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ORGANIZACION INTERNA DE UNA FABRICA


Enviado por   •  9 de Diciembre de 2012  •  3.348 Palabras (14 Páginas)  •  1.151 Visitas

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LA ORGANIZACIÓN INTERNA DE CADA FÁBRICA

El ser humano como recurso de trabajo

El trabajo y los resultados del esfuerzo son elementos vitales para la vida del hombre y a su dignidad como ser humano.

El hombre primitivo sin la caza, la pesca o la recolección y los alimentos obtenidos de estas actividades no podría haber sobrevivido.

A lo largo de la historia de la humanidad el hombre se fue organizando bajo distintos sistemas sociales, perdió el control individual de los beneficios de su esfuerzo y el trabajo se fue transformando en un recurso de valor social. La organización y control de este recurso ha provocado distintos niveles de conflictos con la esencia propia del hombre como ser humano. En nuestro país la Asamblea del año 1813 derogó la esclavitud, caso extremo en la disociación entre el ser humano y recurso de trabajo.

En la actualidad el derecho a la vida, a la libertad y al trabajo digno están garantizados por la Constitución Nacional, sin embargo, todavía no se ha alcanzado el nivel de desarrollo social necesario para el libre ejercicio de estos derechos por gran parte de la sociedad.

EL OBJETIVO DE LAS ORGANIZACIONES La gestión de las organizaciones pueden orientarse hacia dos objetivos: maximizar los beneficios sociales o maximizar el beneficio del capital, dando lugar a las empresas sociales y a las empresas de gestión de capital La satisfacción de una necesidad en la sociedad o creación de valor se genera mediante la organización e integración de recursos físicos, tecnología y capital social de manera sinérgica. El capital es un facilitador de los recursos, pero las barreras sociales a su acceso lo posiciona como un factor de poder en el diseño de las organizaciones.

EL ESCENARIO NACIONAL En el país las posiciones de mercado reguladas por el estado se fueron concentrando hacia las empresas con mayor capacidad de lobby y se implementaron políticas con procesos inflacionarios que permitían retrasar los niveles de ingreso del sector del salario.

Durante la dictadura militar, se suma un proceso de apertura de mercado y desregulación de flujos financieros soportado por endeudamiento externo. El eje de rentabilidad del capital se dirigió hacia la intermediación de productos importados y la especulación financiera que consolidó un proceso de pérdida de capacidad industrial instalada y crisis de demanda interna. Este modelo desembocó en los procesos hiperinflacionarios de 1989 y 1991 y culminó a comienzos de 1991 con la sanción de la Ley de convertibilidad.

Bajo condiciones de apertura de la economía y de desregulación de los flujos de capitales y mercancías a escala global, la rentabilidad del capital, ahora en régimen de competencia, se centró en dos ejes, la productividad mediante la reconversión productiva o salir de la actividad con la consiguiente quiebra de la unidad productiva y la migración del capital hacia la intermediación comercial de importación o la renta especulativa.

Los concursos preventivos y quiebras se multiplicaron y el desempleo promedio fue en incremento.

A fines de la década de los 90, Brasil, primer comprador de las exportaciones argentinas, devaluó su moneda, y los indicadores de productividad relativa y competitividad se deterioraron.

Con lo que volvieron a aplicarse políticas de ajuste, mediante impuestos regresivos y recortes presupuestarios en salarios nominales públicos, jubilaciones, y subsidios de desempleo entre otros.

Una masiva fuga de capitales que afectó los activos del sistema financiero, fue respondida con el congelamiento de los depósitos de pequeños y medianos ahorristas que disparó una masiva protesta social generando el marco necesario para el fin del peso convertible.

La devaluación volvió a ajustar los parámetros de productividad en el valor de los salarios nominales en alrededor del 30 %.

El reciente acuerdo con el FMI ratifica el congelamiento de salarios y jubilaciones estatales con una inflación prevista del 7% y a la fecha no se ha implementado ninguna normativa que fortalezca la posición del sector del trabajo.

El análisis de los índices de productividad a lo largo de las últimas décadas detalladas en este escenario mantiene la tendencia de ajuste sistemático hacia el sector del trabajo.

LAS CONSECUENCIAS DEL ESCENARIO NACIONAL La demanda de fondos provocado por los altos niveles de endeudamiento del país, y el marco normativo han provocado un costo elevado del recurso financiero en relación a los existentes en economías desarrolladas.

Estos escenarios han establecido una lógica en la que el capital fluye arbitrariamente en la búsqueda de tasas de retorno superiores entre dos modalidades: la formación de capital con el trabajo y la formación de capital con capital bajo la lógica especulativa.

El capital social sufre las consecuencias de esta lógica:

Las inversiones orientadas a posiciones oligopólicas de mercado sustentadas por el estado le afecta la capacidad de consumo.

El capital financiero dirigido a la actividad productiva condiciona sus tasas de retorno ajustando los costos laborales relativos que surgen de la productividad del trabajo y / o del nivel del salario aumentando la productividad del trabajo mediante la racionalización de la organización, la inversión en nuevas tecnologías, la reducción de los salarios nominales y la precarización de los contratos laborales los cuales afectaron las condiciones de trabajo y el incremento de los accidentes laborales.

Con la exclusión de la actividad económica por el abandono de inversiones en activos destinados al desarrollo productivo del país se potenció la reducción de los costos laborales relativos de los que aún se encontraban incluidos en el sistema.

La quiebra o abandono de las organizaciones de la producción han representado para el país no solo la pérdida de capacidad productiva instalada sino un capital social que lleva años desarrollar.

Las carencias de estructuras formales de empleo han afectado el tejido socioeconómico y se ha instalado la pobreza estructural en amplias capas de la sociedad.

EL QUIEBRE DEL PARADIGMA Esta lógica se rompe el 18 de agosto del año 2000 cuando el Dr. Luis A. Caro demostró la ilegalidad y el carácter cultural de esta lógica.

Ese día trabajadores despedidos en una quiebra fraudulenta, ocuparon sus puestos de trabajo ejerciendo el derecho constitucional a huelga (art. 14 Bis) en reclamo de la deuda salarial

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