“LO QUE IMPORTA AHORA”

“LO QUE IMPORTA AHORA”

A partir del siglo xxi las organizaciones pretenden acabar con ciertos paradigmas estructurales y funcionales que han mantenido durante mucho tiempo, esto se debe principalmente a factores de tipo económico y social requerido por el creciente desarrollo de la ciencia y las nuevas tecnologías, el arte y las otras áreas de trabajo, en su defecto las empresas u organizaciones  requieren tener nuevas formas de afrontar situaciones buscando mejorar la empresa con nuevas estructuras organizacionales y mentalidades gerenciales que rompan con las antiguas formas de hacer las cosas para dar respuesta a los nuevos desafíos que requieren los negocios en este siglo.

En estas líneas resaltaremos la pertinencia del texto “lo que ahora importa”  de Gary Hamel, en relación a lo que se dijo anteriormente; la forma cómo éste focaliza cinco conceptos sustanciales: los valores, la innovación, la adaptabilidad, la pasión y la ideología.   Sin duda van a la vanguardia de lo que las organizaciones necesariamente deberán articular con conceptos consuetudinarios para lograr adoptar una filosofía gerencial consiente, responsable y sostenible.         

Más que unos simples conceptos, Hamel en su texto construye unos verdaderos principios, cuyo fin ineludible es hacer que las organizaciones del siglo xxi sean mucho más adaptables, innovadoras e inspiradoras sin dejar ser menos eficientes, disciplinadas u orientadas hacia el rendimiento y competitividad. Según Hamel es necesario hacer hincapié en el reconocimiento de las personas por las tareas que desarrollan, a fin de generar en ellas mayor orgullo y pasión. Lo que repercutirá en mayores contribuciones extraordinarias a la organización. La creación  de una cultura innovadora en los procesos de gestión supone el diseño de nuevas ideas como parte sustancial de cualquier organización y lograr efectivizarlo operativamente. Modificar las formas tradicionales de administración implementando nuevas estructuras que fomenten la innovación constante. Las organizaciones no pueden estar al margen de una realidad, de las tendencias emergentes, del contexto actual sino que deben procurar tener la capacidad de adaptarse y aceptar el desafío del cambio, el autor propone ideas para garantizar en un mínimo el futuro de la compañía en este aspecto de la adaptabilidad: I) la prevención. II) la flexibilidad intelectual. III) la flexibilidad estratégica. IV) flexibilidad estructural.  En un mundo cambiante lo que importa no es simplemente la ventaja competitiva de una organización en una ocasión determinada, sino su ventaja evolutiva atreves del tiempo.

Cuando se reprimen en las organizaciones la vitalidad emocional en el lugar de trabajo, se inclina a la decadencia de esta; la falta de interés en los empleados, muchas veces causada por los directivos, influyen negativamente en la economía creativa de la organización que sin desvirtuar su importancia categórica en este siglo, es sin duda, un factor clave para la generación del potencial humano, es por ello que Hamel afirma que la innovación y la voluntad de cambio es producto de la pasión y esta solo puede darse si las personas están conectadas en cuerpo y alma a su trabajo o labor dentro de la organización.

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