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Encantos Especiales


Enviado por   •  24 de Marzo de 2014  •  1.603 Palabras (7 Páginas)  •  197 Visitas

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En Quito, uno de los centros para recibir a personas con capacidades especiales es el Sistema Nacional de Música para Niños Especiales, SINAMUNE. Ahí, se ofrece terapia a través de la música ya por 16 años. Su fundador, el maestro Edgar Palacios, comenta que cualquier niño y joven puede entrar. Tienen alumnos con varias discapacidades como síndrome de down, ceguera, autistas, deficiencias auditivas, etc. Todos forman parte de la Orquesta Inicial hasta que su nivel sea óptimo para integrarse a la Orquesta Base, la cual realiza giras dentro y fuera del país.

“Por la música han llegado a disciplinarse. Han logrado otro entorno social, mejorado su autoestima y disciplina. En un año ya hay logros en muchos de los chicos. Muchos ya pueden exteriorizar sus sentimientos”, explica el maestro Edgar Palacios. Las profesoras del centro, igualmente, reconocen día a día los avances de sus alumnos. Ese es el caso de Esperanza García, coordinadora de la orquesta SINAMUNE, que dice que el principal interés de los niños y jóvenes es ir allá a recibir clases. “Tenemos el caso de David Sarmiento; cuando llegó caminaba en cuatro. Debido al desarrollo motriz de la pandereta y el ritmo ya camina normalmente (…) Los chicos se desenvuelven solos, se bañan solos y pueden viajar hasta fuera del país sin ayuda de sus padres”.

Incluso, la música es un recurso utilizado en las escuelas regulares y parte del pensum educativo. Ésta y otras artes ayudan a la integración de los chicos en el aula. “Les ayuda con la psicomotricidad, movimiento del cuerpo, bailando expresan lo que ellos sienten, les da alegría, para mejorar el tono muscular, además pintando expresan lo que saben, la música ayuda en la lectura por el ritmo. Pero más que nada sirve para la integración, porque hay niños que son tímidos y poco a poco hacen lo que el resto”, cuenta Martha Pesantes, maestra de la Escuela José Martí.

Aunque no todos los maestros tienen la misma vocación. Muchas veces resulta difícil para los profesores enseñar a los chicos especiales y a los normales al mismo tiempo ya que los primeros necesitan mayor atención y, en algunos, casos, distinto material didáctico. Rosa Flores, profesora de 4to de básica de la Escuela Aurelio Espinosa Pólit, tiene una niña especial en su aula. “Cuando estoy dedicada a la niña al resto les toca esperar un poco porque no puede coger dictado, sólo letra por letra”, comenta. “Sí es complicado porque es como tratar con dos grupos (…) Me ayudaría tener material listo para trabajar con ella porque no tengo mucho tiempo para dedicarme a elaborarle material para todos los días de trabajo”, concluye.

“Lo ideal sería que cada escuela tuviera un maestro integrador”, dice Espinosa. Esto quiere decir que un profesor de las escuelas especiales sale a las escuelas regulares para ayudar a los niños especiales en el aula. El problema es el presupuesto ya que no es lo suficiente para que eso se lleve a cabo. “No hay maestros auxiliares”, comenta Leticia Espinosa, maestra de aula de apoyo psicopedagógico de la Escuela Aurelio Espinosa Pólit, “es una necesidad pero como no hay cómo, el maestro se encarga de ello”. “En las aulas regulares no hay ayudantes. Como no hay presupuesto la maestra hace las adaptaciones curriculares”, dice Martha Pesantes.

“Nosotros luchamos con la mentalidad de los docentes; no todos son aptos para enseñar a los chicos especiales”, explica Espinosa, ya que “no ha habido una formación de educadores especiales. La mayoría se han hecho en el camino. Los psicólogos terminan trabajando con los chicos especiales”.

Cabe recalcar que en nuestro país solamente 16 universidades ofrecen la carrera, mención o especialización en educación especial, lo cual significa que la mayoría de maestros que tratan con chicos especiales aprendieron en el camino, no estudiaron para saber exactamente qué técnicas de enseñanza funcionan mejor con ellos.

“Todavía no se ha logrado establecer un sistema de capacitación ordenada para que los maestros regulares reciban estas herramientas para que puedan atender a los chicos. Otros maestros con vocación lo hacen muy bien”, comenta Espinosa. “Hemos hecho la integración gracias a nuestro esfuerzo y hemos ido limando cosas que antes no podíamos”, dice la maestra Pesantes.

Todavía hay mucho que mejorar en la educación ecuatoriana. Es ofrecimiento del estado dotar de 1200 partidas para la educación especial. Si se dan esas partidas se ampliaría la cobertura y se pretende poner 440 maestros más que ayuden en las aulas regulares. El ministro está esperando que salga la nueva ley de educación para que esto se lleve a cabo.

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MADRID.- La orquesta ecuatoriana Sinamune hará sonar sus instrumentos en Madrid, Valencia, Cataluña y Aragón del 2 al 16 de noviembre. El grupo, compuesto por 37 niños y jóvenes ecuatorianos con discapacidades físicas (ceguera, sordera, discapacidades motoras) o psíquicas (síndrome Down) viajan a

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