COMO SE DA L AINNOVACIÓN SUSTENTABLE EN ECUADOR
Francisco Kattan ChaconEnsayo9 de Abril de 2018
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INNOVACIÓN SUSTENTABLE EN ECUADOR
Como en todos los casos de países en vías de desarrollo, la economía de Ecuador ha debido enfrentar serios problemas, varios de carácter exógeno. Las recurrentes fluctuaciones de los términos de intercambio que han afectado a los países menos favorecidos económicamente hablando, han resultado en términos deteriorantes de todo tipo para esta clase de naciones.
Por este lado, Ecuador cuenta con una inmensa cantidad de recursos naturales, muchos de ellos aún no explotados, que podrían dar un carácter optimista a su evolución futura, especialmente si para esto se aplican políticas económicas consistentes y coherentes en el debido tiempo. Pero, ¿qué tan rentable o sano es seguir con una explotación intensiva de los recursos naturales? Esto requiere de un profundo análisis económico y ambiental, del cual derivarán interesantes propuestas y alternativas, entre las cuales se encuentra la innovación, y más aún la innovación sustentable, si tal término existe.
“El mundo de los negocios está cada vez más inmerso en un proceso de cambios. La competencia así como la globalización han desencadenado sistemas complejos con componentes de vértigo e incertidumbre a los que no estábamos acostumbrados” (Larraín, 2012). Tradicionalmente las empresas han funcionado bajo el paradigma de la maximización del valor para el accionista mientras su contribución a la sociedad es a través de la generación de empleo. Sin embargo, los diferentes sucesos han provocado un giro hacia un espacio donde las empresas reconocen que el mejor proceder es maximizar el valor de las partes interesadas, y no solo de los accionistas de la empresa. De esa manera también se rentabiliza el valor y la sustentabilidad de la compañía (Larraín, 2012).
Cuando se adoptó el dólar estadounidense como moneda oficial del país, la inestabilidad cambiara, uno de los grandes y severos problemas que afectan a países en vías de desarrollo, desapareció. Esto a su vez estimuló, en aquella época, un clima positivo para los negocios y la acción de muchos inversionistas extranjeros y nacionales. A más del área petrolera, otros campos particularmente atractivos para la inversión extranjera son la minería, el banano, la acuacultura, y diferentes campos de la infraestructura, e incluso la energía, el transporte y las telecomunicaciones son un área fructífera bajo la inversión de fuera. Ecuador ha suscrito convenios especiales para la promoción y protección recíproca de inversiones con Alemania, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Venezuela entre muchos otros, con los cuales además existen convenios para evitar la doble tributación (Saad, 2002)
Al pasar los años, y con los varios cambios de gobernantes que se ha presenciado en el país, aún se puede decir que la inversión continúa, pero lamentablemente carece de la misma fuerza que tuvo a inicios del nuevo siglo, y sumado a esto la balanza comercial del país con sus principales socios comerciales aún se mantiene en déficit. Durante el último tiempo, como nunca antes, se han presenciado movimientos sociales organizados a nivel mundial, que reflejan un descontento ciudadano generalizado junto con una creciente complejidad de las necesidades sociales, lo cual se ha traducido en una fuerte crítica e interrogante al modelo económico vigente (Larraín, 2012).
Sin embargo, siguen siendo los negocios los espacios en los cuales surge la innovación, la cual además de mover y crear un flujo creciente de capital son los mayores empleadores de una economía, y gracias a su existencia no solo tenemos acceso a más productos y servicios sino, muchas veces, a mejores productos y servicios, y entre otras cosas este tipo de situaciones impactan y se dirigen hacia el bienestar de la ciudadanía (García, 2010).
Tristemente, la innovación se ha convertido en un objetivo inalcanzable debido a la falta de procesos creativos de generación de valor, anticipando necesidades futuras y transformando el servicio actual en beneficios rentables atractivos para el mercado. En muchos casos, la falta de innovación nace de una ideología que no cree en el cambio y cuya estrategia, estructura y enfoque de liderazgo empresarial están centrados únicamente en la generación de eficiencia financiera u operativa. La innovación, no obstante, significa “ser consciente de los cambios del entorno, refiriéndose al mercado, y a través de un análisis del mismo, es capaz de introducir cambios en sus productos o incluso en el diseño o la implementación de nuevos bienes y servicios, o a su vez, incorporar nuevos procesos de producción, gestión, o comercialización, así como rediseñar los existentes de tal manera que todo ello redunde en la aparición de ventajas competitivas para la empresa en cuestión” (García, 2010).
Es imposible hablar de innovación sin pensar en empresas como Google, que a través de su modelo de negocios flexible, escalable y altamente innovador, ha cambiado muchas vidas. IBM ahorra billones de dólares con LINUX a través de la inteligencia colectiva ya que la inversión en desarrollo de nuevos sistemas y funcionalidades son desarrollados por usuarios que lo hacen libremente, sin cobrar beneficios o sueldos y su motivación es participar en el proyecto y beneficiar a toda la comunidad (Ponce, 2011).
