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Introducciòn a la ètica


Enviado por   •  20 de Febrero de 2013  •  Tutoriales  •  7.389 Palabras (30 Páginas)  •  306 Visitas

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INTRODUCCIÒN A LA ÈTICA

1.1. LOS SERES HUMANOS

En las relaciones cotidianas de los individuos con otros surgen constantemente problemas como éstos: ¿Debo cumplir la promesa X que hice ayer a mi amigo Y, a pesar de que hoy me doy cuenta de que su cumplimiento me producirá perjuicios? Si alguien se acerca a mí sospechosamente en la noche y temo que pueda atacarme, ¿debo disparar sobre él, aprovechando que nadie puede observarme, para evitar el riesgo de ser atacado?

Con referencia a los actos criminales cometidos por los nazis en la segunda guerra mundial ¿los soldados cumpliendo ordenes militares, los llevaron acabo, pueden ser condenados moralmente? ¿Debo decir la verdad siempre o hay ocasiones en que debo mentir? Quien en una guerra de invasión sabe que su amigo Z esta colaborando con el enemigo, ¿debe callar, movido por su amistad o debe denunciarlo, como traidor? ¿Podemos considerar que es bueno el hombre que se muestra caritativo con el mendigo que toca a su puerta, y que durante el día como patrón explota implacablemente a los obreros y empleados de su empresa? Si un individuo trata de hacer el bien, y las consecuencias de sus actos son negativas para aquellos a los que se proponía favorecer, ya que les causa más daño que beneficio, ¿debemos considerar que a obrado correctamente, desde un punto de vista moral, cualesquiera que hayan sido los resultados de su acción.

En todos estos casos se trata de problemas prácticos es decir, problemas que se plantean en las relaciones efectivas, reales de unos individuos con otros, o al juzgar ciertas desiciones o acciones de ellos. Se trata a su vez de problemas cuya solución no solo afecta al sujeto que se los plantea sino también a otra u otras personas que sufrirán las consecuencias de su decisión y de su acción. Las consecuencias pueden afectar a un solo individuo (¿debo decir la verdad o debo mentir?); en otros casos se trata de acciones que afectan a varios de ellos o agrupos sociales (¿debieron cumplir los soldados nazis las ordenes de exterminio de sus superiores?). Finalmente, las Consecuencias pueden afectar a una comunidad entera como la nación (¿debo guardar silencio en nombre de la amistad ante los pasos de un traidor?)

1 En situaciones como las que, por vía de ejemplo, acabamos de enumerar, los individuos se enfrentaran a la necesidad de ajustar su conducta a normas que se tienen por más adecuaciones o dignas de ser cumplidas. Esas normas son aceptadas íntimamente y reconocidas como obligatorias; de acuerdo con ellas, los individuos comprenden que tienen el deber de actuar en una u otra dirección. En estos casos decimos que el hombre se comporta moralmente, y en este comportamiento suyo se pone de manifiesto una serie de rasgos característicosque los distinguen de otras formas de conducta humana. Acerca de este comportamiento, que es el fruto de una decisión reflexiva, y por tanto no puramente espontáneo o natural, los demás juzgan, conforme a normas establecidas, y formulan juicios como estos: “ X hizo bien al mentir en aquellas circunstancias; “X debió denunciar a su amigo traidor”, etc.

Así, pues, tenemos por un lado actos o modos de comportarse los hombres ante ciertos problemas que llamamos morales, y, por el otro, juicios por los que dichos actos son aprobados o desaprobados moralmente. Pero, a su vez, tanto los actos como los juicios morales presuponen ciertas normas que señalan lo que se debe hacer. Así, por ejemplo, el juicio “X debió denunciar a su amigo traidor”, presupone la norma “pon los intereses de la patria por encima de la amistad”.

Nos encontramos, pues, en la vida real con problemas prácticos de los tipos de los numerados a los que nadie puede sustraerse. Y, para resolverlos, los individuos recurren a normas, realizan determinados actos, formulan juicios y en ocasiones, emplean determinados argumentos o razones para justificar la decisión adoptada, o al paso dado.

Todo esto forma parte de un tipo de conducta efectiva, tanto de los individuos como de los grupos sociales, y tanto de hoy como de ayer. En efecto, el comportamiento humano practico-moral, aunque sujeto a cambio de un tiempo a otro de una a otra sociedad, se remonta a los orígenes mismos del hombre como ser social.

Este comportamiento practico-moral que se da ya en las formas más primitivas de comunidad, sucede posteriormente muchos milenios después la reflexión sobre él. Los hombres no solo actúan moralmente ( es decir, se enfrentan a ciertos problemas en sus relaciones mutuas, toman desiciones y realizan ciertos actos para resolverlos, y a la vez juzga o valora de un modo u otro esas decisiones y esos actos), si no que también reflexionan sobre ese comportamiento practico, y lo hacen objeto de su reflexión o de su pensamiento. Se pasa así del plano de la práctica moral al de la teoría moral; o también, de la moral efectiva, vivida, a la moral reflexiva. Cuando se da este paso, que coincide con los albores del pensamiento filosófico, estamos propiamente en la esfera de los problemas teórico-morales, o éticos.

