Padre Rico, Padre Pobre

Padre rico, padre pobre.

El objetivo de este libro es que podamos aplicar las distintas técnicas que nos mencionan a lo largo del libro, además del secreto de lo que todos quieren llegar a ser, ricos. A mi punto de vista, yo opinó que este libro lo leí en el momento adecuado antes de comenzar mi vida laboral como administrador, aunque no me hubiera caído mal la leída de este libro unos años atrás. Cabe mencionar que la historia que adaptó el autor en todo el libro, me dejó impactado.

Me gustaría dar un ejemplo de mí vida en el que aplique la mayor parte de las lecciones que da padre rico y el mismo autor. Puedo decir que yo cuento con un padre pobre, las palabras que menciona y los consejos del mismo, sentí que mi padre me las decía: “estudia una buena carrera para tener un buen empleo”, pero sin demostrar mis capacidades al máximo. En la historia de la infancia de Robert y Mike, fue que ellos iban en una primaria donde había chicos que lo tenían todo lo pedían e incluso se lo presumían a estos dos chicos, entonces se les ocurrió la idea de crear dinero, comenzaron a hacer monedas de plomo, era tanta su necesidad de no sentirse excluidos con los chicos de la escuela que tuvieron que recurrir a lo imposible, lo malo no era la acción, sino la intención de hacer dinero.

Una de las lecciones que me dejó clara Padre Rico, como lo dice en el primer capítulo: Los ricos no trabajan para obtener dinero, es que no debo de trabajar con miedo a no conseguir dinero para pagar los gastos que tengo, sino que debo de hacerlo con el entusiasmo de aprender algo nuevo en lo que hago, y así aplicarlo en una nueva empresa, o negocio; en base a lo que nos dice el autor. No debo ser un esclavo del dinero, sino aprender cómo hacer que el dinero trabaje para mí, cómo se menciona en la siguiente lección del libro: ¿Por qué impartir educación financiera?

Me gustaría contar una historia personal, fundamentándome en las lecciones del libro.

Era un chico cualquiera, estudiante de preparatoria de 15 años de edad, que deseaba tener una batería, se las pedí a mis padres y no pudieron comprármela o me decían que para que quería un objeto así, puesto que me haría perder el tiempo, entonces no me prestaron el dinero necesario para comprarla. Lo que hice, fue irme a la Central de Abastos con mi familia a comprar dulces para la fiesta de mi hermana, los dulces que sobraron, me dedique a venderlos para sacar dinero, cuando vi que esto funcionaba, le conté la idea a unos amigos y aceptaron a hacer este pequeño negocio de invertir en dulces para así comprar dicha batería. Cada etapa en que se nos acababan los dulces, íbamos a conseguir más, puesto que este negocio estaba funcionando.

Puedo decir que valió la pena el gasto, al final se cumplió el objetivo, compramos la batería entre todos los dulces que vendimos, en total juntamos más de nueve mil pesos en un plazo de seis meses, vaya que

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