ERGONOMIA, SEGURIDAD INDUSTRIAL Y SALUD LABORAL

UNIVERSIDAD DE ORIENTE

NUCLEO DE SUCRE CARUPANO

ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES

PROGRAMA DE GERENCIA DE RECURSOS HUMANOS

ASIGNATURA: SALUD OCUPACIONAL

ERGONOMIA, SEGURIDAD INDUSTRIAL Y SALUD LABORAL

El trabajo representa, para quien lo realiza, la forma de optar a diversas comodidades, o por lo menos, el poder satisfacer ciertas necesidades que le son prioritarias y/o imprescindibles. Aunque no siempre se obtenga el trabajo deseado o para el cual se ha capacitado, el mismo debe satisfacer a quien lo realiza, y los resultados del mismo, a su vez, a quien lo ejerce y lo proporciona.

Este equilibrio entre lo que se ejecuta y los resultados que se obtienen no se encuentra exento de aspectos negativos, considerando que muchos puestos de empleo requieren manejo de maquinaria pesada, largas jornadas de trabajo o condiciones físico-ambientales que de una u otra forma, inciden negativamente en el rendimiento del trabajador y en la salud del mismo, convirtiéndose en factores de riesgo.

El riesgo se presenta como la posible eventualidad generadora de un accidente que puede ocasionar en quien lo recibe, repercusiones a corto, mediano o largo plazo. La Norma Covenin 2260-88 conceptualiza el riesgo como “una medida del potencial de pérdida económica o lesión en términos de la probabilidad de ocurrencia de un evento no deseado junto con la magnitud de las consecuencias” (p. 2). Estos eventos son muchas veces ocasionados de forma imprevista, siendo su origen producto del descuido, por la incompetencia de quien está ejecutando la acción para el momento en que se sucede o por las insanas condiciones en que se encuentra laborando la persona.

Estas eventualidades, se quiera o no, se encuentran presentes en la mayoría de los oficios y/o empleos que se ejercen, a lo cual se infiere que en muchos casos el trabajador no se encuentra al tanto de los posibles riesgos que corre en su lugar de trabajo. Cuando el desconocimiento de los posibles factores presentes en el espacio laboral no es percibido conscientemente por la persona, es lo que se ha dado a conocer como riesgo laboral. Por tanto, cada sitio de trabajo tendrá sus propias características de riesgo, que pueden variar en menor o mayor cantidad, o en mayor o menor probabilidad de que suceda el evento.

La predisposición de ciertas tareas laborales a que ocurran eventos negativos que atenten contra el bienestar y la salud del trabajador, es lo que ha llamado la atención de múltiples científicos, trabajadores, sindicatos y profesionales en riesgo laboral en la búsqueda de prevenir las variadas patologías producto de ello.

En relación directa a esto, se tiene lo señalado por la Universidad Complutense al afirmar que:

La prevención de las patologías laborales o de aquellas otras que resultan agravadas por las condiciones de trabajo pasa necesariamente por la adaptación del trabajo al trabajador y por el hecho de que éste cuente con información y asesoramiento, para que pueda corregir los elementos de su puesto de trabajo (p. 4).

Considerando lo expuesto, las condiciones laborales deben partir desde la base del trabajador como la persona que va a estar en contacto directo con un grupo de factores que pueden favorecer o desfavorecer su rendimiento, producto del desgaste o los riesgos sufridos en el cumplimiento de sus obligaciones. “El elemento clave es la participación directa de los trabajadores (las personas afectadas en su salud y bienestar por el problema en cuestión) en la identificación de las situaciones que requieren intervención” (García, Gadea, Sevilla, Genis y Ronda, 2009).

Se quiere decir con esto, que el trabajador debe contar con toda la información posible sobre los riesgos que puedan presentarse durante el tiempo que ejecute sus funciones, de tal manera que pueda asesorarse o que la misma empresa le brinde este beneficio y poder tomar las respectivas medidas preventivas que minimicen el impacto en su salud y en la calidad del trabajo.

Como respuesta a la búsqueda de soluciones y/o de medidas preventivas que eviten riesgos en el trabajo, se origina la higiene industrial, la cual es conceptualizada por Pizani y Tovar (2004) como aquella que “se preocupa de proteger al trabajador de los accidentes de trabajo y de las enfermedades propias de su actividad, dedicándose también a la orientación y selección de los puestos de trabajo” (p. 8).

La higiene industrial tiene como objetivo el de proteger y promocionar la salud de todo trabajador, del medio ambiente y su contribución en el logro del desarrollo físico y ambiental de carácter seguro y sostenible. El control de los riesgos a la salud en los centros de trabajos es lo que determina que la enfermedad profesional derivada de las insanas condiciones laborales no pueda volver a manifestarse.