A diferencia de los problemas practico-morales, los éticos se caracterizan por su generalidad. Si al individuo concreto se le plantea en la vida real una situación dada, el problema de cómo actuar de manera que su acción pueda ser buena o valiosa moralmente, tendrá que resolverlo por si mismo con ayuda de una norma que el reconoce y acepta íntimamente. Será inútil que recurra a la ética con la esperanza de encontrar en ella de lo que debe hacer en cada situación concreta. La ética podrá decirle, en general, lo que es una conducta sujeta a normas, o en que consiste aquello, lo bueno que persigue la conducta moral, dentro de la cual entra la de un individuo concreto, o la de todos. El problema de que hacer en cada situación concreta es un problema practico-moral, no teórico-ético. En cambio, definir que es lo bueno no es un problema moral que corresponda resolver a un individuo con respecto de cada caso particular, sino a un problema general de carácter teórico que toca resolver al investigador de la moral, es decir, al ético. Así por ejemplo, Aristóteles se plantea, en la antigüedad griega el problema teórico de definir lo bueno. Su tarea es investigar el contenido de lo bueno y no determinar lo que el individuo debe hacer en cada caso concreto para que su acto pueda considerarse bueno. Cierto es que esta investigación teórica no deja de tener consecuencias practicas, pues al definirse que es lo bueno se esta señalando un camino general, en el marco del cual, los hombres pueden orientar su conducta en diversas situaciones particulares. En este sentido, la teoría puede influir en el comportamiento moral-practico.

Pero, ello no obstante, el problema practico que el individuo tiene que resolver en su vida cotidiana, y e teórico que el investigador ha de resolver sobre la base del material que le brinda la conducta moral efectiva de los hombres, no puede identificarse.

2 Muchas teorías éticas han girado en torno a la definición de lobuelo, pensando de que si sabemos determinar lo que es, podremos entonces saber lo que debe de hacerse o no. Las respuestas acerca de que sea lo bueno varían, por su puesto, de una teoría a otra: para unos, lo bueno es la felicidad o el placer; para otros, lo útil, el poder, la auto producción del ser humano, etcétera.

El problema de la esencia del acto moral remite a otro problema importantísimo: el de la responsabilidad. Sólo cabe hablar de comportamiento moral, cuando el sujeto que así se comporta es responsable de sus actos, pero esto a su vez entraña el supuesto de que ha podido hacer lo que quería hacer, es decir, de que ha podido elegir entre dos o más alternativas, y actuar de acuerdo con la decisión tomada. El problema de la libertad de la voluntad es, por ello, inseparable de de la responsabilidad. Decidir y obrar en una situación concreta es un problema práctico-moral; pero investigar el modo como se relacionan la responsabilidad moral con la libertad y con el determinismo a que se hallan sujetos nuestros actos, es un problema teórico, cuyo estudio corresponde a la ética.

Problemas éticos son también el de la obligatoriedad moral, es decir, el de la naturaleza y fundamentos de la conducta moral en cuanto conducta debida, asícomo el de la realización moral, no sólo como empresa individual, sino tambiéncomo empresa colectiva.

Pero en su comportamiento moral-practico, los hombres no sólo realizan determinados actos, sino que además los juzgan o valoran; es decir formulan juicios de aprobación o desaprobación de ellos, y se someten consciente y libremente a ciertas normas o reglas de acción. Todo esto toma la forma lógica de ciertos enunciados o proposiciones. Aquí se ofrece a la ética un ancho campo de estudio que, en nuestro tiempo, ha dado lugar a una parte especial de ella a la que se le ha dado el nombre de metaética, y cuya tarea consiste en estudiar la naturaleza, función y justificación de los juicios morales. Un problema meta-ética fundamental, es justamente este último; es decir, el de examinar si pueden argüirse razones o argumentos y, en tal caso, qué tipo de razones o argumentos para determinar la validez de un juicio moral, y particularmente de las normas morales.

1.2 LA ETICA Y LA MORAL

La ética, entendida esta como la ciencia de las costumbres tales como deben ser, la ciencia del bien obligatorio.La ética establece los principios racionales que rigen la conducta humana, considerada esta en su aspecto individual o monástico así como en su aspecto social. En este sentido la ética o moral en sentido lato comprende al derecho; sin embargo en sentido restringido la moral se preocupa fundamentalmente del perfeccionamiento integral de la persona, de lo que podríamos llamar su bien individual, en tanto que el derecho busca la realización de ese orden social justo que constituye el bien común.

De la misma manera que, estando estrechamente vinculados, no se identifican los problemas teóricos morales con los problemas prácticos, tampoco pueden confundirse la ética y la moral.

4 La ética no crea la moral. Aunque es cierto que toda moral efectiva supone ciertos principios normas o reglas de conducta, no es la ética la que, en una comunidad dada establece esos principios o normas. La ética se encuentra con una experiencia histórico social en el terreno de la moral o sea, con una serie demorales efectivas ya dadas, y partiendo de ellas trata de establecer la esencia de la moral su origen, las condiciones objetivas y subjetivas del acto moral, las fuentes de la valoración moral, la naturaleza y función de los juicios morales, los criterios de justificación de dichos juicios y el principio que rige el cambio y sucesión de diferentes sistemas morales.

