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Presentación Final Equipo 13

saga149016 de Enero de 2013

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La línea evolutiva de las estrategias militares y armamentísticas del Imperio Otomano

La investigación se limita al desarrollo de las estrategias militares y armamentísticas usadas por el Imperio Otomano. Las cuales a pesar de su gran desarrollo en comparación con otras no le permitieron al Imperio Otomano seguir siendo una potencia hasta la fecha, por lo que no fue la la cuestión militar la culpable del fracaso del Imperio Otomano, sino otras cuestiones. Por lo que los objetivos es determinar que no fue la cuestión militar la responsable del fracaso del Imperio Otomano y así encontrar cuales fueron las fallas que no le permitieron seguir existiendo y seguir siendo una potencia hasta el momento.

A través de la historia las carreras armamentísticas han sido un factor fundamental en el desarrollo del escenario internacional, desde tiempos del Antiguo Egipto hasta la Guerra Fría; por lo tanto es posible que los factores militares fueron clave en que el imperio Otomano fracasará en su consolidación como potencia global. En un principio el Imperio Otomán logró consagrarse como grandes estrategas militares y lograron ganar mucho territorios debido a sus innovaciones y modo de atacar pero con el tiempo ni estas estrategias le permitieron seguir siendo una potencia. A partir de que comienza la expansión del Islam, es que poco a poco los conflictos entre los pueblos adeptos a esta prácticamente nueva religión y aquellos que no lo eran, surgen, en especial con la población católica europea. Y al iniciar estas Guerras Santas y otros conflictos, entre musulmanes y el resto del mundo no Islámico, comienza una nueva carrera armamentística la cual pudo haber dado como resultado un diferente escenario internacional, sin embargo el imperio Otomano fracaso y dejó al mundo para las potencias Europeas.

El Imperio Otomano ha sido uno de los imperio más extensos a través de la historia, ya que se expandía por tres continentes, controlando parte del Sur de Europa, Medio Oriente y el norte de África, limitando al oeste con Marruecos, al este con el Mar Caspio y al sur con Sudán, Eritrea, Somalia y Arabia, durante casi siete siglos. Lo cual sólo fue posible, ya que desde su formación comenzó su expansión, a expensas de los territorios de Bulgaria y Serbia, pero principalmente del decadente Imperio Bizantino, ya que fue en 1453 que lograron conquistaron Constantinopla.

El Imperio Otomano se caracterizó no sólo por su rápido y poderoso expansionismo sino que a diferencia del poderoso Imperio Británico, quienes arrasaron con las culturas a su paso y hacían ver al Choque de Civilizaciones de Samuel Huntington como un cuento de hadas para los nativos colonizados, los otomano fueron capaces de poder “mezclar” o al menos crear un ambiente de tolerancia y convivencia para los grupos étnicos y religiosos que vivían dentro de sus territorios, creando una particular “identidad” cultural otomana, la cual sería parte fundamental en el futuro del Imperio. Sin embargo, como la mayoría de los imperios a lo largo de la historia y a lo ancho del planeta, todos tienen un auge y todos una caída, y la caída del Imperio Otomano comenzó durante el siglo XIX, cuando algunos territorios del Imperio comenzaron a independizarse, principalmente en Europa, como sucedió con los griegos, debido al auge de los nacionalismo dentro del territorio, principalmente por el mismo nacimiento y auge de los estados-Nación en Europa. A esto se le añadió que el Imperio perdió una de sus mayores fortalezas, es decir su armada, lo cual lo llevó a sucesivas derrotas militares. Y fue su participación en la Primera Guerra Mundial y el surgimiento de movimientos revolucionarios dentro de Turquía lo que le darían el golpe mortal al una vez poderoso Imperio Otomano, el cual fue abolido el 1 de noviembre de 1922, mientras el califato fue en 1923 y así fue que la República de Turquía fue fundada como su único remanente el 23 de octubre de 1923.

Lo cual deja en duda, ¿habría sido posible que el Imperio Otomano hubiera estado a la par en armamento y ejército con las potencias de Europa?, pero debido a otras cuestiones fracaso, ¿sería posible que el Imperio Otomano aún existiera? o ¿acaso sus políticas públicas y choques culturales fueron los que asestaron un golpe letal al Imperio? Es debido a ello que se debe realizar un marco comparativo en la evolución de la conformación de los ejércitos y armas del Imperio Otomano, para poder entender si en este aspecto fue su fracaso o fue por otras cuestiones. A continuación se presenta una descripción de las estrategias militares y armamentísticas usadas por el Imperio Otomano.

