Proyecto autocine

Nuestro emprendimiento ofrecerá servicios de entretenimiento y de comidas en un área con capacidad de 100 puestos. Nuestro foco será la calidad y variedad en cuanto a primicias cinematográficas y comidas para el deguste de los clientes.

Misión

Presentarle a nuestro cliente la oportunidad de vivir primicias en un ambiente diferente donde su libertad y satisfacción son nuestra preocupación, haciendo que el Séptimo Arte sea un entretenimiento de la más alta calidad.

Visión

Convertirnos en la empresa líder en proyección de películas bajo la modalidad de auto-cines, adecuándonos a las necesidades cambiantes de nuestros clientes, siendo reconocidos como los mejores.

Antecedentes

El inventor del autocine fue Richard M. Hollingshead que construyó el primero en el año 1933 en New Jersey Estados Unidos, concretamente el 6 de junio de ese año se estrenaba en Camdem - New Jersey, el primer autocine de la historia, el reclamo en letras gigantes: “Toda la familia es bienvenida, sin importar lo ruidosos que sean sus niños”. Se cuenta que la idea de Hollingshead era la de promocionar los lubricantes que comercializaba la marca propiedad de su padre, bajo el eslogan publicitario “cada quien en su propio palco”, Hollingshead intentaba atraer clientela, sin darse cuenta que estaba creando un gran negocio.

No se puede hablar del autocine sin apoyarlo en el desarrollo de dos culturas como son la del cine y la del automóvil. Antes de la Segunda Guerra Mundial ya había más de 100 repartidos por todo el país, pero su época de mayor auge fue durante la década de los 50 y principios de los 60 cuando llegó a haber abiertos 4000 autocines.

Ya sea con su pareja o llevando a la familia, el autocine es parte de los recuerdos de casi cualquier estadounidense que hubiera vivido aquellos años.

El autocine es una forma de cine consistente en una gran pantalla al aire libre, un proyector de cine, un bar cafetería y una gran área de estacionamiento para automóviles. La pantalla puede ser tan simple como un muro pintado de blanco o puede ser una compleja estructura de acero de complicado acabado. Permite ver películas desde la privacidad y comodidad de sus coches.

La máxima popularidad del autocine en EE. UU. llegó a finales de 1950 y comienzos de 1960, en particular en las zonas rurales, con unos 4.000 autocines a través de los Estados Unidos. Entre sus ventajas es el hecho de que una familia con un bebé podría cuidar de su hijo mientras ve una película, mientras que los adolescentes con automóvil encontraban los autocines ideales para las citas. Los ingresos son más limitados que los cines regulares en los que las proyecciones sólo pueden comenzar en la noche. Hubo intentos frustrados de crear las condiciones adecuadas para el horario de visionado correcto como las grandes estructuras de tienda de campaña, pero nada viable fue desarrollado.

En la década de 1950, la mayor privacidad que el autocine ofrece a los clientes les dieron la reputación de ser inmorales, y fueron etiquetados como "pozos de pasión" en los medios de comunicación. Durante la década de 1970, algunos de los autocines cambiaron de oferta de películas dedicadas a la familia a las películas del género de explotación, como una forma de compensar el la disminución de clientes y de ingresos.

En Venezuela, aunque las razones de su auge, entre los años sesenta y setenta, son variadas, incluso hasta el punto de fustigarlos por las malas condiciones de sonido y calidad de la imagen, los autocines cumplieron una misión en Caracas.

Los que surgieron después de 1949, lo hicieron instalando esa misma estructura elaborada con perfiles metálicos para sostener la pantalla a una altura que permitía divisarla desde la calle.

Para evitar que estos elementos afearan la ciudad, decidió incrustarse la pantalla dentro de un edificio de magnífica arquitectura, el cual servía de fachada y en cuya cornisa se colocó el nombre del autocine.

Siguiendo la moda de las fuentes de soda, el autocine Los Chaguaramos tenía la suya en la planta baja del edificio y se llamaba El Cristal Room. Fue muy famosa en la década de los cincuenta. Ofrecía un local de carácter informal que se convirtió en uno de los favoritos de la Caracas noctámbula.

Para su inauguración, la empresa Cines Unidos publicó en un aviso que animaba a la gente a disfrutar un espectáculo desde su propio carro, en un espacio para 250 autos, con altoparlante individual, rampla con mesas y cómodas sillas para 600 personas y una fuente soda de gran lujo, disponible aun con lluvia, aire puro y un gran ambiente de distinción. El cartel subrayaba la novedad con la frase 'por primera vez en Suramérica', anunciando la proyección de estrenos de películas seleccionadas entre las mejores de la industria'.

Este autor recuerda que dentro de la expansión del mercado industrial norteamericano, ocupó lugar predominante el uso de todo aparato eléctrico y mecánico. Entre éstos el automóvil se volvió de uso omnipresente. Para todo se utilizaba, incluso para ver películas.

Apareció entonces el autocine que se convirtió entonces en el sitio de moda. En él, la juventud, ya liberada de los protocolos, podía ir al cine de noche como si fuera a matinée.

'Esto contagió a los adultos y de pronto la informalidad resultaba muy confortable y ofrecía una alternativa al rigor social.

Agrega que 'es así como en Caracas, casi al final de este período, en 1949 aparece el autocine, en Los Chaguaramos, el cual era un nuevo desarrollo de la ciudad hacia el sureste, e impuso la novedad en poco tiempo'.

Idea

Este proyecto de auto-cine se origina por una idea obtenida por cada uno de los socios, las causas que llevaron a cabo este proyecto se hicieron por medio de un estudio de mercado (mediante encuestas) que se realizo a la zona de Macaracuay y sus alrededores por lo que fueron aceptadas satisfactoriamente, lo que permitió el impulso de este proyecto, con el fin de satisfacer una necesidad de entretenimiento por requerimiento de mercado de servicio y así avanzar tecnológicamente con la instalación de nuevas propuestas.

Reyemajen Auto-cine, S.A, se especializará en brindar entretenimiento con la proyección de películas de gran prestigio y primicias. El cliente podrá disfrutar de una experiencia de primera clase en un ambiente nuevo donde la imaginación y creatividad formara parte crucial en nuestra atención. Así mismo contará con una diversidad de servicios complementarios para degustar diferentes productos de comida rápida.

Perfil

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