La ética es la teoría o ciencia del comportamiento moral de los hombres en sociedad. O sea, es ciencia de una forma especifica de conducta humana en la definición se subraya, en primer lugar, el carácter científico de esta disciplina; o sea, se responde a la necesidad de un tratamiento científico de los problemas morales. De acuerdo con este tratamiento, la ética se ocupa de un objeto propio: el sector de la realidad humana que llamamos moral constituido como ya se a señalado por un tipo peculiar de hechos o actos humanos. Como ciencia, la ética parte de ciertos tipos de hechos tratando de descubrir sus principios generales.

En este sentido, aunque parte de datos empíricos, o sea, de la existencia de un comportamiento moral efectivo, no puede mantenerse al nivel de una simple descripción o registro de ellos, sino que los trasciende con sus conceptos, hipótesis y teorías. En cuanto conocimiento científico, la ética ha de aspirar a la racionalidad y objetividad más plenas, y a la vez ha de proporcionar conocimientos sistemáticos, metódicos y, hasta donde sea posible, verificables.

Ciertamente, este tratamiento científico de los problemas morales dista mucho todavía de ser satisfactorios, y de las dificultades para alcanzarlo siguen beneficiándose todavía las éticas especulativas tradicionales, y las actuales de inspiración positiva.

La ética es la ciencia de la moral, es decir, de una esfera de la conducta humana. No hay que confundir aquí la teoría con su objeto: el mundo moral. Las proposiciones de la ética deben tener el mismo rigor, coherencia y fundamentaciòn que las proposiciones científicas. En cambio, los principios, normas o juicios de una moral determinada no revisten ese carácter. Y no sólo no tienen un carácter científico, sino que la experiencia histórica moral demuestra que muchas veces son incompatibles con los conocimientos que aportan las ciencias naturales y sociales. Por ello, podemos afirmar que si cabe hablar de una ética científica, no puede decirse lo mismo de la moral. No hay una moral científica, pero sí. Hay o puede haber un conocimiento de la moral que puede ser científico. Aquí como en otras ciencias, lo científico radica en el método, en el tratamiento del objeto, y no en el objeto mismo. De la misma manera, puede decirse que el mundo físico no es científico, aunque sì lo es, su tratamiento o estudio de él por la ciencia física.

Pero si no hay una moral científica de por sí, puede darse una moral compatible con los conocimientos científicos acerca del hombre, de la sociedad y, en particular, acerca de la conducta humana moral. Y es aquí donde la ética puede servir parafundamentar una moral, sin ser ella por sí misma normativa o prescriptita.

La moral no es ciencia, sino objeto de la ciencia, y en este sentido es estudiada, investigad por ella. La ética no es la moral, y por ello no puede reducirse a un conjunto de normas y prescripciones; su misión es explicar la moral efectiva, y, en este sentido, puede influir en la moral misma.

5 Su objetivo de estudio lo constituye un tipo de actos humanos: los actos conscientes y voluntarios de los individuos que afectan a otros, a determinados grupos sociales, o a la sociedad en su conjunto.

Ética y moral se relacionan, pues, en la definición antes dada, como una ciencia especifica y su objetivo. Una y otra palabra mantienen así una relación que no tenían propiamente en sus orígenes etimológicos. Ciertamente, moral procede del latín mos o mores, “costumbres”, en el sentido de conjunto de normas o reglas adquiridas por hábito. La moral tiene que ver así con el comportamiento adquirido, o modo de ser conquistado por el hombre. Ética proviene del griego ethos, que significa análogamente “modo de ser” o “carácter” en cuanto forma de vida también adquirida o conquistada por el hombre. Así, pues, originariamente ethos y mos, “carácter” y “costumbre”, hacen hincapié en un modo de conducta que no responde a una disposición natural, sino que es adquirido o conquistado por hábito. Y justamente, esa no naturalidad del modo de ser del hombre es lo que, en la Antigüedad, le da su dimensión moral.

Vemos, pues, que el significado etimológico de moral y de ética no nos dan el significado actual de ambos términos, pero sí nos instalan en el terreno específicamente humano en el que se hace posible y se funda el comportamiento moral: lo humano como él de pura naturaleza. El comportamiento moral sólo lo es del hombre en cuanto que sobre su propia naturaleza crea esta segunda naturaleza, de la que forma parte su actividad moral.

1.3 EL OBJETO DE ESTUDIO DE LA ETICA

Los problemas éticos se caracterizan por su generalidad, y esto los distingue de los problemas morales de la vida cotidiana, que son los que nos plantean las situaciones concretas. Pero, desde el momento en que la solución dada a los primeros influye en la moral vivida sobre todo cuando se trata no de una ética absolutista, apriorística, o meramente especulativa, la ética puede contribuir a fundamentar o justificar cierta forma de comportamiento moral. Así, por ejemplo, si la ética revela la existencia de una relación en entre el comportamiento moral y las necesidades e intereses sociales, la ética nos ayudara a poner en su verdadero lugar a la moral efectiva, real de un grupo social que pretende que sus principios y normas tengan una validez universal al margen de necesidades e intereses concretos. Si, por otro lado, la ética al tratar de definir lo bueno rechaza su reducción a lo que satisface mi interés personal, propio, es evidente que influirá en la práctica moral al rechazar una conducta egoísta como moralmente valiosa por su carácter práctico en cuanto disciplina teórica se a tratado de ver en la ética una disciplina normativa cuya tarea fundamental seria señalar la conducta mejor en sentido moral. Pero esta caracterización de la ética como disciplina normativa puede conducir y, con frecuencia como a conducido en el pasado a olvidar su carácter propiamente teórico.

