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El Derecho Empresarial en el desarrollo de un Emprendimiento


Enviado por   •  9 de Abril de 2022  •  Tareas  •  1.975 Palabras (8 Páginas)  •  60 Visitas

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El Derecho Empresarial en el desarrollo de un Emprendimiento

Emprendedor y resiliente, así se caracteriza principalmente al peruano cuando busca proponer un plan de negocio, donde la creatividad y el ingenio lo destacan, e incluso, parece llevarlo impreso en su ADN cultural. Sin embargo, formar una empresa en el Perú no es nada fácil debido al complejísimo sistema tributario, eso explica el alto grado de informalidad en nuestro país. Por ello, el Estado debe brindar facilidades para que se conviertan en pequeñas empresas, luego medianas y posteriormente en grandes. Del mismo modo, entra a tallar el término derecho empresarial ya que busca en el emprendedor el poder de tomar decisiones bastante acertadas siempre y cuando sean correctas para actuar bajo estándares, de esta forma lograr objetivos primordiales de la organización.

Adicionalmente, JC Magazine,  medio de comunicación on-line que ofrece información actualizada en tiempo real y de manera permanente las 24 horas del día, manifiesta que el Perú se encuentra en el top 10 de los países con la más alta intención por emprender. Según el último reporte, nuestro país está en la octava ubicación de 148 economías a nivel mundial y tercero en Sudamérica (luego de Colombia y Chile). Ello manifiesta el espíritu emprendedor de los peruanos, esas ganas por salir adelante con ideas de negocio creativas e innovadoras. Los primeros lugares a nivel mundial lo ocupan Angola, Sudán y Egipto.

Partiendo del término “emprender”, según la Real Academia Española es “iniciar o empezar una obra o un negocio” y ¿por qué iniciamos un negocio? La razón principal es generar utilidades para satisfacer nuestras necesidades; a su vez, también somos parte de esta cadena ya que al iniciar un negocio, sea en el rubro que sea, logramos que nuestros clientes también satisfagan sus necesidades.

Si nos remontamos a la antigüedad, el término emprender según los ingleses describía al comportamiento y a las habilidades que tenían los “emprendedores” con potencial de éxito; y tomando esto, también hubieron muchas formas de describir a las personas “emprendedoras”, incluso había cierta confusión con respecto a este término. Por años, existieron personas que se autodenominaban “emprendedores”, pero ¿cuál es la definición de emprendedores? ¿quiénes son realmente emprendedores?

Para poder explicarlo tomaremos como ejemplo a Henry Ford, empresario estadounidense quién lanzó el modelo T poniendo el automóvil al alcance de la clase media. Ahora, lo identificamos como ejemplo de “emprendedor” debido a la ingeniosa idea que tuvo para reducir los costes de fabricación, “la producción en serie” también conocida como “fordismo”. Esto consistía en instalar una cadena de montaje a base de correas de transmisión y guías de deslizamiento que se encargaban de desplazar automáticamente el chasis del automóvil hasta donde se encontraban los operarios quienes acoplaban las piezas hasta que el auto estuviera totalmente ensamblado. Esta fabricación en cadena era una apuesta atrevida y arriesgada; ya que, solo resultaría siempre y cuando existieran clientes capaces de demandar una producción masiva. Para esto, Ford evaluó detalladamente la capacidad adquisitiva del público al que iba dirigido, el norteamericano promedio, para así arriesgar y abrirse a esta sociedad de consumo. Por lo tanto, podemos afirmar que los emprendedores son personas que desarrollan ideas para crear productos o servicios que no existen en la actualidad, así como también modificar estos otorgándole un valor agregado y que, según el mercado, puede ser captado como una innovación. A su vez, al ser un producto o servicio novedoso, genera cierta incertidumbre para el ofertante quién toma y asume el riesgo de lo que pueda ocurrir al momento de lanzarse al mercado.

Basándonos en este preámbulo, el “emprendimiento” es la actitud y aptitud que toma el emprendedor, es la ejecución de estas ideas por parte de él para que de esta manera se inicie un nuevo proyecto. Como hemos visto, desde el inicio de la humanidad, el hombre se caracterizó por asumir riesgos con el objetivo de generar oportunidades de crecimiento económico que le pueda brindar una mejor calidad de vida tanto para este como para su familia. Los emprendimientos son esenciales en la sociedad, ya que permiten que las organizaciones puedan innovar y transformar estos conocimientos en nuevos productos; así como también, estimular al surgimiento de nuevas empresas. Todo ello conlleva a que se generen más puestos de trabajo alentando a la PET (población en edad de trabajar) en la búsqueda de empleos, e incrementando tanto la productividad de la población como el valor agregado de la economía. Justamente por este motivo, en muchos países hay un interés por promover el emprendimiento a través de programas y proyectos públicos que favorecen la formación de estos ambientes de negocios propios.

Del mismo modo, en Latinoamérica  un programa de aceleración e incentivo sería el “Startup Chile”, el cual ha ganado un gran reconocimiento al ser el principal promotor de startups en dicha región. SUP es un programa público puesto en marcha en el 2010 con la finalidad de atraer emprendedores de alto potencial para que sus iniciativas se proyecten en el mercado chileno. En ese entonces, el programa apuntaba a que estas se transformen en empresas globales y sean motivo de inspiración para que más ciudadanos se conviertan en emprendedores de talla mundial posicionando a Chile como un núcleo innovador y emprendedor en Latinoamérica. El programa piloto contó con un presupuesto de 1 millón de dólares y lo ejecutaba Innova Chile, filial de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo), el cual es el principal organismo público dedicado a brindar apoyo al desarrollo empresarial. Si bien en esta fase piloto se presentaron varios obstáculos, muchas de estas fueron superadas. Con el pasar del tiempo, sucesivas generaciones fueron testigos de nuevas modalidades que fortalecieron tanto al atractivo del programa como al retorno obtenido por el país, puesto que, Startup Chile brindó cada vez más a sus compatriotas la oportunidad de conocer las habilidades necesarias para tener éxito en el emprendimiento. A los participantes foráneos, SUP les ofrecía un capital semilla para sus proyectos, sin requerir participación en el capital; un visado, que permitía que estos registren su empresa en Chile; y una oficina compartida en el centro de Santiago. A cambio, SUP requería que: residan en el país durante la duración del programa (6 meses), participen en actividades que despierten el interés inversionista, y promuevan el emprendimiento local.

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