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Teoría Literaria III: 2do Parcial. Lengua y Literatura.


Enviado por   •  1 de Abril de 2018  •  Exámen  •  1.737 Palabras (7 Páginas)  •  309 Visitas

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Teoría Literaria III: 2do Parcial.

Profesora: ----------------------

Alumna: Ruiz Moreno, Virginia.

3ero. Profesorado de Lengua y Literatura.

Introducción:

En este trabajo se pretende hacer un análisis del cuento “El Fin” de J.L.Borges, desde diferentes teorías literarias, con el fin de dar contexto no sólo a la obra en sí misma, sino a la búsqueda de enfocarlo desde la teoría a diferentes interrogantes como intenciones del autor y del narrador; contexto social e histórico; enfoque desde las diferentes miradas de los actantes y de sus vivencias. De esta manera se le da una nueva mirada al texto literario, como manifiesta la teoría de Barthes cuando afirma que el relato no imita la pasión, que su función es la del sentido, el cual posee sus propias emociones.

 La construcción de distintos arquetipos:

Tabernero: Recabarren es el típico hombre de pueblo, confinado a su pulpería, sin posibilidad de hablar y con una “parálisis pueblerina” que le imposibilitaba ir más allá de eso.

Un chico: sin nombre, ni siquiera “el chico”, sin señas particulares, un niño al que no solo se le niega la identidad, sino que tampoco se lo nombra. “Un chico de rasgos aindiados (hijo suyo, tal vez)”, sin embargo, al referirlo, se caracteriza más a Recabarren.

Antihéroe: El negro es un personaje que si bien es protagonista, tampoco se le da un nombre propio, es por momentos “un negro” con una función específica y eso es todo. Pareciera que al concluir la tarea encomendada, ya no sería nada.

“Cumplida su tarea de justiciero, ahora no era nadie”.

Martín Fierro: este personaje, en contraposición con los otros dos, no sólo tiene nombre, sino también que está cargado de sentido. Es el gaucho, el que ha vivido y dejado marca, el que ha matado y al que un “don nadie” pone fin a su vida.

El Destino: el destino, a modo de Moiras, s presenta de manera contundente en cada uno de los personajes. Ellos no tienen la opción de cambiarlo, sólo son marionetas.

 Palipsestos:

En este relato se ve, de manera contundente, con nombre y apellido, al emblemático personaje Martín Fierro. Se podría pensar que este cuento no es más que la conclusión del mismo Martín Fierro, un suerte de continuidad, un “fin”.

“Acaso por primera vez en su diálogo Martín Fierro oyó el odio”.

 La parodia y la reescritura de los clásicos:

En el cuento que estamos analizando “El fin” de J.L. Borges, y como ya se había mencionado, aparece el personaje Martín Fiero, muerto de manera casi indigna por un antihéroe que debe actuar por cuestiones que exceden su propia elección, casi carente de personalidad, todo lo opuesto al personaje de José Hernández.

“(…) Fierro no se levantó. Inmóvil, el negro parecía vigilar su agonía laboriosa”.

Paratexto:

Analizaremos el título del cuento. “El fin”. Haciendo un análisis paratextual del título, podemos notar que se abre una doble interpretación del mismo, que se diferencian y se complementan a la vez. Por un lado se habla de la espera por una venganza que se termina materializando; y por otro lado, podría dar cuenta del fin del clásico Martín Fierro, que una vez ejecutado ese “fin”, vendría a configurarse el fin en sí mismo del personaje.

“Cumplida su tarea justiciera, ahora no era nadie”.

 Teoría de los actantes:

Sujeto: el negro. Es quien busca cumplir un objetivo.

“Y yo con vos, moreno. Una porción de días te hice esperar, pero aquí he venido”.

Objetivo: venganza. El negro busca vengar la muerte de su hermano.

“-Una cosa quiero pedirle antes que nos trabemos. Que en este encuentro ponga todo su coraje y toda su maña, como en aquel otro hace siete años, cuando mató a mi hermano”.

Destinador: el destinador, en este caso, es el deseo de venganza que motiva al negro.

“-Ya sabía yo, señor, que podía contar con usted.

El otro con voz áspera, replicó:

-Y yo con vos, moreno. Una porción de días te hice esperar, pero aquí he venido”.

-Me he acostumbrado a esperar. He esperado siete años”.

Otro destinador sería el propio destino, ya que ambos actantes se encuentran ligados a él.

“-Por lo menos a mi- dijo el forastero y añadió como si pensara en voz alta-: Mi destino ha querido que yo matara y ahora, otra vez, me pone el cuchillo en la mano”.

“Cumplida su tarea de justiciero, ahora no era nadie. Mejor dicho era el otro: no tenía destino sobre la tierra y había matado a un hombre”.

Destinatario: en este caso, quien se beneficia con la venganza sería el honor o la memoria del hermano del negro.

“-Una cosa quiero pedirle antes que nos trabemos. Que en este encuentro ponga todo su coraje y toda su maña, como en aquel otro hace siete años, cuando mató a mi hermano”.

Ayudante: sin proponérselo, Recabarren termina configurándose en ayudante, ya que el punto de encuentro era su pulpería.

Se podría considerar que el arma con que propina la muerte a Fierro, le serviría como ayudante.

“Una embestida y el negro reculó, perdió el pié, amagó un hachazo a la cara y se tendió en una puñalada profunda, que penetró en el vientre.”

Oponentes: en cierta forma es el tiempo quien ha dilatado la venganza, el cumplimiento del objetivo.

“-Me he acostumbrado a esperar. He esperado siete años.”

También su propia inseguridad, dejando sospechas de que ya hubo un duelo anterior.

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