Ciertamente, muchas éticas tradicionales parten de la idea de que la misión del teórico es, en este campo, decir a los hombres lo que deben hacer dictándoles las normas o principios a que a de ajustarse su conducta. El ético se convierte así en una especie de legislador del comportamiento moral de los individuos o de la comunidad. Pero la tarea fundamental de la ética es la de toda teoría: o sea, explicar, esclarecer o investigar una realidad dada produciendo los conceptos correspondientes. Por otro lado, la realidad moral varía históricamente, y con ella sus principios y normas. La pretensión de formular principios y normas universales, al margen de la experiencia histórica moral, dejaría fuera de la teoría de la realidad misma que debería de explicar. Cierto es también que muchas doctrinas éticas del pasado son ya una investigación o esclarecimiento de la moral como comportamiento efectivo, humano, sino justificación ideológica de una moral dada, que responde a necesidades sociales determinadas, para lo cual elevan sus principios y normas a la categoría de principios y normas universales, válidos para toda moral. Pero el campo de la ética no se halla al margen de la moral efectiva ni tampoco puede ser reducido a una forma determinada, temporal y relativa de ella.

La ética es teoría, investigación o explicación de un tipo de experiencia humana, o forma de comportamiento de los hombres: el de la moral, pero considerando en su totalidad, diversidad y variedad: Lo que en ella se diga acerca de la naturaleza o fundamento de las normas morales ha de ser valido para la moral de la sociedad griega, o para la moral que se da efectivamente en una comunidad humana moderna. Esto es lo que asegura su carácter teórico, y evita que se le reduzca a una disciplina normativa o pragmática. El valor de la ética como teoría esta en lo que explica, y no en prescribir o recomendar con vistas a la acción en situaciones concretas

La ética parte del hecho de la existencia de la historia de la moral; es decir, arranca de la diversidad de morales en el tiempo, con sus valores correspondientes valores, principios y normas. No se identifica, como teoría, con los principios y normas de ninguna moral en particular, ni tampoco puede situarse en una actitud indiferente o ecléctica ante ellas. Tiene que buscar, junto con la explicación de sus diferencias, el principio que permita comprenderlas en su movimiento y desarrollo.

Al igual que otras ciencias la ética se enfrenta a hechos el que estos sean humanos implica, a su vez, que se trata de hechos valiosos. Pero ello no compromete en absoluto las exigencias de un estudio objetivo y racional. La ética estudia una forma de conducta humana que los hombres consideran valiosa y además, Obligatoria y de vida. Pero nada de eso altera en absoluto la verdad de que la ética tiene que dar razón de un aspecto real, efectivo, del comportamiento de los hombres.

1.4 FUNDAMENTOS DE LA ETICA

El fundamento básico de la ética es que estudia los problemas morales del hombre. El problema de la esencia del acto moral remite a otro problema importantísimo, el de la responsabilidad, que solo cabe hablar de comportamiento moral cuando el sujeto que así se comporta es responsable de sus actos, pero este a su vez entraña el supuesto de que a podido hacer lo que quería hacer, es decir, de que a podido elegir entre dos o mas alternativas y actuar de acuerdo con la decisión tomada. El problema de la libertad de la voluntad es, por ello inseparable del de la responsabilidad. Decidir y obrar en una situación concreta es un problema práctico moral; pero investigar el modo como se relacionan la responsabilidad moral con la libertad y con el determinismo a que se hayan sujetos nuestros actos, es un problema teórico, cuyo estudio corresponde a la ética. Problemas éticos son también el de la obligatoriedad moral, es decir, el de la naturaleza y fundamentos de la conducta moral en cuanto conducta de vida, así como el de la realización moral, no solo como empresa individual sino también como empresa colectiva.

La ética puede contribuir a fundamentar o justificar cierta forma de comportamiento moral. La ética una disciplina normativa cuya tarea fundamental seria señalar la conducta mejor en sentido moral. Pero esta caracterización de la ética como disciplina normativa puede conducir y con frecuencia, a conducido en el pasado a olvidar su carácter propiamente teórico, pero la tarea fundamental de la ética es la de toda teoría: o sea, explicar, esclarecer o investigar una realidad dada produciendo los conceptos correspondientes. Por otro lado la realidad moral varia históricamente, y con ella sus principios y normas, la ética es teoría, investigación o explicación de un tipo de experiencia humana, o forma de comportamiento de los hombres: El de la moral, pero considero en su totalidad diversidad y variedad lo que en ella se diga acerca de la naturaleza o fundamento de las normas morales si a de ser valido para la moral.

La ética parte del hecho de la existencia de la moral; es decir, arranca de la diversidad de morales en el tiempo, con sus correspondientes valores, principios y normas, al igual que otras ciencias la ética se enfrenta a hechos. La ética tiene que dar razón de un aspecto real, efectivo, del comportamiento de los seres humanos.

Ética es aquello que determina los fines de la voluntad, la ética o teoría de la conducta.

