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Las PyMES En México


Enviado por   •  3 de Febrero de 2014  •  1.352 Palabras (6 Páginas)  •  296 Visitas

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Las Pymes en México, entre la creación fallida y la destrucción creadora.

En la generalidad de los países, las empresas micro, pequeñas y medianas representan el grueso de sus empresas, en algunos casos con más de 95% del total de sus empresas, siendo aportadoras de más de la mitad del producto interno bruto y más de 60% de los empleos. Por lo anterior, se convierten en el centro de atención de las políticas y las prácticas gubernamentales. Los estados deben preocuparse por su supervivencia y consolidación, de ahí el diseño e instrumentación de diversos programas de apoyo a las empresas, en particular a las micro y pequeñas. La cuestión reside en evaluar y medir el impacto de dichos programas en la creación, consolidación y fortalecimiento de esta estructura empresarial en línea con cierto proyecto de país. México es un generador de pequeños y medianos negocios, los cuales tradicionalmente han sido abastecedores de producto y empleo. En la actualidad, existe un universo de 4.1 millones de empresas, 95.6% son microempresas, 3.4% son pequeñas y 0.8%, medianas. Solo 0.2% son grandes de empresas. Dicho universo es alimentado anualmente por 200 mil empresas nuevas. Estos datos aparentemente promisorios son resultado, entre otros aspectos y según información gubernamental, de la instrumentación de 134 programas económicos provenientes de 11 instituciones.

Aunque no existe información puntual del comportamiento de las empresas mexicanas año por año, podríamos plantear que aquéllas han seguido un comportamiento similar al observado por las llamadas unidades económicas. La totalidad de dichas unidades mostró un sólido crecimiento entre 1993 y 1998 a un ritmo promedio anual de 9.6%, destacando el crecimiento del grupo de unidades micro que creció a 9.7% p/a., y el de las unidades grandes (11.3% p/a).

Este crecimiento puede explicarse en gran medida por dos factores: primero, por las acciones económicas gubernamentales del período salinista que se tradujeron en diversos créditos públicos y privados para apoyo a la actividad empresarial; y segundo, por la ola de ex empleados –en su gran mayoría procedente del sector público- que fueron liquidados y que se volcaron a crear sus propios micro y pequeños negocios. Empero, este esfuerzo gubernamental declinó en el período siguiente. Durante el lapso 1998-2003 las unidades económicas descendieron su expansión a un ritmo de 1.7% p/a. Relevante fue el impacto sobre las unidades micro y pequeñas pues crecieron a bajas tasas (1.6 y 3.7% p/a, respectivamente). Este descenso en la creación de unidades económicas, y muy probable aumento en la destrucción de otras, es resultado del impacto de la crisis de 1994-1997, la contracción del crédito bancario y el descenso del apoyo gubernamental a la actividad empresarial, pero también de las vulnerabilidades propias de esas unidades.

Aunque, las unidades medianas y grandes también mostraron menores tasas de crecimiento respecto al periodo 1993-98, su comportamiento fue menos malo que el de las primeras en gran medida por su capacidad organizacional, experiencia en el mercado y mayor estabilidad económica.

La baja capacidad de sobrevivencia de estas unidades, o en su caso de las empresas micro y pequeñas, revela que en su gran mayoría –en ausencia de los apoyos gubernamentales– son entidades con diversas vulnerabilidades en su formación y vocación. No basta con la intuición para crear un negocio, es menester su formación profesional empresarial, que incluya capacidad organizacional, de gestión y de innovación. Este vaivén de valor, esta recurrente creación fallida, expresa las fragilidades del patrón de desarrollo económico en México y la existencia de un Estado tutelar interesado en su clientela política antes que en la formación de una sólida y comprometida base empresarial.

Anunciar que se generan 200 mil empresas nuevas cada año produce un dulce encanto político en una sociedad ávida de mejor desarrollo económico. Pero cuando se reflexiona sobre la mortalidad de las recién creadas empresas o en la degradación de su tamaño, el dulce encanto se desvanece. De las nuevas empresas, 65% desaparece antes de dos años. Peor aún, 50% quiebra en el primero, 30% en el segundo. Al décimo año de su creación solo sobrevive 10% es decir se mueven a una tasa decreciente de 22.6% p/a. En otras

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