Resumen general de la illiada

Visión general de la historia

Nueve años después del inicio de la Guerra de Troya, el ejército griego ("Achaean") saquea a Chryse, una ciudad aliada de Troya. Durante la batalla, los aqueos capturan un par de hermosas doncellas, Chryseis y Briseis. Agamenón, el líder de las fuerzas de los aqueos, toma a Chryseis como su premio, y Aquiles, el mejor guerrero de los aqueos, afirma Briseis. El padre de Chryseis, Chryses, que sirve como sacerdote del dios Apolo, ofrece un enorme rescate a cambio de su hija, pero Agamenón se niega a devolverle a Chryseis. Chryses le reza a Apolo, quien envía una plaga al campamento de los aqueos.

Después de que muchos aqueos mueren, Agamenón consulta al profeta Calchas para determinar la causa de la plaga. Cuando se entera de que Chryseis es la causa, la abandona a regañadientes, pero luego reclama a Briseis de Aquiles como compensación. Furioso por este insulto, Aquiles regresa a su tienda en el campamento del ejército y se niega a seguir luchando en la guerra. Anhela vengativamente ver a los aqueos destruidos y le pide a su madre, la ninfa del mar, Tetis, que se aliste con los servicios de Zeus, rey de los dioses, para este fin. Los bandos troyanos y aqueos han declarado un alto el fuego entre sí, pero ahora los troyanos incumplen el tratado y Zeus acude en su ayuda.

Con Zeus apoyando a los troyanos y Aquiles negándose a luchar, los aqueos sufren grandes pérdidas. Se produjeron varios días de feroz conflicto, incluidos los duelos entre París y Menelao y entre Héctor y Ajax. Los aqueos no hacen ningún progreso; incluso el heroísmo del gran guerrero aquea Diomedes resulta infructuoso. Los troyanos empujan a los aqueos hacia atrás, obligándolos a refugiarse detrás de las murallas que protegen a sus barcos. Los aqueos comienzan a alimentar alguna esperanza para el futuro cuando una misión de reconocimiento nocturno de Diomedes y Odiseo proporciona información sobre los planes de los troyanos, pero el día siguiente trae un desastre. Varios comandantes aqueos resultan heridos y los troyanos atraviesan las murallas aqueas. Avanzan todo el camino hasta el límite del campamento de Achaean y prenden fuego a uno de los barcos. La derrota parece inminente,

Preocupado por sus compañeros, pero todavía muy orgulloso de ayudarlos a sí mismo, Aquiles acepta un plan propuesto por Néstor que permitirá a su querido amigo Patroclo ocupar su lugar en la batalla, vistiendo su armadura. Patroclo es un guerrero excelente, y su presencia en el campo de batalla ayuda a los aqueos a alejar a los troyanos de los barcos y regresar a las murallas de la ciudad. Pero el contraataque pronto falla. Apolo derriba la armadura de Patroclo en el suelo y Héctor lo mata. Los combates estallan cuando ambos bandos intentan reclamar el cuerpo y la armadura. Héctor termina con la armadura, pero los aqueos, gracias a un esfuerzo valiente de Menelao y otros, logran traer el cuerpo de regreso a su campamento. Cuando Aquiles descubre que Héctor ha matado a Patroclo, se llena con tanta pena y rabia que acepta reconciliarse con Agamenón y unirse a la batalla. Thetis va al monte Olimpo y convence al dios Hefesto para que forje a Aquiles una nueva armadura, que ella le presenta a la mañana siguiente. Aquiles luego sale a la batalla al frente del ejército de Achaean.

Mientras tanto, Héctor, no esperando que Aquiles se reincorpore a la batalla, ha ordenado a sus hombres que acampen fuera de los muros de Troya. Pero cuando el ejército troyano vislumbra a Aquiles, huye aterrorizado detrás de las murallas de la ciudad. Aquiles corta cada troyano que ve. Fortalecido por su ira, incluso lucha contra el dios del río Xanthus, quien se enoja de que Aquiles haya causado que tantos cadáveres caigan en sus arroyos. Finalmente, Aquiles se enfrenta a Héctor fuera de los muros de Troya. Avergonzado por el mal consejo que le dio a sus compañeros, Héctor se niega a huir

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