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ORIGEN Y DESAROLLO DE LA ETICA EMPRESARIAL

Loreley Ruiz DiazInforme28 de Enero de 2019

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ORIGEN Y DESAROLLO DE LA ETICA EMPRESARIAL

¿QUE ES LA ETICA EMPRESARIAL?

Puede decirse que la ética empresarial es una reflexión sobre los valores que encierran una decisión. Su objeto consiste en aplicar los principios éticos generales a las características peculiares de la empresa y los negocios.

“La ética de la empresa es la misma ética que seguimos en nuestra vida personal, ser ético es una tarea importante, no trivial, pero paradójicamente accesible a todos: todos podemos y queremos ser éticos”

Una empresa es una institución social que tienen sus propias reglas, sus usos y costumbres. Los que desarrollan su actividad laboral en ella son personas que deben asumir las reglas y practicas inherentes a su rol y las responsabilidades que derivan del desempeño de sus funciones.

La ética es necesaria no solo para enfrentar dilemas puede acarrear consecuencias negativas para las organizaciones, sino también, cuando los comportamientos viciosos se generalizan.

¿ES RENTABLE LA ETICA?

Puede afirmarse que una sociedad ética es en general una sociedad mas eficiente: en este sentido la ética es rentable, pero para todos, para la sociedad. Ante cualquier situación reglas vigentes, el individuo puede decidir cumplirlas siempre, lo que haría la convivencia mas fácil.

Se entiende mejor si se piensa a la empresa como una organización que genera un valor añadido al incremento del bienestar social. Para aquellas empresas que cuyo fin es “ganar dinero a cualquier precio” (legal o ilegal, licito o injusto), la ética es un concepto vacío.

Las empresas que sobreviven en el tiempo son las que generan en sus miembros un sentido de pertenencia, crean confianza entre las personas y transmiten una buena imagen.

La ética es rentable y puede llegar a convertirse en uno de los principios activos de cualquier organización.

En términos de ganar – ganar, (win-win), la ética es algo que pertenece a la vida privada de las personas y se escudan en la pretensión de que los negocios tienen otra lógica, muchas veces asociada a una especie de juego su único objetivo es ganar.

La empresa no puede concebirse como un juego de suma cero donde muchos tienen que perder para que alguien pueda ganar.

Lo ético es rentable, por la capacidad de reducir costos de coordinación externas e internas de la empresa ya que se coordina sobre la base de valores de la institución y del hombre, y no apoyándose en estructuras funcionales. Solo una empresa ética puede asegurar una base solida para poder hacer frente a los entornos actuales, flexibles, mundiales y en continuo cambio. Los costos de coordinación no solo con el exterior sino también en el interior de nuestra propia empresa. La ética, en este sentido se convierte en un factor de rentabilidad.

Sin un minimo de ética no hay negocio, un proceso que un resultado. Que en la medida en que se naturaliza al interior de las empresas, maximizara el beneficio del conjunto. La ética no es un ingrediente para triunfar en los negocios, como no lo es tampoco, a pesar de que se diga lo contrario, la falta de ética. Siguiendo a Gustavo Simoes, banalizar la ética es concebirla como un mero instrumental para evitar escándalos o sanciones, lo que constituye un desliz análogo ha considerarla una estrategia tan sola a maximizar beneficios.  

“La ética es un tipo de saber que necesita tiempo para crear una forma de vida necesita proyectarse al futuro desde el presente y el pasado, necesita sujetos o corporaciones que se sepan responsables de tales proyectos y de sus realizaciones, necesita una finalidad que se inscribe en la cuenta de resultados, pero va mas allá de ella. Solo desde un contexto semejante tiene sentido una ética empresarial”.

Un logro ético, con el mejorar el trabajo, la organización, y en definitiva el negocio y los beneficios.

BREVE HISTORIA DE LA ETICA EMPRESARIAL

En los años 70 cuando surgió la necesidad de un enfoque sistemático que diera respuesta a los dilemas éticos en el ámbito empresario.

La ética no es un valor añadido; es un valor intrínseco de toda la actividad económica y empresarial porque cualquier decisión en el mundo de los negocios atrae hacia si un cumulo de factores humanos y todas las personas, por el hecho de serlo, dan a su obrar una dimensión inevitablemente ética bajo una moda, la ética es una necesidad, una exigencia que se hace apremiantes conforme crece la complejidad de la sociedad.

La ética no es una ciencia más. Se trata de la fundamental, porque con la actuación libre respetando ciertas normas, las personas se hacen, construyen su calidad moral, o viceversa, se desasen y degradan. En esa tendencia hacia nuestro deber ser, la ética no es algo ya logrado sino una tarea permanentemente porque nunca desaparece nuestra “obligación” de hacernos mejores personas, a pesar de las dificultades. Además, cuando una persona se comporta en forma correcta poco a poco transforma su entorno.

