RELACIONES LABORALES Y GESTION DE RECURSOS HUMANOS
leticia11 de Junio de 2014
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•RELACIONES LABORALES Y
GESTION DE RECURSOS HUMANOS:
VISION GENERAL
VISION GENERAL
Anne Trebilcock
Relaciones laborales o industriales
El término relaciones laborales (también se utiliza relaciones
industriales), hace referencia al sistema en el que las empresas, los
trabajadores y sus representantes y, directa o indirectamente, la
Administración, interactúan con el fin de establecer las normas
básicas que rigen las relaciones de trabajo. Asimismo, alude al
campo de estudio dedicado al análisis de dichas relaciones. Su
aparición es consecuencia de la revolución industrial, cuyos
excesos dieron lugar a la creación de los sindicatos como medio
de representación de los trabajadores y al desarrollo de las relaciones
laborales colectivas. Un sistema de relaciones laborales o
industriales refleja la interacción entre los principales actores que
lo componen: el Estado, la empresa (empresas o asociaciones de
empresas), los sindicatos y los trabajadores (que pueden participar
o no en los sindicatos y otras entidades encargadas de su representación).
Los términos “relaciones laborales” y “relaciones
industriales” se emplean asimismo en relación con diversas
formas de participación de los trabajadores; además, pueden referirse
a las relaciones de empleo específicas establecidas entre una
empresa y un trabajador en virtud de un contrato de trabajo
escrito o implícito, si bien éstas suelen denominarse “relaciones
de empleo”. La variación en la utilización de los términos es
considerable, lo que refleja en parte la evolución de este campo
de estudio en el tiempo y en el espacio. No obstante, existe un
acuerdo generalizado respecto a la consideración en el mismo de
la negociación colectiva, las diversas formas de participación de
los trabajadores (como los comités de empresa, y los comités
conjuntos de salud y seguridad) y los mecanismos de resolución
de conflictos colectivos e individuales. La amplia gama de
sistemas de relaciones laborales existentes en el mundo ha dado
lugar a la necesidad de matizar los estudios comparativos y de la
identificación de tipos debida a las limitaciones del exceso de
generalización y las analogías erróneas. Tradicionalmente, se han
descrito cuatro tipos diferenciados de gestión del lugar de trabajo:
dictatorial, paternalista, institucional y participativo. En este capítulo
se analizan fundamentalmente los dos últimos.
En un sistema de relaciones laborales se ponen en juego
simultáneamente intereses públicos y privados. El Estado
también participa y su papel puede ser pasivo o activo según el
país en cuestión. El carácter de las relaciones entre los trabajadores
organizados, las empresas y la Administración en lo que
respecta a la salud y la seguridad es indicativo de la situación
general de las relaciones laborales en un país o en un sector y
viceversa. Los sistemas de relaciones laborales poco desarrollados
suelen ser autoritarios y sus normas son dictadas por las
empresas sin que el trabajador participe directa o indirectamente,
salvo en lo que se refiere a la aceptación del empleo en
las condiciones ofrecidas.
En un sistema de relaciones laborales se incorporan valores
sociales (p. ej., libertad de asociación, sentido de la solidaridad
de grupo, búsqueda de la optimización de beneficios) y técnicas
(p. ej., métodos de negociación, organización del trabajo,
consulta y resolución de conflictos). Históricamente, los sistemas
de relaciones laborales se han clasificado de acuerdo con categorías
nacionales, pero la validez de este procedimiento es cada vez
menor debido a la creciente diversidad de las prácticas de cada
país y el auge de una economía de naturaleza más global impulsada
por la competencia internacional. Algunos países se han
caracterizado por el mantenimiento de modelos basados en la
cooperación (p. ej., Alemania, Bélgica), mientras que otros son
conocidos por su tendencia al conflicto (p. ej., Bangladesh,
Canadá, Estados Unidos). Asimismo, los diversos sistemas se han
clasificado en función de su utilización de mecanismos de negociación
colectiva centralizada (p. ej., los países nórdicos, aunque
tienden actualmente a abandonar estos procedimientos, como
sucede en el caso de Suecia), negociación a escala sectorial o
industrial (como en Alemania), o negociación a escala de
empresa o centro de trabajo (p. ej., Japón, Estados Unidos).
En los países que han pasado de una economía de planificación
a otra de libre mercado, dichos sistemas se encuentran en transición.
Por otra parte, aumenta el número de estudios sobre las
tipologías de las relaciones de empleo individuales como indicadores
de los tipos de sistemas de relaciones laborales.
Ni aún las descripciones más clásicas de tales sistemas
consisten en caracterizaciones estáticas, puesto que éstos
cambian para adaptarse a las nuevas circunstancias económicas
y políticas. La globalización de la economía de mercado, el debilitamiento
del Estado como fuerza efectiva y el declive del poder
sindical en numerosos países industrializados plantean desafíos
importantes a los sistemas de relaciones laborales tradicionales.
El desarrollo tecnológico ha provocado cambios en el contenido
y la organización del trabajo que tienen una repercusión fundamental
en la posibilidad de desarrollo de las relaciones laborales
colectivas y en la dirección que adoptan éstas. La jornada de
trabajo convencional y el lugar de trabajo común han ido
cediendo el paso a la utilización de horarios más variados y a la
realización de las tareas en diversos emplazamientos, incluido el
domicilio propio, con una supervisión menos directa por parte
de la empresa. Lo que se había denominado relaciones de
empleo “atípicas” lo son cada vez menos a medida que la población
activa afectada sigue ampliándose. Esta tendencia, a su vez,
ejerce presión sobre los sistemas de relaciones laborales
establecidos.
Las formas más recientes de representación y participación de
los trabajadores crean una nueva orientación en la situación de
las relaciones laborales en varios países. Un sistema de relaciones
laborales establece las normas básicas formales e informales
que determinan la naturaleza de las relaciones industriales
colectivas, así como el marco de las relaciones de empleo individuales
entre el trabajador y su empresa. La situación en el lado
de la gestión se complica por la intervención de actores como las
agencias de trabajo temporal y los contratistas de mano de obra
y puestos de trabajo, que pueden tener responsabilidades
respecto a los trabajadores sin tener el control del entorno físico
en el que éstos desarrollan su actividad, ni la oportunidad de
impartir formación sobre seguridad. Por otra parte, los trabajadores
de los sectores público y privado se rigen por legislaciones
específicas en la mayoría de los países, por lo que los derechos y
las medidas de protección en cada sector suelen diferir significativamente.
Además, el sector privado está influido por las fuerzas
de la competencia internacional, que no afectan directamente a
las relaciones laborales en el sector público.
Por último, la ideología neoliberal, que favorece la celebración
de contratos de trabajo individualizados en detrimento de los
acuerdos basados en la negociación colectiva, representa una
amenaza adicional para los sistemas de relaciones laborales
tradicionales. Estos se desarrollaron como resultado de la aparición
de la representación colectiva de los trabajadores, debida a
la experiencia acumulada de que el poder individual de un
trabajador es débil comparado con el de la empresa. El abandono
de toda forma de representación colectiva podría dar lugar
a una vuelta al concepto propio del siglo XIX según el cual, la
aceptación de un trabajo peligroso se consideraba en gran
medida como una cuestión de libre elección personal. La
21.2 VISION GENERAL ENCICLOPEDIA DE SALUD Y SEGURIDAD EN EL TRABAJO
GESTION Y POLITICA
globalización de la economía, el ritmo acelerado de cambio
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