Paradoja Del Agua Y El Aceite

Desde la Grecia Clásica, el ser humano no ha dejado de plantearse por qué unos bienes tienen más valor que otros. La paradoja del diamante y el agua (paradoja del valor) sirve para demostrar que las cosas que tienen mayor valor de uso suelen tener un menor valor de cambio y las cosas que tienen un valor de uso bajo tienen un valor de cambio elevado.

Una paradoja es una declaración que aparentemente es verdadera pero que implica a una auto-contradicción lógica llevando a una situación que contradice el sentido común. Para decirlo de otra forma, una paradoja es lo opuesto a lo que uno considera cierto.

El agua es necesaria para vivir, los diamantes no. ¿Por qué entonces los diamantes tienen un precio tan alto en el mercado si desde el punto de vista vital son inútiles?

La riqueza de las naciones

El economista y filósofo escocés Adam Smith menciona la paradoja del agua y el diamante en su obra La riqueza de las naciones (The Wealth of Nations). Esta obra, publicada en 1776, es un ensayo de carácter científico basado en la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones. La tesis central sostiene que la clave del bienestar social está en el crecimiento económico potenciado por la división del trabajo y se basa en que la riqueza se origina en las clases superiores. Gracias a su exhaustiva investigación, Smith está considerado el padre de la Economía Política.

La economía liberal de Smith, manifiesta que el bienestar social se logra gracias al egoísmo intrínseco del hombre. Una afirmación que necesita ser bien interpretada para no caer en la generalización de que el egoísmo como móvil lleva al bienestar general.

El valor de un bien, el valor de una decisión

El valor de un bien es la utilidad, la apreciación subjetiva que se le da a algo para satisfacer un fin. Cuanta más importancia tenga el fin, más alto será el valor medio del bien.

El hombre, muchas veces en contra de su voluntad, se ve obligado a elegir entre las distintas posibilidades que se le ofrecen y las ordena según sus necesidades, por lo tanto el valor de los bienes no depende de su valor vital, sino de la utilidad de una determinada cantidad de bien.

Esto es así porque el ser humano no toma decisiones generalizadas, no tiene que elegir entre quedarse con toda el agua o con todos los diamantes que existen, simplemente, en un contexto determinado tiene que actuar, decidir. Cuantas más unidades se tengan de algo más bajo será el valor que ocupará en la escala de valores.

En definitiva, el valor del agua, no está determinado por el hecho de que puede salvarle la vida a alguien que estuviera en el desierto, sino por la escasa utilidad que tiene el agua para otras cosas. Por eso el oro y los diamantes tienen más valor, porque se dispone de mucha cantidad de agua para satisfacer necesidades de

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