La ética tiene una relación con el derecho que constituye el campo de la acción ósea de determinaciones de la voluntad; y efectivamente la palabra derecho indica acción o conducta de cierto tipo y cierta manera de conocer tal conducta, la ética es sin duda aquella que determina los fines de la voluntad del individuo en sociedad.

1.5 EL ACTO MORAL La moral como ya hemos señalado se da en un doble plano el normativo y el fáctico. Por un lado encontramos en ella normas y principios que tienden a desarrollar la conducta de los hombres, y por otro, un conjunto de actos humanos que se ajustan a ellos, cumpliendo así su existencia de realización: La esencia de la moral tiene que buscarse por ende, tanto en un plano como en el otro, y de ahíla necesidad de analizar el comportamiento moral de los individuos reales a través de los actos concretos en que se manifiesta.

Un acto moral como, por ejemplo: acudir en ayuda de alguien que sin poder defenderse es atacado impunemente en la calle cumplir la promesa de devolver algo prestado; denunciar la injusticia cometida con un compañero o amigo, etc. Es siempre un acto sujeto a la sanción de los demás es decir, susceptible de aprobación o condena, de acuerdo con normas comúnmente aceptadas.

No todos los actos humanos pueden recibir semejante calificación sino se trata de un acto cuya realización no pudo ser evitada, o cuyas consecuencias no podían ser provistas, no puede ser calificado en un sentido u otro en un punto de vista moral, y por tanto no es propiamente moral.

Pero de lo que se trata ahora es demostrar la estructura del acto propiamente moral poniendo de manifiesto sus fases o aspectos, así como el modo de articularse estos entre si para ver si, es definitiva, hay alg8unoque pueda considerarse el centro o eje el cual gravita el acto entero.

Tenemos que destacar, en primer lugar, el motivo del acto moral, por motivo puede entenderse a aquello que impulsa a actuar o a perseguir determinado fin el motivo que puede impulsar, por ejemplo a denunciar la injusticia cometida con un compañero puede ser una pasión sincera por la justicia, o bien algo muy distinto: el deseo de notoriedad. Un mismo acto como puede realizarse por diferentes motivos, a su vez el mismo motivo puede impulsar a realizar actos distintos con diferentes fines. El sujeto puede reconocer el motivo de su acción y en este sentido, tiene un carácter conciente. Pero no siempre muestra ese carácter. La persona que es impulsada a actuar por fuertes pasiones (celos, ira, etc.), por impulsos incontenibles o por rasgos negativos de su carácter (crueldad, avaricia, egoísmo, etc.) No es consciente de los motivos de su conducta.

Esta motivación inconciente no permite calificar al acto estimulado por ella como propiamente moral. Los motivos inconcientes de la conducta humana a los que tanta importancia da el psicoanálisis de Freíd al reducir el fondo de la personalidad a un conjunto de fuerza inconcientes que el llama instintos deben ser tenidos en cuenta pero no para determinar el carácter moral de un acto sino para comprender que justamente por que dicho acto obedece a motivos inconcientes, irracionales, escapa de la esfera moral y no puede ser objeto por tanto de aprobación o desaprobación. El motivo como aquello que induce al sujeto a realizar un acto no basta para atribuir a este último un significado moral, ya que no siempre el agente puede reconocerlo claramente. Ahora bien, el motivo de que es conciente el sujeto forma `parte del contenido del acto moral y a de ser tenido presente al calificar moralmente este acto de un sentido u otro. Y ello se hace necesario puesto que como hemos visto en el ejemplo antes citado, dos motivos distintos sincera pasión por la justicia o afán egoísta de notoriedad pueden impulsar a una misma acción. Los motivos constituyen, por consiguiente, un aspecto importante del acto moral.

Otro aspecto fundamental del acto moral es la conciencia del fin que se persigue toda acción específicamente humana exige cierta conciencia de un fin, o anticipación ideal del resultado que se pretende alcanzar. La conciencia del fin y la decisión de alcanzarlo dan al acto moral el carácter de un acto voluntario.

Y por esta voluntariedad, el acto moral en el que el sujeto conciente del fin decide la realización se distingue radicalmente de otros que se dan al margen de la conciencia, como son los actos fisiológicos o los actos psíquicos automáticos nstintivos o habituales que se producen en el individuo sin su intervención y control. Dichos actos no responden a un fin trazado por la conciencia ni a una decisión de realizarlos; son por ello inconcientes e involuntarios y consecuentemente no son morales. La pluralidad de fines en el acto moral exige:

a) elección de un fin entre otros, y b) decisión de realizar el fin escogido.

En suma: el acto moral es una totalidad o unidad indisoluble de diversos aspectos o elementos: motivo, fin, medios, resultados y consecuencias objetivas. Lo subjetivo y lo objetivo son aquí como dos caras de una misma medalla. El actomoral no puede ser reducido a uno de sus elementos sino que esta en todos ellos, en su unidad y relaciones mutuas. Así, pues, aunque la intención se encuentre genéticamente antes el resultado, es decir, antes que eso la plasmación objetiva, la calificación moral de la intención no puedes dejar de tomar en cuenta el resultado.

A su ves los medios no pueden ser considerados al margen de los fines ni los resultados y las consecuencias objetivas del acto moral tampoco pueden ser aislados de la intención ya que circunstancias externas imprevistas externas o causales pueden dar lugar a resultados que el agente no puede reconocer como suyos.