Este poder contagioso de la ética hace que sea capaz de transformar las estructuras sociales desde dentro.

Cuestiones éticas relacionadas con los accionistas

  1. FUNCIÓN SOCIAL DE LA PROPIEDAD

Para comprender los aspectos de la responsabilidad de los propietarios, dueños, socios o accionistas de una empresa es preciso entender la función social de la propiedad para después derivar de ella sus alcances. En primer lugar, hay que partir de una premisa: el hombre, necesita bienes para satisfacer sus necesidades. En la medida en que procura esos bienes, ejercita su responsabilidad personal para alcanzarlos, contribuyendo así a conseguir su propio fin y realización.  La persona tiene una responsabilidad social porque, como miembro de una comunidad, cada uno es responsable de alcanzar su propio fin dentro de ella.

La propiedad privada de un bien excluye el derecho de otros sobre el mismo bien. Y esto puede tener consecuencias importantes, llegando a la privación de aquel derecho cuando sea necesario.

A la empresa, le incumbe la maximización de los beneficios, quienes dirigen las empresas, su única misión es servir a los intereses de los propietarios y su exclusiva obligación es aumentar sus ganancias.

La visión economicista considera el beneficio como una magnitud que hay que maximizar, no concediendo importancia al modo en que se obtiene sino a su cuantía.

El beneficio puede ser un parámetro de eficiencia económica, cumple la función de asegurar su auto continuidad, siempre y cuando proporcione las reservas necesarias para hacer frente a posibles crisis de la actividad y permita el crecimiento y expansión de la compañía.

  1. La finalidad de la empresa y la justa función de los beneficios.

Se entiende que la ley de toda la actividad económica es el servicio del hombre, en su plena integridad. Las ganancias no tienen como único objetivo el incremento del capital, sino a la mejora del salario, a los servicios sociales, capacitación técnica, investigación y a la promoción cultural.

El empresario tiene como misión incrementar la productividad de su empresa dentro de una economía ordenada. Para ello necesita el beneficio. Desde el punto de vista ético, el beneficio es un objetivo para lograr las presentaciones objetivas que deben ser compensadas. Persigue el beneficio como retribución de sus presentaciones.

Cuando se considera como finalidad de la empresa la mera maximización de los beneficios se invierte el orden de fines y medios. La empresa, la economía y la producción son para el bien del hombre, y no el hombre para la acumulación del capital.  

Los beneficios ayudan a una correcta asignación de los recursos en relación con lo que pide el mercado y las consiguientes necesidades y deseos que la empresa satisface. Incentivan a innovar y a disminuir costes, pero los beneficios, no aseguran un comportamiento ético.

  1. Responsabilidades éticas para con los accionistas y propietarios.

La empresa debe valorar el aporte de los dueños, socios o accionistas como elemento imprescindible para el desarrollo de su actividad.

Este deber se conecta en la obligación de hacer rendir al máximo el dinero aportado por los socios, de modo tal de utilizarlo de la manera más efectiva para producir un beneficio mayor al que se hubiera obtenido si la empresa habría empleado esos fondos de otra manera. La empresa, en relación con sus socios o accionistas asume las siguientes responsabilidades:

  1. Considerar al socio o accionista como elemento fundamental de la empresa, junto al trabajador.
  2. Producir beneficios lícitos que justifiquen la inversión e incrementen el valor de la empresa.
  3. Conseguir la máxima rentabilidad que en sea posible para garantizar la continuidad de la empresa, cumplir con sus responsabilidades sociales y atender compromisos económicos.
  4. Informar a los socios o accionistas sobre la realidad económica del negocio
  5. Comunicar a los socios o accionistas los proyectos del futuro y recabar la aprobación y sugerencia de éstos.
  6. No mantener “fondos secretos" para cualquier propósito ajeno a los propios fines de la compañía.
  7. Informar a socios y accionistas sobre los principios éticos y actuación de la empresa.

Cuando no se contemplan estas responsabilidades para con los accionistas se generan distorsiones.  Todos los beneficios que supere los límites razonables, debe ser empleado a favor del bien común ya sea repartiendo los excedentes entre los trabajadores, favoreciendo al cliente rebajando los precios o combinando todas estas opciones.

  1. Deber moral de invertir.

El empresario tiene la responsabilidad de invertir, para poner en marcha su negocio, mantenerlo y expandirlo, seguir asumiendo riegos.

La expresión “fondos éticos”: un grupo dentro del conjunto de instituciones de inversión colectivas especializadas, introducen ciertos morales, ecológicos, solidarios, etc, en su proceso de inversión.

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