren el menor
riesgo ("ceteris paribus"). De forma opuesta, un inversor racional preferirá
aquélla alternativa, que a igualdad de rendimiento esperado, incorpore el menor
riesgo asociado. A este comportamiento se le conoce como la aversión al riesgo,
que indica que los inversores no son indiferentes ante el riesgo sino que requieren
una compensación por asumirlo.
4.2 La diversificación del riesgo
Un inversor prudente no invertirá toda su riqueza en un único negocio, puesto
que tal política hará que el riesgo de su inversión sea el mismo que el de aquél.
Es decir, si fracasa el negocio perderá todo su dinero. Pero si divide su inversión
entre varias empresas sólo perderá toda su riqueza si todas ellas quebrasen, lo
cual es mucho más improbable que si sólo una lo hace. Este principio de la diversificación
del riesgo descansa sobre el de la aversión al riesgo.
En todo caso, el inversor debe ser consciente de que mediante la diversificación
sólo podrá reducir su riesgo pero no eliminarlo. Pero también deberá saber
que la parte del riesgo que puede eliminarse mediante su diversificación no proporcionará ningún rendimiento. Por tanto, si no diversifica el riesgo todo lo
que pueda, estará corriendo un exceso de riesgo de forma gratuita.
4.4 El valor temporal del dinero
En su forma más simple el valor temporal del dinero es el coste de oportunidad
de recibir intereses en una inversión en Deuda Pública. Si una persona mantuviese
una cantidad de dinero ociosa en su casa, por ejemplo, en vez de en bonos del
Estado, esa persona estaría incurriendo en un coste de oportunidad, puesto que
estaría dejando de ganar un interés por "alquilar" su dinero.
Por lo dicho en el párrafo anterior, el tipo de interés actúa como una medida
del coste de oportunidad. De hecho, debido a la eficiencia de los mercados
de capitales, podremos utilizar nuestras diferentes alternativas de inversión en dichos
mercados como puntos de comparación contra las que medir otras oportunidades
de inversión. No realizaremos éstas inversiones a menos que sean como
mínimo tan buenas como las inversiones en el mercado de capitales.
4.3 La eficiencia del mercado de capitales
Los mercados de capitales son eficientes. Ello quiere decir que los precios de mercado
de los activos financieros que se negocian regularmente en los mercados de
capitales reflejan toda la información disponible y se ajustan rápida y
completamente a la "nueva" información.
La nueva información se refleja en los precios de los activos financieros a
través de las compras y ventas que tienen lugar en el mercado. Según el principio
del comportamiento financiero egoísta, la oportunidad de beneficiarse a través
del uso de la nueva información proporciona el incentivo para actuar, lo cual repercute
en el precio de los activos financieros haciendo que éste sea acorde a la nueva informa
nueva información.
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