De allí, que la principal meta de la higiene industrial es el de prevenir situaciones de riesgo, sin tener que esperar a que estas se manifiesten, lo que lleva a plantear la modificación del ambiente laboral en el control de riesgos. Para esto es necesario enfocar la salud desde un punto de vista amplio, donde converjan diversas disciplinas, entre las que destaca la ergonomía.

El término ergonomía proviene de las palabras griegas ergo, que significa trabajo y nomos que significa leyes naturales, conocimiento o estudio, de manera que estas palabras hacen inferir que la ergonomía es el estudio del trabajo. De acuerdo a lo que plantea la Organización Internacional del Trabajo:

La ergonomía es el estudio del trabajo en relación con el entorno en que se lleva a cabo (el lugar de trabajo) y con quienes lo realizan (los trabajadores). Se utiliza para determinar cómo diseñar o adaptar el lugar de trabajo al trabajador a fin de evitar distintos problemas de salud y de aumentar la eficiencia (p. 1).

Visto desde esta perspectiva, la ergonomía busca que el trabajo que se ejecute cumpla con los requerimientos de seguridad física y hasta emocional en el trabajador, lo cual repercute directamente con el rendimiento del mismo y por ende, en la productividad. Si por el contrario, el puesto de trabajo no cuenta con este tipo de requerimientos, es cuando se puede observar ausencia de los trabajadores producto de una salud aquejada, en los cuales es común la presencia de lesiones a la altura de la espalda, problemas en las vías circulatorias (las piernas son generalmente las que mayores sintomatología presentan), problemas de la vista, entre otros.

En relación a esto, la ergonomía tiene el firme propósito de ofrecer a la masa trabajadora, un puesto de trabajo con un diseño pensado y creado en condiciones óptimas para el trabajador. Estos propósitos son descritos por la Unión Sindical Obrera (2006) como aquellos que:

Permite al trabajador modificar la posición de su cuerpo. Incluye tareas que estimulan al trabajador mentalmente. Deja margen de adopción de decisiones, a fin de que pueda variar actividades laborales según sus necesidades personales y hábitos de trabajo. Facilita formación e información adecuada de cómo realizar el trabajo sin riesgo. Dejar un periodo de ajuste a las nuevas tareas (p. 2).

En otras palabras, la adaptación del lugar de trabajo a las exigencias de salud que merece y requiere todo trabajador, es lo que la ergonomía ofrece, diseñando mecanismos de apoyo, control de riesgos en los recursos materiales que el trabajo y el trabajador requieren y la disponibilidad de éstos al cubrir las exigencias de la función que cumple, el rendimiento que se espera de él y la garantía de contar con lo necesario para su ejercicio sin perjuicio alguno.

El espectro de acción de esta ciencia contempla todas aquellas circunstancias o factores que pueden estar presentes en el puesto de trabajo e influir en el bienestar y la salud del trabajador, de allí que se consideren la temperatura, el ruido, las maquinarias, herramientas, iluminación, calzado, asientos, entre los aspectos físicos. En lo que concierne a las condiciones laborales, se tienen el horario de trabajo, el tiempo de descanso y para comer.

La importancia que la ergonomía posee en el estudio del trabajo se refleja desde dos aspectos: en lo humano y en lo económico. Al respecto Marranzini plantea las siguientes:

Mejorar la calidad y productividad. Reducir las lesiones y enfermedades. Reducir cambios de personal y el ausentismo. Hacer más confortable trabajo de los empleados. Mejor actitud y satisfacción en el trabajo. Reducir los costos. Estimular la innovación. Reducir el trabajo innecesario (fig. 9),

Los beneficios que se desprenden de la aplicación de la ergonomía en los puestos de trabajo evidencian la mejora en el rendimiento en las responsabilidades inherentes a sus funciones, el poder prevenir lesiones, la eliminación de las barreras que pudiesen estar presentes en estos lugares; lo cual obstaculiza el desempeño cabal de sus competencias. Como aporte positivo además de los ya enumerados, está el hecho de que el trabajador es más eficaz, más productivo y la eficiencia es notoria.

La aplicación de la ergonomía en las fuentes de trabajo, parten de doce principios, señalados por el Instituto Nacional de Seguros (2012), los cuales consisten en primeramente el mantener todo al alcance de manera de no tener que realizar esfuerzos mayores a las posibilidades del trabajador que requieran adoptar posiciones peligrosas o que vayan en detrimento de la salud. Otro principio es el de utilizar la altura del codo como referencia, esto aporta un gran beneficio al no realizar mayor inclinación que afecte los hombros, cuello y espalda.

Por otra parte, se

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