El poderoso ejército otomano comenzó tan sólo como fuerza de caballería nómada de estepa a un ejército permanente que tuvo como base a la infantería, cambio que comenzó cuando entraron en contacto con los sistemas militares islámicos y bizantinos, ya que fueron estos encuentros los que le dieron las ideas de ejércitos basados en esclavos, infantería pesada y fuerzas fronterizas basadas en guardias nómadas. Todo esto comenzó a dar frutos circa el año 1,300, cuando su ejército cambió a ya uno basado en infantería liderado por una casta de oficiales profesionales y especializados, de los cuales los jenízaros fueron los más conocidos. Y para la mitad de la década de 1,400, el ejército otomano ya poseía una infantería profesional y una fuerza de artillería igual de efectiva, lo cual lo llevaría a victorias y por lo tanto a un gran expansionismo en los Balcanes y en Anatolia. Como mencionamos todo comenzó como un pequeño ejército de caballería nómada (los cuales podrían ir desde 10 hasta 10,000 personas#), la cual debía compensar su falta de armadura y gran dependencia a una sola arma, el arco, es que este ejército se hizo muy móvil. Para fortalecer la coordinación y el mando en un ambiente tacto altamente móvil, como sería con ataques sorpresa, emboscadas y cercos, este ejército prefería usar la misma formación de batalla en todas las ocasiones. En esta formación de batalla, el comandante se colocaba en el centro con sus mejor unidades flanqueadas por ambos lados, el segundo al mando era responsable del lado izquierdo, lo cual era una posición privilegiada. La caballería se convertía en una pantalla que cubría el frente y varios puntos independientes protegiendo los flancos y la retaguardia. Debido a que todas las unidades siempre usaban las mismas rutinas, en la mayoría de los casos eran suficientes banderas y flechas para la comunicación. Y como la mayoría de los sistemas militares, este sistema también tenía algunas debilidades, siendo la más obvia que el ejército necesitaba de constante acción y el mantenimiento de una vida nómada, ya que sin constante acción los nómadas perdían fácilmente sus talentos superiores individuales y cohesión de las unidades, mientras que la vida sedentaria destruía todos su valor militar en un corto tiempo. Otra debilidad era su gran dependencia en caballos, ya que para poder mantener una fuerza cuantiosa era necesario un campo muy grande de estepa. Y finalmente otra debilidad fue que su sistema militar fue estático, ya que permaneció prácticamente igual a lo largo de toda su existencia. Sin embargo, no todos los que luchaban en contra de este sistema militar nómada fueron capaces de aprovechar sus debilidades y obtener la victoria contra este sistema, siendo el Imperio Bizantino la ejemplificación de esto, ya que fueron los Selyúcidas quienes obtuvieron la victoria contra este Imperio, claro que también fue de gran ayuda la sincronización que hubo entre los ataques de los Selyúcidas y los tiempos de crisis del Imperio Bizantino. Pero como dijimos, este sistema evolucionaría cuando entró en contacto con los sistemas militares islámicos y bizantinos, por lo cual a continuación haremos un breve sumario de las características de ambos sistemas militares que dejaron como legado al ejército otomano.

El sistema militar islámico (o los sistemas militares islámicos en mejores palabras ya que no hubo un sólo sistema islámico sino que fueron varios) también dejó un legado en el ejército otomano, el cual estuvo más relacionado con la futura composición del ejército otomano y estrategias, ya que todos los ejércitos islámicos tempranos fueron basados ​​en una unidad de infantería y/o caballería del ejército provisional que era tribal o feudal, y un ejército permanente, que consistía en esclavos que eran soldados profesionales, características que compartiría parcialmente el ejército otomano en el futuro. Otra característica que legó el sistema militar islámico al Imperio Otomano fue que en el sistema militar islámico se enlistaban a diversos grupos raciales o étnicos para crear diferentes ramas militares o unidades. Para el sistema militar que estableció el califato de los Abasidas hubieron dos elementos clave, la experiencia militar y la lealtad, elementos que el ejército otomano adoptó así como el sistema de entrenamiento de los mamelucos egipcios.

El legado que el sistema militar bizantino dejó en el ejército otomano es difícil de establecer, sin embargo podemos decir que los Selyúcidas aprendieron varias cosas del Imperio Bizantino y en algunas ocasiones llegaron a incluir en su ejército a oficiales y soldados renegados del Imperio, con los cuales formaban pequeñas unidades o grupos de mercenarios. La experiencia técnica de los soldados bizantinos era necesaria sobre todo para los asedios. Los Selyúcidas perfeccionaron su artillería cinética, las operaciones mineras y otras técnicas de ingeniería con la ayuda de la experiencia y conocimientos bizantino. Después de haber revisado las mayores

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