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Santa Hildegarda De Bingen


Enviado por   •  26 de Mayo de 2013  •  2.250 Palabras (9 Páginas)  •  349 Visitas

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SANTA HILDEGARDA DE BINGEN

Trabajo Práctico de Música

Profesor: Esteban Aguinalde Sáenz

Alumno: María del Pilar Remersaro

SANTA HILDEGARDA DE BINGEN

Santa Hildegarda de Bingen (1098-1179) fue monacal, mística, profetisa, médica, compositora y escritora alemana. Es conocida como la sibila del Rin y como la profetisa teutónica. El 7 de octubre de 2012 el papa Benedicto XVI le otorgó el título de doctora de la Iglesia junto a San Juan de Ávila durante la misa de apertura de la XIII Asamblea general ordinaria del sínodo de los obispos.

Considerada por los especialistas actuales como una de las personalidades más fascinantes y polifacéticas del Occidente europeo, se la definió entre las mujeres más influyentes de la Baja Edad Media, entre las figuras más ilustres del monacato femenino y quizá la que mejor ejemplificó el ideal benedictino, dotada de una cultura fuera de lo común, comprometida también en la reforma de la Iglesia, y una de las escritoras de mayor producción de su tiempo. Atravesando el muro de los tiempos han quedado sus palabras, incluso su sonido, y las imágenes de sus visiones.

Lo prolífico de la obra musical de Hildegarda permite establecer la importancia que para la sibila del Rin tuvieron la música y el canto. Tal importancia se puso de manifiesto en la carta escrita a la curia de Maguncia, dictada tras el entredicho interpuesto con ocasión del conflicto derivado de que la abadesa diera sepultura a un hombre supuestamente excomulgado y por el cual se prohibió a su comunidad cantar el salterio y tener misa.

En dicha misiva, tras declararse dispuesta a obedecer las medidas impuestas y partiendo de una cita del salmo 150, Hildegarda explica que el canto es una manifestación del espíritu divino en el hombre, que con ello recuerda vagamente la bienaventuranza de Adán en el paraíso, quien participaba de la voz y el canto de los ángeles en alabanza a Dios. Los profetas, a quienes Dios les otorgaba una gracia extraordinaria habían compuesto cantos y creado instrumentos entreviendo el pasado beatífico de la humanidad. De hecho, los instrumentos musicales, al ser tocados con los dedos recordaban a Adán mismo creado por el «dedo de Dios».

La alabanza a Dios dentro de la Iglesia tiene su origen en el Espíritu Santo y es conforme a la armonía celeste:

El cuerpo es verdadero vestido del espíritu, el cual posee una voz viviente, para que de esta manera el cuerpo con el alma, use su voz para cantar las alabanzas de Dios

Si bien emplea la técnica monofónica, el melisma y la notación propias de su época, la música hildegardiana se diferencia por el uso de amplios rangos tonales, que exigen a la cantante o al coro subir a agudos intensos estando en una nota intermedia o baja. Contrae frases melódicas que impulsan a la voz a ser más rápida para luego ralentizarse. Usa igualmente intervalos de cuarta y quinta, cuando el canto de su época rara vez pasaba de terceras.

La totalidad de las obras musicales de la profetisa teutona fueron creadas para las necesidades litúrgicas de su propia comunidad, así como para la didáctica teológico-moral en el caso del Ordo Virtutum.

Hildegarda compuso setenta y ocho obras musicales, agrupadas en Symphonia armonie celestium revelationum (Sinfonía de la armonía de las revelaciones celestes): 43 antífonas, 18 responsorios, 4himnos, 7 secuencias, 2 sinfonías (con el significado propio del siglo XII), 1 aleluya, 1 kyrie, 1 pieza libre y 1 oratorio (fascinante, pues el oratorio se inventó en el siglo XVII). Además, compuso un auto sacramental musicalizado llamado Ordo Virtutum ("Orden de las virtudes", en latín), sobre las virtudes. Escuchar: Ordo Virtutum-Hildegarda de Bingen

Parte del legado poético de Hildegarda de Bingen nos llega a través de su Sinfonía de la armonía de las revelaciones celestes (Symphonia armonie celestium revelationum)

Symphonia nace como una recopilación de cantos compuestos por la abadesa entre 1140 y fines de la década de 1150. La organización sistemática se realiza desde 1151 hasta 1158; sin embargo, diez años antes comienza a componer la santa algunos himnos, secuencias, responsorios y antífonas para la Liturgia. Por lo tanto, Symphonia es fruto de un trabajo de varios años, de un proceso de maduración artística . Este desarrollo artístico lo confirmaScivias, una de las obras capitales de la autora, la cual fue compuesta también durante la década de 1140.

Al introducirnos en la obra poético-musical de Hildegarda nos encontramos con composiciones religiosas escritas en un latín sencillo. La abadesa de Bingen se autodefine como una persona no docta, nunca estudió la “gramática”, es decir, el latín y sus reglas, estudio que un monje solía aprender en la infancia. Esta carencia no fue un impedimento para nuestra abadesa ya que le permitió más libertad lírica en sus creaciones. (NEWMAN, “Poet”, 181)

Habíamos mencionado el propósito de una sistematicidad en la composición de esta obra. Es un ciclo de setenta y tres cantos dedicados a la Trinidad, la Virgen María, y las Jerarquías Celestiales: los Santos Patronos, Vírgenes, Viudas e Inocentes, Santa Úrsula y compañeras, y por último a la Iglesia. Se inspira en una visión de la santa descripta ya en Scivias: las puertas del Cielo son abiertas, mientras Hildegarda contempla y oye una multitud que canta en armonía, en alabanza a la Jerarquía celestial (Scivias III, 13).

Uno de los patrones que confieren unidad a los cantos de Symphonia es su carácter laudatorio. Symphonia es desde el comienzo al final una alabanza continua a Dios y todo el Cielo. Como natural característica de la alabanza, todo se manifiesta en tonos admirativos y celebrativos. Abundan los signos de exclamación, el uso de los Oadmirativos o el quam exaltativo: Qué hermosa, qué esplendorosa, etc. Las palabras cargan con un contenido semántico positivo, alegre, luminoso.

El ejemplo: O viridissima virga

A modo de ejemplo elegimos una composición dedicada a la Virgen, que comienza con el verso O viridissima virga, es decir,  “Oh, vara verdísima”. Hemos intentado una traducción lo más fiel posible al original procurando no perder la belleza de sus imágenes:

1. O verdísima vara, ave [1] Que, en el soplo de viento de la pregunta de los santos brotaste.

2. Cuando vino el tiempo en el que floreciste en tu rama Ave,

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