Finalmente el acto moral, como acto de un sujeto real que pertenece a una comunidad humana históricamente determinada, no puede ser calificado sino en relación con el código moral que rige en ella. Pero, cualquiera que sea el contexto normativo e histórico-social en que lo situemos, el acto moral se presenta como una totalidad de elementos, motivo, intención o fin, decisión personal, empleo de medios adecuados, resultados y consecuencias en unidad indisoluble.

1.6 LOS VALORES ETICOS FUNDAMENTALES

Todo acto moral entraña la necesidad de elegir entre varios actos posibles. Esta elección a de fundarse a su ves en una preferencia. Elegimos a por que los preferimos por sus consecuencias a b o c. Podríamos decir también que a es preferido por que se nos presenta como un comportamiento más digno, más elevado moralmente o en pocas palabras más valioso. Y consecuentemente, descartamos b o c, por que se nos presentan como actos menos valiosos, o con un valor moral negativo.

1.6.1 LA JUSTICIA

Domiciano Ulpiano elaboró ese clásico concepto sobre la justicia “es la voluntad constante y perpetua de dar a cada uno lo suyo”.

10 (Justitia est constans et perpetua voluntas jus suum cuique tribuendi). De esta definición deducimos que la justicia, como virtud, es la cualidad del hombre justo que lo induce a dar a cada quien lo que le pertenece; que como tal está íntimamente ligada al hombre, a cuya personalidad va inherente la facultad volitiva. Que esa voluntad debe orientarse

hacia la realización de un ideal que se sintetiza en la expresión de “dar a cada uno

lo que es suyo”.

11Que esa conducta humana debe ser constante, es decir, reiterada e invariable y perpetua o sea permanente en el tiempo. La justicia, como ideal, es un valor supremo fundado en la razón y en la equidad que sirve de inspiración al derecho.

Por justicia conmutativa se entiende la que regula la igualdad o proporcionalidad que debe existir entre las cosas que se intercambian.La justicia distributiva tiende a regular la proporcionalidad con que deben otorgarse las penas y las recompensas.

1.6.2 LA LIBERTAD

La libertad, en sentido psicológico es un poder que tiene la voluntad de optar entre dos posibilidades.La libertad de perfección es la emancipación de toda pasión desordenada, consiste en poder obedecer solamente a la razón y a las inclinaciones superiores, es el ideal al cual todo hombre debe tender, usando bien su libre arbitrio, la libertad de perfección es casi idéntica a la verdad, a la sabiduría; se opone a la esclavitud, en la que se cae por el vicio y el desorden.

La libertad solo se ejercita en el lugar en que el camino se bifurca, también en el orden moral la libertad psicológica interviene únicamente para tomar la decisión de realizar un acto o abstenerse, o bien para elegir entre dos o más actos; pero las consecuencias de esa elección en cuanto tienen que ver con el perfeccionamiento del sujeto agente, no se modifican, sino que están predeterminadas: El hombre es libre en un momento dado a su prójimo de respetar su vida o aislarlo; Pero realizado el acto, sus consecuencias se imputan y siguen necesariamente al sujeto: Si respetó la vida de su semejante, el acto lo perfecciona: si cometió el asesinato ese acto lo mancha y en ese sentido lo degrada. Es por esto que se afirma que la necesidad moral de ninguna manera esta reñida con la libertad.

La libertad de la voluntad de los individuos considerados estos siempre como seres sociales se nos presenta con los rasgos fundamentales de la libertad en general.

El cuanto libertad de elección decisión y acción la libre voluntad entraña, en primer lugar, una conciencia de las posibilidades de actuar en una u otra dirección. Entraña así mismo una conciencia de los fines o consecuencias del acto que se quiere realizar. En un caso y otro se hace necesario un conocimiento de la necesidad que escapa a la voluntad: la situación en que el acto moral se produce, las situaciones y medios de su realización, etc. Entraña también, cierta conciencia de los móviles que impulsan a actuar pues de otro modo se actuaría como hace eclectomano, por ejemplo de un modo inmediato o irreflexivo.

Pero sea cual fuere el grado de conciencia de los motivos, fines, o carácter que determina la acción, o la comprensión que se tenga del contexto socialconcreto en que brotan esos factores causales, causados a su vez, no existe la libre voluntad al margen o en contra de la necesidad causal. Es cierto que en el terreno moral la libertad entraña una autodeterminación del sujeto al enfrentarse a varias formas de comportamiento posible y que, justamente, autodeterminándosese decide por la que considera debida o más adecuada moralmente. Pero esta autodeterminación no puede entenderse como una ruptura de la conexión causal o al margen de las determinaciones que provienen de fuera.

Libertad de la voluntad no significa en modo alguno encauzado, o un tipo de causa que influiría en la conexión causal sin ser a su vez causada. Libre no es compatible como ya se a subrayado con coacción cuando esta se presenta como una fuerza exterior o interior que anula la voluntad. El hombre es libre de decidir y actuar sin que su decisión y acción dejen de estar causadas pero el grado de libertad se halla, a su vez, determinado histórica y socialmente, ya que se decide y actúa en una sociedad dad, que ofrece a los individuos determinadas pautas de conducta y posibilidades de acción.

