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La novela “La hermana de Freud” intenta reconstruir la historia de Esther Adolphine Freud


Enviado por   •  12 de Agosto de 2015  •  Reseñas  •  4.868 Palabras (20 Páginas)  •  228 Visitas

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Esther Adolphine Freud (Dolphi)

Ficha bibliográfica:

Título

La hermana de Freud

Autor

Goce Smilevski.

Traducción

Liliana Tabákova y Krasimir Tasev.

Editorial

Alfaguara. Madrid, 2012.

Páginas

288 páginas.

La novela “La hermana de Freud” intenta reconstruir la historia de Esther Adolphine Freud, una de las hermanas más jóvenes de Sigmund Freud. A efectos prácticos no diré el autor hace notar a través de sus personajes que… sino que haré las reflexiones cuál fueran estos supuestos del autor reales.

La historia comienza en 1938, cuando los alemanes invaden Austria y aplican la segregación racial hacia los judíos. Sigmund Freud no deseaba dejar Viena, a pesar de los ruegos de amistades y familia. En una ocasión, Adolphine visita a Sigmund, su hermano, para suplicarle que consiga un salvoconducto para enviar a ella y sus tres hermanas a Nueva York, en donde residía Beatriz, hija de Pauline; relatándole el acoso y vituperio que habían sufrido las cuatro hermanas por parte de soldados alemanes; pero S. Freud hace caso omiso de esto. Poco después se negaba a recibirlas. En el cumpleaños 82 de S. Freud, Adolphine y Pauline, van a visitarle con motivo de su cumpleaños, es en ese momento que se dan cuenta de que él y su familia empacan para partir. Freud explica que gracias a amigos influyentes consigue un salvoconducto para huir a Londres y llevar consigo a familiares y allegados, elabora una lista dónde aparecen los nombres de su esposa e hija, su cuñada y su familia, su médico personal y hasta de su can, Jofi, pero deja fuera a sus cuatro hermanas.

Deja en poder de sus hermanas su manuscrito “Moisés y la Religión Monoteísta”, dónde reflexiona acerca del origen de Moisés y si este era, no un Moisés, sino dos. Sin embargo, este escrito “veladamente antisemita” de nada valió para que las hermanas se salvaran de la muerte a manos de los nazis.

En esta obra teoriza que existió un Moisés, príncipe, funcionario o sacerdote de Egipto, devoto del dios sol Atón; que forjó un nuevo imperio dedicado al culto exclusivo del dios solar y escogió a tribus semitas que eran “una horda de inmigrantes extranjeros, culturalmente inferiores” para formarlo. Pero estas tribus semitas, judíos, no podían dejar sus creencias politeístas y como Moisés so pena de muerte castigaba la adoración a otros dioses; los judíos le matan pues rechazaron la religión impuesta. Después se aliaron con otras tribus de Palestina y bajo la influencia de éstas comenzaron a adorar a Yahvé, el dios de los volcanes; cuya adoración fue difundida por un pastor madianita llamado Moisés. Pero éste otro Moisés –madianita- predicaba un dios sangriento y vengativo, totalmente opuesto a Atón.

Ochocientos años después estos dos Moisés se funden en uno sólo para formar la religión judía. Una obra que según reflexiones de Adolphine, era para negar que Moisés era judío y la condena de que éstos mataron a Moisés. En esta obra también, acusa a los judíos de sus propias desgracias, ya que ellos, al matar a Jesús, habían asesinado al dios cristiano que habían adoptado como suyo muchas otras naciones, y al aceptar la culpa de su muerte – estas otras naciones- quedaban redimidos de tan ignominiosa culpa; cosa que no sucedía con los judíos, pues no la aceptaban y tenían que expiar la misma sufriendo como lo habían hecho hasta ese momento. Una obra, en palabras de la protagonista hecha por Freud para rechazar su propio origen judío. Una obra también para erigirse cual profeta del abismo del inconsciente humano.

Hacia el final de su vida, S. Freud declaró: «Mi lengua es la alemana. Mi cultura y mis logros son alemanes. Intelectualmente me consideré alemán hasta el momento en que me di cuenta de que los prejuicios antisemitas en Alemania y la Austria Germana se estaban exacerbando. A partir de entonces prefiero llamarme judío». Dijo que prefería ser llamado judío y no “me siento judío”.

Al poco tiempo fallecen Sigmund Freud debido al cáncer bucal y Klara Klimt, íntima amiga de Adolphine.

Las hermanas Freud quedan entonces en Viena, dónde son deportadas al campo de concentración de Terezín. Se hace mención que Adolphine tiene contacto con Ottla, la hermana de Franz Kafka, el escritor de “Metamorfosis”. Unos meses más tarde son enviadas a otro campo de concentración y posteriormente a la cámara de gas.

Entonces, ante la llegada inminente de su muerte, Adolphine Freud recuerda tres momentos importantes para ella: cuando era una infante y su hermano le enseñaba las primeras palabras y en especial recuerda “cuchillo”; la historia de un ave que se abre el pecho con el pico y se arranca el corazón y el último, cuando su hermano le acariciaba el rostro con una manzana.

Habla después de sus padres, Amalia y Jacob. De cómo su madre era muchos años más joven que su padre y que contrajo matrimonio por imposición, llegando a ser la tercera esposa de Jacob. De este matrimonio surgen siete hijos, cinco mujeres y dos varones. Relata que era una niña enfermiza y que su hermano Sigmund le procuraba cuidados, entre ellos darle de comer manzana que a falta de poder masticarla ella, él lo hacía y se la daba como las aves a sus crías. Describe cómo era la relación entre ambos, dónde Sigmund le mostraba más afecto que a sus demás hermanas y le daba besos a escondidas porque su madre, Amalia, se burlaba de sus muestras de ternura.

Relata que Sigmund solía disponer de una habitación para él solo y como su madre le llamaba “mi Sigi de oro”. También de cómo era un estudiante prodigio y que a los ocho años leyó Shakespeare en inglés y que este idioma lo aprendió de manera autodidacta al igual que el italiano y el español. Describe como su padre Jacob era distante para con ellos, ya fuera por severidad o por vergüenza de ser ya mucho mayor y parecer su abuelo, que cada vez que llegaba de la tienda era muy escueto en el trato y se apartaba para leer el Talmud en hebreo, pero nunca lo compartió con sus hijos. Jacob Freud, explica la protagonista, no hizo hincapié en la religión judía como harían otras familias más tradicionales; además de aumentar la brecha al hacerse llamar “padre” en vez de “papá”.

Adolphine, al llegar a la edad escolar, se rehúsa a asistir a la escuela. Es entonces que se afianza más la relación entre ella y su hermano pues éste le daba lecciones cuando regresaba del colegio. Los domingos en vez del paseo familiar, Sigmund con el pretexto de ayudarle con las lecciones se quedaba con ella en casa, pero en vez de ello se metían ambos a la cama, dónde Adolphine dormía junto a Pauline, se cubrían con la sábana y hablaban de múltiples cosas.

En esta parte del relato se insinúa una atracción temprana de tipo incestuoso entre Sigmund y Adolphine, cito de la obra, según palabras de la protagonista:

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