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La concepción de la muerte


Enviado por   •  13 de Mayo de 2014  •  Ensayos  •  1.763 Palabras (8 Páginas)  •  433 Visitas

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La concepción de la muerte como el fin de la vida o como el tránsito hacia una vida ulterior, actúa como condicionante en los comportamientos y en las actitudes de los individuos y de las sociedades, generando un impacto que es determinado básicamente por cada cultura (Alvarado, Templer, Bresler y Thomas-Dobson, 1995; Fry, 2000); prueba de ello son los numerosos mitos que actualmente se encuentran en muchos comportamientos sociales relacionados con la muerte (Reimer y Templer, 1995/96).

Por tanto, el tema de la muerte, el proceso de morir y los muertos están presentes en todas las culturas, expresándose sobre todo, a modo de miedo o temor y observándose en rituales funerarios, no sólo actuales, sino también antiguos e incluso prehistóricos (Nazaretyan, 2005). Gala, Lupiani, Raja, Guillen, González, Villaverde y Sánchez (2002), mencionan que anteriormente las personas tenían una actitud mucho mas realista de la muerte, donde ante la posible llegada de la misma, las personas se preparaban para resolver asuntos personales, sociales y religiosos; Sin embargo, en las ultimas décadas la muerte es vista como algo amenazador y extraño, rodeada de grandes temores y apartada del lenguaje cotidiano, y en el caso en que la persona esta cercana a la muerte, no se habla de lo que esta sucediendo, se originan comportamientos de evasión y la muerte se convierte en algo silencioso (Gala et al., 2002); Lo anterior lleva a que se generen respuestas emocionales de temor, ansiedad y preocupación; se observa que en las personas pueden surgir actitudes con respecto a la muerte que pueden ir desde un afrontamiento de la realidad de forma racional, lo cual sería la opción más saludable, o presentar una angustia hacia la muerte, donde el solo hecho de imaginarla ya se convierte en un problema, llevando a actitudes de negación y evitación (Aranguren, 1987 citado por Gala et al., 2002).

De esta manera, la intensidad y propositividad de las actitudes hacia la muerte varía según se trate de la muerte propia o ajena, y depende igualmente de la historia personal y cultural, de los estilos de afrontamiento ante las separaciones y los cambios (Gala et al; 2002; Uribe, 2007). La muerte y el morir elicitan, bajo este presupuesto, una gama de temores específicos ante la amenaza por la supervivencia. El hombre tiene miedo a la muerte y, al mismo tiempo, este temor provoca respuestas diferenciales que vienen mediatizadas por diversos factores demográficos, psicosociales y situacionales que definen la muerte como un hecho multidimensional, heterogéneo y muy complejo. Lo que produce temor a la mayoría de las personas no es el hecho de la muerte en sí, sino los impredecibles acontecimientos que a veces pueden precederla (Bayés, 2001).

Al respecto, los resultados de algunas investigaciones (Bayés, Limonero, Buendía, Burón y Enríquez, 1999) ponen de manifiesto que lo que genera mayor ansiedad es el propio proceso de morir y no la muerte.

En este sentido, la ansiedad puede ser un fenómeno que lleve a movilizar al individuo frente a situaciones de amenaza, riesgo o preocupación, con el fin de adaptarse a la situación que este viviendo, sin embargo es importante entender que solo bajo condiciones normales mejora la adaptación, el rendimiento laboral, social o académico; sin embargo, al sobrepasar ciertos umbrales puede ser un grave problema de salud. En este caso, se han estudiado diversas psicopatologías relacionadas con determinadas actitudes ante la muerte, sobre todo vinculadas con la ansiedad y la angustia. Así, la propia percepción de la muerte y el miedo que esta produce, genera, en el plano cognitivo y comportamental, diversos mecanismos de evitación frente al miedo (Douglas, 2004; Klass, 1995; Marrone, 1999). Además, no siempre es posible, para todos los sujetos, evitar este miedo y algunas personas pueden desarrollar diversas psicopatologías derivadas del enfrentamiento doloroso de una pérdida o de la reflexión sobre la propia idea de la muerte (Swanson y Byrd, 1998).

A lo largo de las últimas décadas, han existido diversos acercamientos en el estudio de las actitudes ante la muerte, donde se han utilizado técnicas proyectivas, cuestionarios, entrevistas, estudio de diarios, etc. Entre las dificultades que se han encontrado en la medición de las actitudes hacia la muerte, se destaca el gran número de variables que inciden en la configuración de las mismas. Por ello, hasta el momento no se ha logrado operativizar un modelo o fórmula válida a nivel universal que consiga unificar e integrar los aspectos teóricos y metodológicos de la psicología de la muerte. Pese a lo anterior, uno de los acercamientos ha sido medir las actitudes ante la muerte, entendiéndola como pensamiento, como proceso y como hecho que provoca reacciones, contemplándola dentro de un contexto situacional y cultural que posibilita la aparición de comportamientos y actitudes específicas (Gesser, Wong y Reker, 1988; Lester, 1994; Neimeyer y Moore, 1994).

Desde otra perspectiva, el miedo a la muerte depende de distintas variables. El nivel de autoeficacia personal, de espiritualidad y eficacia instrumental, es el mejor predictor personal del nivel de miedo hacia la muerte, incluso mejor que otras variables de índole sociodemográfica, de percepción de ayuda social o del estado físico de salud (Carelli, 1998; Fry, 2000; Fry, 2003). Al mismo tiempo, algunos estudios muestran diferencias entre países y culturas con respecto a la ansiedad ante la muerte. Así, por ejemplo, se observan mayores niveles de ansiedad frente a la muerte en países árabes que en España (Abdel-Khalek, 2003). Las mujeres, a su vez, presentan significativamente mayores niveles de ansiedad ante la muerte que los hombres (Harding, Flannelly,

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