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Enviado por   •  16 de Junio de 2012  •  25.920 Palabras (104 Páginas)  •  635 Visitas

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OCHO PECADOS CAPITALES DEL HISTORIADOR

Homenaje a Eric Hobsbawm en sus 90 años.

Dr. Luis Eduardo Cortés Riera.

UCLA-UPEL-IPB-Fundación Buría.

luiscortesriera@hotmail.com Carora-Barquisimeto, Venezuela, 2007.

“Estamos inmersos en el pasado,

como el pez lo está en el agua,

y no podemos escapar de él”.

Eric Hobsbawm, 1970.

INTRODUCCION.

Varias situaciones y experiencias en mi ya larga trayectoria como docente e investigador de la historia, así como la lectura de autores clásicos de la historiografía de todos los tiempos y lugares, me han animado a escribir estas reflexiones que bajo el insidioso título que le di, ojalá motiven a los jóvenes y también a los mayores, cultivadores de esta ciencia social tan nueva y que aún se haya en el tránsito hacia su edificación, a esclarecer algunos conceptos y categorías, a plantear nuevas problemáticas y a deslastrarse de las viejas y falaces, pero muy influyentes ideas en torno a la historia que han hecho carrera desde tiempos de Heródoto o de Polibio hasta llegar a Edward Gibbon o Leopold Von Ranke, y que nos han llegado con fuerza y autoridad inusitada hasta el presente, los albores del siglo XXI. Edward Gibbon 1737 - 1794

La palabra pecado que aquí empleo se la debo a Eric Hobsbawm, así como al insigne historiador francés, miembro del Collège de France, Lucien Febvre, quien dice del anacronismo que es el mayor de los pecados, el más imperdonable. Desde tiempos de mis estudios de pregrado (1972-1976) en la ya bicentenaria Universidad de Los Andes y su Escuela de Historia, me había llamado la atención este pecado, el primero y más dañino que puede cometer el historiador. Pero los ojos de aquélla Escuela estaban en otros lados, la enseñanza de un marxismo vulgar asociado al estructuralismo, así como el repliegue de la izquierda insurreccional, y poco se atendía a la formación de los estudiantes en el oficio del historiador. Casi no se leía a Marc Bloch, y si ello se hacía, aquél privilegio lo gozábamos, que yo sepa, solamente los estudiantes de la Lucien Febvre 1878 - 1956

CONHISREMI, Revista Universitaria de Investigación y Diálogo Académico, Vol. 4, No. 3, 2008.

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especialidad en Historia Universal. Aquello se debía a que leíamos los brillantes trabajos de este autor sobre la Europa medieval, La sociedad feudal, entre ellos, y por extensión sus trabajos sobre metodología de la historia.

El postulador de la concepción de la “historia total”, otro francés, el profesor Pierre Vilar me motivó con su obra Iniciación al vocabulario del análisis histórico (l980) magnífico trabajo de precisión y de reflexión sobre lo histórico, donde nos dice: “Siempre he soñado con un “tratado de historia”. Pues encuentro irritante ver en las estanterías de nuestra bibliotecas tantos “tratados” de “sociología”, de “economía”, de “politología”, de “antropología”, pero ninguno de historia, como si el conocimiento histórico, que es condición de todos los demás, ya que toda sociedad está situada en el tiempo, fuera capaz de constituirse en ciencia”. En este sentido he creído necesario alertar sobre los errores y las omisiones más graves y más comunes que se cometen con la historia.

De Marc Bloch, creador de la idea del oficio del historiador, me he nutrido permanentemente para enseñar e investigar la historia con las aportaciones de todas las ciencias sociales (y a veces las naturales), el empleo del método comparativo como propuso con Febvre en la Escuela de los Anales y que se presenta magistralmente en Los reyes taumaturgos (1924) y La sociedad feudal (1939-1940), pero sobre todo Apología de la historia o el oficio del historiador (1942), llamada por Georges Duby la “agenda de un artesano”, un libro escrito bajo la ocupación nazi de Francia, por lo que ha sido llamado “El manuscrito interrumpido del Marc Bloch,” que trata sobre los motivos por los que se estudia la historia y sobre el oficio del historiador. No es un libro de filosofía de la historia, ni un libro de metodología empírica: ha querido presentarnos los problemas, las dificultades que a un historiador se le presentan en la continua meditación de las razones de su trabajo; hacernos partícipes desde adentro de los procesos que éstos implican; en suma, guiarnos con su rica sensibilidad y vivacidad cultural a través de los secretos de su singular “oficio”. Es mi libro de cabecera. Marc Bloch 1886 - 1944

Esta obra ha tenido un éxito notable en

do unas 19 veces hasta 1994 desde que el Fondo de Cultura Económica, México, la tradujo y editó por vez primera en 1952 (por Pablo González Casanova y Max Aub) con el inapropiado título de Introducción a la historia. En 1949 llega un alumno de Bloch a aquél país, Francoise Chevalier, y a sus clases asiste un perseguido de la dictadura perejimenista en Venezuela, el profesor Federico Brito Figueroa (+ 2000), quien a su regreso al país en 1960 funda los estudios de posgrado en historia en la Universidad Central de Venezuela y que continua después de su jubilación en la Universidad Santa María, recinto en donde conoce a un joven profesor recién egresado del Instituto Pedagógico Barquisimeto, Reinaldo Rojas quien le convence de venir a Barquisimeto. Acá fundan bajo un pomarroso (Mirtácea de la India) la Fundación Buría, y en 1986 editan por primera vez y en coedición con el Fondo Editorial Lola de Fuenmayor Apología de la historia o el oficio del historiador, la que pasa en

CONHISREMI, Revista Universitaria de Investigación y Diálogo Académico, Vol. 4, No. 3, 2008.

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Y es acá en donde se inserta desde 1989 quien escribe

e Eric Hobsbawm, inicié los estudios de postgrado en historia bajo la guía y conducción de los doctores Federico Brito Figueroa y Reinaldo Rojas e introducido en las posibilidades de método y del conocimiento científico de la Escuela de los Anales. En esta comunidad discursiva con sede en Barquisimeto, pero con estrechos vínculos con otras ciudades y grupos de investigación del país, como en San Cristóbal, Maracaibo, Valencia, Coro, Acarigua, Carora, Guanare, Barinas, San Felipe, Caracas, universidades de Colombia, Canarias, España, Francia, México, y en torno fundamentalmente a las Líneas de investigación: “Historia social e institucional de la educación en la Región Centro Occidental de Venezuela”, y la de “Redes sociales, cultura y mentalidad religiosa”, he tenido las más hermosas y edificantes satisfacciones intelectuales y personales de mi existencia. ienEric Hobsbawm 1917

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ia sacada de las Escrituras sagradas, se atreve a dejar entre sus manos estos Ocho pecados capitales del historiador.¿Que se puede abultar esta ominosa cantidad? Sí, es posible y

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