Vemos, que la responsabilidad moral presupone necesariamente cierto grado de libertad pero esta a su vez implica también forzosamente la necesidad causal. Responsabilidad moral, libertad y necesidad se hallan, vinculadas indisolublemente en el acto moral

La libertad puede entenderse como la capacidad de elegir entre el bien y el mal responsablemente. Esta responsabilidad implica conocer lo bueno o malo de las cosas y proceder de acuerdo con nuestra conciencia, de otra manera, se reduce el concepto a una mera expresión de un impulso o del instinto.

1.6.3 LA VERDAD

La verdad como valor representa confianza. Representa lo que no se puede negar racionalmente y también representa conformidad de lo que se dice con lo que se siente o piensa. La verdad es una conformidad de las cosas con el concepto mental que hacemos de ellas.La concepción que el idealismo predica de la verdad no puede ser otra que aquella que corresponde a la lógica interna del pensamiento, de este modo la verdad estará ligada a las ideas claras y a la ausencia de confusión en el juicio. La verdad no corresponderá a una cualidad entitativa de la realidad material, sino a lalógica mental de la percepción un valor subjetivo. En este planteamiento idealista Hegel caracteriza a la verdad como la coherencia de pensamiento.

La verdad solo se concibe en función de la conformidad o conveniencia del ente con la mente. La verdad solo se realizaría cuando el concepto mental se identifica con la realidad que corresponde a cada ente. Es verdadero lo que radicalmente permanece invariable en el juicio, como lo estable, lo perenne, identificaría la verdad, lo pasajero, lo delegable correspondería a la apariencia.

Aristóteles aporta la llamada definición semántica de la verdad, como una propiedad de ciertos enunciados. San Agustín concibe en identificar la verdad con la esencia divina Dios es la única y perfecta verdad.

Es verdadero lo que radicalmente permanece invariable en el juicio, de ahí que la verdad suprema se adecue a la permanente e inalterable voluntad divina, cuya manifestación es plenamente fidedigna a su esencia.

La verdad puede parecer algo demasiado teórico, pero se encuentra en la base de la existencia moral de cada ser humano. Para conseguir identificar este hechopráctico, se examina la verdad desde ocho perspectivas distintas:

1) El paso de la reflexión a la acción (conocerse uno mismo).

2) La virtud en un mundo corrompido (La practica de la virtud conlleva actos positivos. En contra de lo negativo corrompido).

3) Convertir las derrotas en victorias (La vida es un todo, debemos tomar juntos el bien y la enfermedad).

4) Convertir la herejía en santidad (Combina la integridad con la genialidad y ejercita la imaginación de la buena costumbre).

5) Libertad para vivir (Debes ser tu mismo y para ti mismo).

6) El punto de vista de la admiración (Buscar la verdad en lo inesperado, ser conciente de tus limitaciones y usar tu imaginación, tu instinto y tu experiencia).

7) Construir el mañana a partir del ayer y del hoy (No construyas tú futuro sobre la arena, sino sobre la sólida roca de los valores eternos).

8) Gris en lugar de blanco y negro (Busca momentos de serenidad y reflexión, aprende de la vida y la experiencia de los demás y decide cuales son los rasgos de carácter que necesitas para que tu vida sea satisfactoria en el trabajo y en el ocio).

1.6.4 LA RESPONSABILIDAD

La responsabilidad (o la irresponsabilidad) es fácil de detectar en la vida diaria, especialmente en su faceta negativa: la vemos en el plomero que no hizo correctamente su trabajo, en el carpintero que no llegó a pintar las puertas en el día que se había comprometido, en el joven que tiene bajas calificaciones, en el arquitecto que no ha cumplido con el plan de construcción para un nuevo proyecto, y en casos más graves en un funcionario público que no ha hecho lo que prometió o que utiliza los recursos públicos para sus propios intereses.

Sin embargo plantearse qué es la responsabilidad no es algo tan sencillo.

Un elemento indispensable dentro de la responsabilidad es el cumplir un deber. La responsabilidad es una obligación, ya sea moral o incluso legal de cumplir con lo que se ha comprometido.

La responsabilidad tiene un efecto directo en otro concepto fundamental: la confianza. Confiamos en aquellas personas que son responsables. Ponemos nuestra fe y lealtad en aquellos que de manera estable cumplen lo que han prometido.

La responsabilidad es un signo de madurez, pues el cumplir una obligación de cualquier tipo no es generalmente algo agradable, pues implica esfuerzo. En el caso del plomero, tiene que tomarse la molestia de hacer bien su trabajo. El carpintero tiene que dejar de hacer aquella ocupación o gusto para ir a la casa de alguien a terminar un encargo laboral. La responsabilidad puede parecer una carga, y el no cumplir con lo prometido origina consecuencias.

¿Por qué es un valor la responsabilidad? Porque gracias a ella, podemos convivir pacíficamente en sociedad, ya sea en el plano familiar, amistoso, profesional o personal.Cuando alguien cae en la irresponsabilidad, fácilmente podemos dejar de confiar en la persona. En el plano personal, aquel marido que durante una convención decide pasarse un rato con una mujer que recién conoció y la esposa se entera, la confianza quedará deshecha, porque el esposo no tuvo la capacidad de cumplir su promesa de fidelidad. Y es que es fácil caer en la tentación del capricho y del bienestar inmediato. El esposo puede preferir el gozo inmediato de una conquista, y olvidarse de que a largo plazo, su matrimonio es más importante.

