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DESCRIBIENDO UNA ESCENA: “PERFUME DE MUJER, DISCURSO FINAL”


Enviado por   •  9 de Octubre de 2019  •  Ensayos  •  1.996 Palabras (8 Páginas)  •  438 Visitas

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Escuela de Ingeniería Comercial                                                                                     Persona, Sociedad y Gestión                                                                                                                                                              Prof. Dr. Gastón Tagle                                                               Integrantes:  - Catalina Contreras                                                               - Sovania Varas                                                                                Sección:  A[pic 1][pic 2]

DESCRIBIENDO UNA ESCENA: “PERFUME DE MUJER, DISCURSO FINAL”

“Disculpe”, esa es la primera palabra que desencadena un discurso final. Palabra la cual espero que no se mal interprete, ni tampoco crea que él que la declara está pidiendo perdón a una situación, ni mucho menos, más bien el hombre quien la manifiesta desea indicar que no logra entender que es lo que el otro interlocutor desea expresar.  Pero claramente si lo sabe, se logra percibir que se siente incómodo quizás molesto o irritado con lo que anteriormente se le pudo haber dicho. Él es quien desea que le pidan una disculpa, una aclaración o simplemente aspira a que la otra persona se callase. Sin embargo, él no recibe nada de lo que en su interior realmente espera, ni tampoco lo que esperamos los espectadores. En un giro totalmente inesperado, el “disculpe” es contestado con un “no le disculpo”; magnifica es la sensación que produce a todos los que presenciamos la escena, no solo a los que estamos detrás de pantalla, si no a los que se encuentran allí dentro de ella, es una sensación única la que se sabe que conllevara a momentos de tensión, de disputa y sin quizás imaginárselo a un monumental monologo de principio a fin.                                                                                                    

 Contextualizando, podemos constatar que toda la situación anteriormente descrita es vivida años atrás, podríamos atrevernos a decir que tal vez en los años 90’, por la calidad de la imagen de quien graba. Todo esto se desarrolla en un amplio y gran salón, quizás más bien un auditorio, el cual su ambientación es de estilo clásico, la que nos da entender el estilo de vida que llevan los personajes, pudiendo ser de un carácter o de ideales conservadores. La mayoría de sus instalaciones son de tonos marrones (puede que sean de fina madera) y sus paredes mantienen un tono color rosa pálido, donde destacan unos grandes cuadros de marcos dorados con fotos de hombres mayores elegantemente bien vestidos, los cuales uno puede imaginar que son personas importantes y deseables de destacar para los dueños o integrantes del lugar que los mantienen allí exhibidos. El sitio se separa en dos, primero se encuentra una tarima o tipo escenario donde se encuentra un estrado, en el cual se sitúa nuestro primer personaje, el mismo quien comenzó la escena con la palabra “Disculpe”, el mismísimo individuo al que vimos por primera vez. Este hombre podríamos deducir que hace el papel de juez, por el lugar que ocupa dentro del auditorio. Es una persona de apariencia adulta joven, bordeando o quizás ya dentro de los cuarenta años de edad, su cabello es rubio pasando a gris claro y de tés rosada; se visualiza bien distinguido, esbelto y vestido de un ambo negro, con un chaleco del mismo color dentro de este y debajo una camisa de líneas blancas y lilas; y para finalizar una corbata de tonalidad burdeo. Este será nuestro primer hombre en la escena.     La segunda parte del lugar, es el resto del auditorio, el cual lo podemos subdividir en dos sectores, uno estaría repleto por el centenar de sillas que se encuentran posicionadas en forma de espectadoras al estrado, en cada una de ella se encuentra sentado un joven adolescente, todos vestidos de uniforme y de aspectos diferentes, pero la mayoría son de tez clara. Todos los adolescentes se encuentran vigilantes e intrigados con el dialogo que contemplan.      La otra fracción del auditorio (la cual en cuanto a tamaño es mucho más reducida) se ubican dos mesas, en cada una de ellas se halla un adulto y un muchacho, se puede verificar que en los jóvenes se encuentra una especie de víctima y victimario y los adultos son sus respectivos defensores. En la mesa del supuesto victimario se encuentra junto a él nuestro segundo hombre, quien es el protagonista de nuestra escena, él es el atrevido y resuelto personaje quien no acepta las disculpas de nuestro primer hombre al comienzo del drama.  Nuestro protagonista de edad más avanzada se presenta con un cabello negro bien peinado hacia atrás, él también viste un ambo y con una camisa blanca dentro, pero ocupa una corbata negra la cual nos podría adelantar o insinuar que más que un juicio, él estuviera viviendo un funeral. Nos referimos a funeral, porque la sensación que nos hace sentir con sus palabras es como si se tratase de alguien al que desearan enterrar, y estuviera tratando  con su vocablo, impedir esta situación, y de antemano expresar su sentimiento con una total elocuencia de lo que le indigna sobre el lugar y de los presentes en este. La persona la cual él deseaba defender, era un chico al que llama por el nombre de Charlie, quien se mantiene sentado junto a él en toda la escena, mirándolo constantemente, expectante frente al monologo del hombre dos. Se deduce que Charlie pertenece a la institución en la que se encuentran, ya que viste el uniforme de esta, el cual es un bléiser negro con una insignia; camisa blanca y corbata negra con líneas rojas. Su tez es rosada pálida y su expresión facial lo demuestra pensativo, intrigado, al parecer pasan muchas cosas por su cabeza en aquel momento, pero ninguna de estas es expresada oralmente.                                                                             El hombre dos quien es nombrado Slade por el hombre uno, el cual es llamado Señor Trask, sigue argumentando su opinión sin cesar; al pasar unos segundos podemos corroborar que es una persona ciega, ya que su vista se mantiene estática, como si no parpadease en ningún instante, sin embargo, sus cejas se mueven asiduamente al ritmo de lo que sus palabras indican. De todas maneras, aunque suene como una especie de colmo, podríamos asegurar que Slade a pesar de su condición física, al parecer tiene una visión más profunda respecto al tema a tratar, que todos los que se encuentran presente.

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