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Realismo Y Naturalismo


Enviado por   •  21 de Agosto de 2013  •  1.064 Palabras (5 Páginas)  •  471 Visitas

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Casa de Muñecas, de Henrik Ibsen

Casa de Muñecas es una obra de dramaturgia escrita en 1897 por Henrik Ibsen. En la obra pertenece al movimiento podemos identificar características propias del realismo teatral, movimiento al cual la obra pertenece.

Entre ellas podemos citar el hecho de que la obra se pasa en un universo íntimo y individual, es decir, el universo de Nora y su familia, que acá representan la familia burguesa tradicional. Tratar asuntos relacionados a burguesía es también un trazo del realismo. La casa es así descripta por Ibsen:

Una estancia amueblada cómodamente y con buen gusto, aunque sin lujo. Repisa con figuras de porcelana y demás cachivaches. Un estante repleto de libros muy bien encuadernados

Otra característica es la denuncia social que se encuentra en la obra. A partir de las situaciones en que coloca Nora, Ibsen cuestiona el rol de la mujer en la familia y en la sociedad. Eso cuestionamiento se queda claro en el siguiente pasaje:

HELMER. — ¡Abandonar tu hogar, a tu marido y a tus hijos! ¿No piensas en lo que se murmuraría?

NORA. — No puedo detenerme en eso. Sólo sé que mi actitud se me ha hecho indispensable.

HELMER. — ¡Ah, es odioso! ¿De esa manera vas a traicionar los deberes más sagrados?

NORA. — ¿Qué consideras tú mis deberes más sagrados?

HELMER. — ¿Tengo para qué decírtelo? Son tus deberes con tu marido y tus hijos.

NORA. — Tengo otros no menos sagrados.

HELMER. — No los tienes. ¿Cuáles son esos deberes?

NORA. — Mis deberes conmigo misma.

HELMER. —Ante todo, eres esposa y madre.

En toda la obra se usa un lenguaje coloquial, una vez que en realismo se buscaba una grande aproximación a la realidad. Podemos percibir ya en el inicio:

NORA: ¡No me retes, Torvald; estaba todo regalado! Le compré un trajecito a Ivar, una trompeta a Bob, y a Emmy una muñeca con cunita. ¡Ah, y unos pañuelos divinos a las empleadas!

HELMER: ¿Y qué quiere para ella, mi nena derrochona?

NORA: Nada.

HELMER: Vamos! Pensá algo que quieras mucho; pero que sea razonable.

NORA: Nada, en serio, aunque... Torvi...

HELMER: ¿Mmh?

Por fin, podemos citar el encierre de la obra. Los finales realistas pueden ser caracterizados por su optimismo, por la creencia de que el individuo puede transformar en la pensamiento de la época de la misma manera como Nora tomo conciencia de la verdadera situación en que estaba involucraba y abandonó su hogar para encontrar la verdad y a sí misma:

HeELMER: Nora, por vos habría trabajado con alegría díaa y noche, habría soportado todas las penas y privaciones. Pero no hay nadie en el mundo que sacrifique su honor por la persona que ama.

NORA: Lo hicieron miles de mujeres.

HELMER: ¡Ah! ¿Ves? Pensás y hablás como una chiquilina.

NORA: Puede ser. Pero vos no pensás ni hablás como el hombre al que yo pueda unirme. Cuando te repusiste del primer susto, y no por el peligro que corríaa yo sino por el que corrás vos, cuando pasó todo, para vos era como si no hubiera ocurrido nada. Yo volví a ser tu

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