El origen de la irresponsabilidad se da en la falta de prioridades correctamente ordenadas. Por ejemplo, el carpintero no fue a pintar la puerta porque llegó su “compadre” y decidieron tomarse unas cervezas en lugar de ir a cumplir el compromiso de pintar una puerta. El carpintero tiene mal ordenadas sus prioridades, pues tomarse una cerveza es algo sin importancia que bien puede esperar, pero este hombre (y tal vez su familia), depende de su trabajo.

La responsabilidad debe ser algo estable. Todos podemos tolerar la irresponsabilidad de alguien ocasionalmente. Todos podemos caer fácilmente alguna vez en la irresponsabilidad. Empero, no todos toleraremos la irresponsabilidad de alguien durante mucho tiempo. La confianza en una persona en cualquier tipo de relación (laboral, familiar o amistosa) es fundamental, pues esuna correspondencia de deberes. Es decir, yo cumplo porque la otra persona cumple.

El costo de la irresponsabilidad es muy alto. Para el carpintero significa perder el trabajo, para el marido que quiso pasarse un buen rato puede ser la separación definitiva de su esposa, para el gobernante que usó mal los recursos públicos puede ser la cárcel.

La responsabilidad es un valor, porque gracias a ella podemos convivir en sociedad de una manera pacífica y equitativa. La responsabilidad en su nivel más elemental es cumplir con lo que se ha comprometido, o la ley hará que se cumpla. Pero hay una responsabilidad mucho más sutil (y difícil de vivir), que es la del plano moral.

Si le prestamos a un amigo un libro y no lo devuelve, o si una persona nos deja plantada esperándole, entonces perdemos la fe y la confianza en ella. La pérdida de la confianza termina con las relaciones de cualquier tipo: el chico que a pesar de sus múltiples promesas sigue obteniendo malas notas en la escuela, elmarido que ha prometido no volver a emborracharse, el novio que sigue coqueteando con otras chicas o el amigo que suele dejarnos plantados.

Todas esta conductas terminarán, tarde o temprano y dependiendo de nuestra propia tolerancia hacia la irresponsabilidad, con la relación.Ser responsable es asumir las consecuencias de nuestras acciones y decisiones. Ser responsable también es tratar de que todos nuestros actos sean realizados de acuerdo con una noción de justicia y de cumplimiento del deber en todos los sentidos.

Los valores son los cimientos de nuestra convivencia social y personal. La responsabilidad es un valor, porque de ella depende la estabilidad de nuestras relaciones. La responsabilidad vale, porque es difícil de alcanzar.

¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra responsabilidad?

El primer paso es percatarnos de que todo cuanto hagamos, todo compromiso, tiene una consecuencia que depende de nosotros mismos. Nosotros somos quienes decidimos.

El segundo paso es lograr de manera estable, habitual, que nuestros actos correspondan a nuestras promesas. Si prometemos “hacer lo correcto” y no lo hacemos, entonces no hay responsabilidad.

15El tercer paso es educar a quienes están a nuestro alrededor para que sean responsables. La actitud más sencilla es dejar pasar las cosas: olvidarse del carpintero y conseguir otro, hacer yo mismo el trabajo de plomería, despedir al empleado, romper la relación afectiva. Pero este camino fácil tiene su propio nivel de responsabilidad, porque entonces nosotros mismos estamos siendo irresponsables al tomar el camino más ligero. ¿Qué bien le hemos hecho al carpintero al despedirlo? ¿Realmente romper con la relación era la mejor solución? Incluso podría parecer que es “lo justo” y que estamos haciendo “lo correcto”. Sin embargo, hacer eso es caer en la irresponsabilidad de no cumplir nuestro deber y ser iguales al carpintero, al gobernante que hizo mal las cosas o al marido infiel. ¿Y cual es ese deber? La responsabilidad de corregir.

El camino más difícil, pero que a la larga es el mejor, es el educar al irresponsable. ¿No vino el carpintero? Entonces, a ir por él y hacer lo que sea necesario para asegurarnos de que cumplirá el trabajo. ¿Y el plomero? Hacer que repare sin costo el desperfecto que no arregló desde la primera vez. ¿Y con la pareja infiel? Hacerle ver la importancia de lo que ha hecho, y todo lo que depende de la relación. ¿Y con el gobernante que no hizo lo que debía? Utilizar los medios de protesta que confiera la ley para que esa persona responda por sus actos.

Vivir la responsabilidad no es algo cómodo, como tampoco lo es el corregir a un irresponsable. Sin embargo, nuestro deber es asegurarnos de que todos podemos convivir armónicamente y hacer lo que esté a nuestro alcance para lograrlo.

Según los libero-arbitristas, para ser el individuo responsable debe poseer, a tiempo de la acción, discernimiento y conciencia de sus actos y gozar de la facultad de elección entre los diversos motivos de conducta `presentados ante su espíritu; ha de poder elegir libremente, voluntaria (libre albedrío). En tales condiciones, la responsabilidad penal es consecutiva de la responsabilidad moral.

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