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Analisis Financiero


Enviado por   •  18 de Noviembre de 2014  •  2.814 Palabras (12 Páginas)  •  184 Visitas

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“ETICA DE LA EMPRESA DOS PUNTOS CLAVES PARA UNA NUEVA CULTURA EMPRESARIAL”

Ética» y «empresa» parecen habitualmente términos contrapuestos, como si llevar adelante una empresa implicara arrumbar necesariamente toda suerte de valores morales, o como si, desde la perspectiva contraria, vivir moralmente nos exigiera evitar cualquier contacto con el mundo del negocio. Es correcto este prejuicio tan extendido? ¿No descansa en un modo inadecuado de entender tanto la ética como la empresa?

Para Adela Cortina: “la ética empresarial consistiría, por tanto, en el descubrimiento y la aplicación de los valores y normas compartidas por una sociedad pluralista —valores que componen una ética cívica— al ámbito peculiar de la empresa, lo cual requiere entenderla según un modelo comunitario, pero siempre empapado de postconvencionalismo” (1998; 89).

Así parece, porque diversas experiencias muestran que las empresas que sobreviven y logran mejores resultados son precisamente aquellas que también han incorporado en su quehacer cotidiano un conjunto de valores morales; valores que componen un nuevo modo de entender la empresa, una nueva cultura empresarial. La razón de esta necesidad de valores no es difícil de sospechar: las empresas cobran sentido y legitimidad social al prestar sus servicios del modo que reclama la sociedad de nuestro tiempo, y si no se atienen a él, si no cumplen lo éticamente exigido, pierden toda credibilidad y legitimidad.

«Ética de la empresa» intenta ofrecer los rasgos de una nueva cultura de la empresa, situada en el nivel ético propio de las sociedades democráticas, que es –creemos– un nivel dialógico. Desde él se ocupa en diseñar una ética económica, de la empresa y de la dirección, y también una asesoría ética; aportando, por otra parte, una nutrida bibliografía sobre este novedoso ámbito y una relación de los centros en que actualmente se trabaja sobre él. En principio quisiera recordar a todos los presentes que la ética de la empresa nació en los años 70 del siglo XX, en Estados Unidos, y se le da el nombre de Business Ethics.

En español la traducción que se le ha dado es Ética de la Empresa, porque nos parece que eso de ética de los negocios no es suficiente; una empresa no es nada más un negocio, no se trata de hacer únicamente un negocio y olvidarse de lo demás, sino que la palabra empresa es mucho más hermosa.

Al ser uno empresario o emprendedor, se está llamado a grandes empresas o

tan siquiera a empresas de la vida cotidiana. El empresario tiene que ser alguien

que tenga imaginación, capacidad de liderazgo, que quiera llevar detrás a un

grupo que crea en su proyecto y que juntos quieran perseguir una meta;

entonces, ya en la expresión nos pareció importante, a la hora de traducir, no

hablar puramente de negocio sino hablar de empresa y de ética de la empresa.

En Estados Unidos nació en los años 70 y después paulatinamente fue entrando en Europa y América Latina. Hoy en día hay una gran cantidad de cátedras y publicaciones de ética de la empresa y una gran cantidad de grupos del mundo empresarial que están trabajando desde perspectivas éticas.

Yo insisto en ética y no tanto en responsabilidad. Creo que el tema de responsabilidad social es central y que hoy día está tomando un auge enorme y que hay que aprovecharlo, ya que es algo que puede transformar las empresas desde dentro, tal como lo que ustedes hacen.

Me gusta recordar que la responsabilidad social de la que luego hablaré, el triple balance económico y ambiental, tiene su entronque no en el simple balance sino en una auténtica ética, y ética quiere decir carácter; la palabra viene de ethos. Todas las personas nacimos con un temperamento que no elegimos. A lo largo de la vida vamos tomando distintas decisiones, y con ellas, vamos forjando distintas predisposiciones.

Si nos acostumbramos a tomar decisiones justas, adquirimos la predisposición a actuar con justicia, si nos acostumbramos a tomar decisiones prudentes, adquirimos la predisposición de actuar prudentemente, de tal manera que cuando uno ya ha adquirido una predisposición en un sentido determinado, es muy difícil actuar en el sentido contrario. Cuando uno ya está acostumbrado a fumar es muy difícil dejar de fumar, cuando uno

está acostumbrado a salir a la calle con un pie es muy difícil tomarla con el otro, cuando uno está acostumbrado a ser justo las injusticias le duelen, cuando está acostumbrado a corromperse ya no lo nota, la verdad es que nacer con un determinado temperamento y tener que ir forjando esas predisposiciones es inevitable, lo hacemos todos, todos nos vamos forjando unas predisposiciones u otras, no tenemos más remedio que ir forjando esas predisposiciones.

A las predisposiciones para actuar bien se les llama virtudes y a las predisposiciones para actuar mal se les llama vicios.

Pero en general ¿qué son las virtudes? Son las predisposiciones para actuar con justicia, prudencia, honestidad, etc., y ¿qué son los vicios? Pues lo contrario, la predisposición para actuar con injusticia, imprudencia, opacidad, deshonestidad, etc.

La palabra virtud no está muy bien vista en los últimos tiempos, parece que en algún tiempo decir que alguien era un dotado de virtudes era un piropo y ahora más bien es un insulto, el símbolo de las virtudes no se lleva mucho, incluso en España se acostumbraba nombrar a las hijas virtudes pero ahora a nadie se le ocurre porque parece ser contracorriente.

La palabra virtud, si ustedes lo recuerdan, en griego se decía arethe y quiere decir excelencia; las virtudes son excelencias, el virtuoso es el excelente, en justicia, en prudencia, el que trabaja en este sentido y hasta tal punto que es excelente en eso.

Durante mucho tiempo se discutió sobre si las organizaciones empresariales o si sólo las personas tienen o no carácter. Todas las personas ser forjan un carácter de uno u otro tipo, pero las organizaciones tienen también un carácter: se lo forjan, se puede decir que tienen una identidad, conciencia, toman decisiones desde unos valores.

Hay empresas que son más virtuosas que otras, más excelentes que otras, yo creo que las organizaciones se forjan un carácter. Las personas que nos acercamos a una empresa percibimos cuál es el carácter de sus productos, cuál el de sus trabajadores, cuál el de sus líderes, así que percibimos desde donde se están tomando las decisiones y desde qué

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