La Salsa Un Negocion O Un Jobi

“¿FUTURO SIN RITMO DE SALSA?”

A mediados del siglo XX llegó a Cali una mezcla caribeña de ritmos representados en un estilo musical muy particular: “La Salsa,” un baile afro descendiente, venido principalmente de Cuba, y Puerto Rico, por vía buenaventura, a alegrar las fiestas de los barrios populares de Cali.

Para muchos la Salsa pasó de ser un estilo de vida, para convertirse en una fuente de ingresos. Es así como hace varios años se ha desarrollado en nuestra ciudad una industria artística que gira en torno a este baile.

Cali se destacó por el gran desarrollo de este ritmo musical, tanto en sus canciones insignes, como en los rápidos y casi imperceptibles pasos de sus bailarines, que a través de cada figura trasmiten un lenguaje que va más allá de las palabras.

“La danza es el único arte en el que nosotros mismos somos el material del que el arte está hecho” (Ted Shawn Time).

Los bailarines caleños, se han convertido en maestros de un arte que representa nuestra cultura; su pasión y su vida se convierten en Salsa, cada paso, cada giro, cada impulso, es el camino a un sueño de gloria. Son reconocidos internacionalmente por el rápido movimiento de sus pies y su sincronización; además son considerados los mejores bailarines de Salsa del mundo, por sus movimientos tan particulares.

Al ser tan apreciados por otros países, se puede llegar a pensar que son las grandes figuras de su ciudad natal y que en sus mentes no podrá haber más futuro que esta gran empresa; sin embargo, el mañana ya no se acompaña a ritmo de salsa.

En Cali hay alrededor de 8000 bailarines integrando las 80 escuelas profesionales; en su mayoría pertenecen a estratos bajos y zonas marginadas de la ciudad. Por ello, es increíble pensar que siendo la Salsa un camino de esperanza para quienes se consideran olvidados del progreso y del estado, aún no se haya pensado en un proyecto, para convertirla en producto representativo de la industria cultural de nuestra ciudad.

“Si supieras la pena que un día sentí, cuando al frente de mí ya bailarines no vi…en Cali mirá, se sabe bailar.”

Al hablar con varios bailarines de academias reconocidas de Cali, pude ver en sus ojos el amor que tienen por este arte; no aprenden a bailar para trabajar en esto, aprenden para vivir de otra forma. La Salsa es la historia de sus vidas, una vida llena de adversidades que pudo peligrar entre drogas, violencia o discriminación; pero que gracias al talento que poseen y a la agilidad de sus cuerpos tuvieron otra oportunidad.

Estos bailarines se enorgullecen en representar a nuestro país en el exterior, cada campeonato ganado lo dedican a su ciudad y a sus familias; no les importa pasar hambre o hacer peripecias para conseguir los recursos necesarios para sus viajes; sus

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