Empresas como Starbucks, LEGO, Wikipedia y otras, también son íconos de innovación, ya que a través de la comunicación y participación activa con sus comunidades, generan fuentes de nuevas ideas, innovación y negocios comprendiendo que el cliente es quien sabe antes que la empresa, qué necesita o podría necesitar y todo inicia con algo tan simple como una conversación o sugerencias.
Con esto dicho, el propósito del presente ensayo es dar a conocer a una empresa ecuatoriana que ha sabido gestionar de manera eficiente y sabia la innovación en el país, sin descuidar ni dejar de lado la sustentabilidad. Esta firma quiteña, para ser más exactos, elabora pisos terminados de alta calidad, utilizando como materia prima, bambú sembrado por la misma empresa, en el cual el proceso de siembra y primera producción duró aproximadamente siete años, registrando ingresos recién en el año 2012. Estamos hablando de BigBamboo S.A, constituido legalmente en mayo del año 2007.
Al abordar el tema del uso de bambú en Ecuador, es necesario discutir de su cultura e incluso su historia. Esta gramínea ha servido por milenios y sigue sirviendo a cientos de miles de ecuatorianos como material de construcción para sus viviendas y objetos de uso diario. Se los puede encontrar en grupos a orillas de ríos y estuarios de las costas ecuatorianas, actuando como un extraordinario agente contra la erosión de suelos y un excepcional contribuyente hacia el mantenimiento ecológico de estos ecosistemas (Morán, 1986).
Con el pasar del tiempo, el bambú se ha convertido también en materia prima para una variedad de cosas, e incluso algunos países del continente asiático elaboran toallas sanitarias femeninas con viruta de bambú y fibra de maíz. Las compresas que ofrecen compañías como Zibo Saite Textile Co. son absorbentes, tienen gran ventilación, retienen los olores y son antibacterianas. Dadas sus múltiples propiedades, el bambú también se utiliza para fabricar materiales desechables para hospitales como vendas, máscaras y ropa quirúrgica, además de elaborarse envases biodegradables en sustitución del unicel (Carmiol, 2009).
La resistencia del bambú combinado en sus juntas con concreto ha provocado una demanda de la gramínea para la generación de cimentaciones, andamios, puentes, rascacielos y esculturas. La difusión de la guadua, como se le conoce en varios países, para proyectos de arquitectura contemporánea, se debe a maestros como Simón Vélez o Jörg Stamm, quienes desarrollan estructuras de estética vanguardista con esta planta. Ejemplo de lo anterior fue el Museo Nómada, proyectado por Vélez, levantado en la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México en 2007. Se trató de una estructura realizada con 9,000 guaduas de 9 metros de altura. Otro ejemplo se tiene en España, puesto que tienen como revestimiento de la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas en Madrid que cuenta con 200 mil metros cuadrados de bambú (Carmiol, 2009).
Es debida a esta gran versatilidad que ofrece el bambú, que Jorge Eguiguren decidió fabricar pisos de alta calidad, resistencia y estética con este material. BigBamboo transforma esta planta similar a la caña guadua, en pisos terminados para casas u oficinas. Al entrar a la fábrica, ubicada en el barrio San Bartolo al sur de Quito, predomina un olor dulce en el ambiente. “Ese olor sale del azúcar que tiene el bambú, y durante el proceso se lo siente y permanece en los pisos”, explica el gerente de BigBamboo.
Esta compañía nació en el 2002, en los bosques tropicales del noroccidente de Pichincha, pero no fue hasta finales del año pasado que la compañía empezó a ver sus frutos. Esto ocurrió porque desde ese año hasta el 2012 se sembró el bambú, con lo cual luego vino el procesamiento de la planta y desde el último trimestre del 2012, arrancó la comercialización, ya que se requieren siete años para que el bambú pueda ser procesado (Benítez, 2013).
Con una inversión inicial de USD 200 000, Eguiguren junto a cinco socios más construyó lo que es hoy esta gran empresa. Durante ese tiempo, la empresa se sostuvo únicamente con el capital y aporte de los socios y con un préstamo de la Corporación Financiera Nacional que alcanzó los 500 000 dólares, entregados para la etapa de transformación del bambú cosechado (Benítez, 2013). Al final de estos siete años, Jorge Eguiguren calcula que se han invertido aproximadamente tres millones de dólares, los cuales incluyen la implementación de maquinaria de compleja y costosa tecnología y funcionamiento. Entre estas se puede mencionar un sistema automatizado para el control del proceso de impregnación de resina en la latilla trapichada de bambú, la cual fue construida por un ingeniero en mecatrónica de la Universidad Politécnica del Ejército.
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