ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Teoria Literaria


Enviado por   •  21 de Noviembre de 2013  •  6.552 Palabras (27 Páginas)  •  354 Visitas

Página 1 de 27

Teoría literaria. Resumen Unidad 2.

LITERATURA/SOCIEDAD – CARLOS ALTAMIRANO Y BEATRIZ SARLO.

DEL LECTOR.

El público literario.

La existencia de lectores es un hecho social, caracterizado por relaciones específicas entre ellos, las obras literarias y un campo cultural, donde se imparten e imponen las destrezas y disposiciones necesarias para la percepción de la literatura.

Para saber que es un lector es preciso conocer cómo y cuales libros lee. Están aferrados dos componentes de esa relación tríadica (Autor – Obra – Lector) que es la relación literaria, cuyas formas son diferentes en el curso de la historia y crean sistemas de reproducción y producción de textos y de su propio público.

Los modos de producción literaria producen no solo textos sino relaciones con los textos, es decir LECTURA Y RELACIONES DE LECTURA.

Por un lado, la producción literaria tiene como objetos no solo obras, sino también lectores, por el otro, el lector no es solo un producto sino también una presencia actica (ideológica, económicamente activa) en el proceso de producción.

Necesidad social de la literatura y necesidad literaria de un público lector se implican mutuamente. Las consecuencias sobre la producción de obras literarias son profundas: en primer lugar, se escribe más literatura. En segundo lugar, se escribe de manera diferente. También influyeron otro procesos sociales como la alfabetización femenina o el auge de las bibliotecas, la censura religiosa moral y política, lo que se consideraba el bien público, amenazado por la difusión de cierto tipo de obras, tuvieron su palabra en la conformación no solo de las instituciones de vigilancia sino de un conjunto de estrategias textuales destinadas a burlarlas. Estrategias de composición literaria que tienen al lector en su perspectiva o, para decirlo de otro modo, presencia de una perspectiva sobre el lector en el texto.

En la medida en que los escritores y el público pertenecen al mismo medio y su habitus se ha conformado según regulaciones y prácticas semejantes, las destrezas para manejar los objetos literarios se suponen de la misma naturaleza que aquellas empleadas en su producción. Esta suposición es una matriz donde el público y el escritor piensan respectivos lugares, se miran unos a otros y se consideran mutuamente: nadie desciende a ninguna parte, a nadie es preciso enseñarle más de lo que ya sabe para que enfrente exitosamente y con un placer un texto.

El lector en el texto.

Es necesario estudiar el público que lee una obra literaria no solo desde el punto de vista empírico, sino también de describir, con los métodos de la interpretación literaria, el rol cumplido en la obra misma: toda obra literaria lleva en si la imagen de su lector, que se convierte, si se nos permite la expresión, en un personaje de la obra. El programa resumido por Weinrich tiene dos puntos fundamentales que se diferencian metodológicamente porque su objeto es diferente. Por un lado: la sociología del público, que no pone su centro en el texto literario sino que tiene como objeto a la lectura, en el sentido exterior del término y sus condiciones: disposiciones y requisitos, listas de autores conocidos, la memoria del público, etc. Por el otro, está el registro del lector en el texto literario: su representación lingüística e ideológica, las condiciones formales y culturales, es decir un “pacto de generosidad” entre autor y lector.

“El escritor recurre a la libertad del lector para que ella colabore a la producción de la obra.”

El libro como objeto no puede, por sí mismo, culminar el movimiento que lo convierte en ESTÉTICO. Sin el lector la actividad del escritor no logra trascender la subjetividad y en consecuencia “escribir es pedir al lector que haga pasar a la existencia objetiva la revelación que yo he emprendido por medio del lenguaje”.

Escribir es un “llamamiento” cuya respuesta completa ese “pacto de generosidad” sobre el que descansa la existencia misma de la literatura como acontecimiento transindividual.

Las obras literarias proporcionan indicaciones para su propia lectura. Instrucciones para el lector que remiten a la orientación del texto en el resto del sistema y en el conjunto de discursos ideológicos y de experiencias culturales. Estas indicaciones, Weinrich, las denominó SEÑALES, cuya organización constituiría uno de los niveles sintácticos del texto. Marcan al lector un camino posible, la actividad del lector con ellas asegura u obstaculiza la realización del sentido. El sistema de señales presupone un lector que esté en condiciones (culturales, sociales) de decodificarlo. En el límite el reconocimiento mismo de un texto como literario es producto de la actividad del receptor, que puede captar las señales o ignorarlas. Si las ignora o las desconoce, un texto que fue producido como literario, es leído según las reglas de otros sistemas: lectura histórica o sociológica de una obra literaria, interés en su valor documental y no en su valor estético. En este caso, la forma en que el lector estaba inscripto en el texto no coincide con el sistema de reconocimiento del lector real. Pero puede también suceder a la inversa, esto es que textos que no fueron escritos como literarios sean leídos estéticamente. Al producir una lectura estética, el lector trabaja sobre los componentes textuales. Forzamiento del texto por el lector o forzamiento del lector por el texto: en cada lectura, la actividad del lector revela estratos semánticos siempre nuevos. Desde su cultura, desde su formación ideológica y estética, el lector ordena el texto. Puede seguir sus indicaciones y leerlo según la imagen del lector que el texto incluye, o puede violarlas y entonces relacionarse con el texto desde una práctica de lectura que éste no ha previsto.

Si tiene que ver con una cualidad propia de la literatura, su posibilidad de ser interpretada, son disposiciones estéticas y habitus socioculturales los que crean el espacio de la diferencia en la interpretación. Lotman considera que el autor y lector se sirven del mismo código y por la cual, la relación emisión-recepción es de IDENTIDAD ESTÉTICA total.

Lector modelo: prototipo de una clase social determinada, dotado de una cultura particular, de una sensibilidad y un gusto particulares”

Lector potencial: cuyo origen de clase y cuya cultura son diferentes de la del autor.

Lector futuro: se reconoce en obras que parecen “incomprensibles en el primer impacto” y a las que solo

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (41.2 Kb)  
Leer 26 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com