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Irán y la Nueva Ruta de la Seda


Enviado por   •  22 de Noviembre de 2018  •  Informes  •  2.208 Palabras (9 Páginas)  •  129 Visitas

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Irán y la Nueva Ruta de la Seda (One Belt, One Road)

Por:

Luis Manuel Domínguez Aguilar

Puebla, Puebla a 16 de Noviembre de 2018

El desarrollo económico del mundo no puede ser entendido sin la presencia de Medio Oriente, una región clave en el comercio de hidrocarburos y otros minerales que son de suma importancia para la producción de mercancía.

Dentro de la región, Irán es un actor de suma influencia, tanto política como económica, al ubicarse entre Oriente Próximo, Asia Central y Asia del Sur y por sus grandes reservas de hidrocarburos, las cuartas reservas de petróleo y primeras de gas a nivel mundial (Page, 2016) la posicionan como una potencia energética en la región.

El posicionamiento de Irán en la región, la ubica como actor prioritario en el sistema de comercio internacional, y como punto estratégico en desarrollo del macro proyecto de la nación China, llamado One Belt, One Road (OBOR) que cosiste en el restablecimiento de la antigua Ruta de la Seda, y la creación de corredores económicos que tengan como punto central a Pekín.

La importancia de este proyecto se reflejará en los alcances económicos y políticos que tendrá al concluirse no solo en Irán sino en todo el globo. Para fines de estudio, el presente trabajo expone cuestiones generales sobre la relación Irán-China, y los objetivos económicos de la alianza de ambos países, pasando por sus antecedentes, concepciones dentro del sistema y algunas de las razones por las que es de suma factibilidad la cooperación entre estas dos naciones.

Antecedentes

La antigua ruta de la seda fue una red comercial entre el Medio Oriente, Occidente y Asia Central durante siglos, la cual fue comenzada por China, ya que era la seda lo que se comerciaba principalmente y sólo ellos conocían el secreto de su fabricación. La Ruta de la Seda no sólo ayudaba en la economía del lejano Oriente, que dependía fuertemente de ella, también, ayudó a conectar al mundo no solo con el comercio de mercancías, sino con la difusión de ideas, pensamientos y expresiones artísticas. El Medio Oriente, representó un punto de gran importancia en el desarrollo de la Ruta de la Seda, siendo el punto de encuentro entre Asia, Europa y África, propiciando que distintas culturas se conocieran entre sí, y formaran una serie de vínculos en algunos casos no sólo comerciales y que se han mantenido después de tantos siglos.

Ahora, desde su declive hace más de 600 años, debido a la caída de Constantinopla, China ha planteado la iniciativa de crear una nueva Ruta de la Seda, llamada: One belt, one road, con una visión estratégica presentada como una red de conectividad compuesta por corredores económicos marítimos y terrestres en el que Medio Oriente, representó un punto de gran importancia en el desarrollo de la Ruta de la Seda, este ha fungido como el punto de encuentro entre Asia, Europa y África.

Relación China- Irán

Desde inicios del establecimiento de los grandes imperios en Irán y el desarrollo de las dinastías en el gigante asiático, ha existido una relación fructífera entre estas dos regiones, pero no fue hasta el acontecer de la Revolución Islámica en 1979, que se fortalecieron más, principalmente por el aislamiento al que se vio orillado Irán por la toma de rehenes en la Embajada Estadounidense, para después convertirse en un importante apoyo y proveedor de armas para los iraníes, en la Guerra Irak-Irán. (Membrado, 2016).

Si se continúa con el andar histórico se puede observar una relación positiva entre estas dos naciones que se ha reposicionado, con la postura de la nación China de mantener sus relaciones económicas y de intercambio comercial, a pesar las sanciones económicas contra Irán para frenar el desarrollo del proyecto nuclear iraní, aplicadas por Estados Unidos y la Unión Europea, permitiendo a la nación Persa mantenerse y no frenar a su maquinaria comercial, incluso después de que Pekín en 2010 apoyará las sanciones la ONU, además de siempre apoyar a Teherán en sus demandas y sumar fuerzas con Rusia para contrarrestar las del resto de potencias occidentales.

Esta relación se ha mantenido a pesar de que como mencionan Dina Esfandiary y Ariane M. Tabatabai, autoras del libro Triple-Axis: China, Russia, Iran and Power Politics "Washington no ha dudado en investigar y sancionar a compañías chinas como los gigantes de telecomunicaciones Huawei y ZTE por hacer negocios con Teherán. Sin embargo, Irán tiene razones para ser optimista”; ya que los beneficios económicos son mutuos, por un lado China ha conseguido a un proveedor de energía (hidrocarburos) fuerte y por el otro Irán ha contrarrestado su aislamiento.

Nueva Ruta de la Seda

La Nueva Ruta de la Seda, supone la inversión de miles de millones de dólares para infraestructura que propicie una ampliación de sus rutas comerciales y genere capital, a través de la conectividad de los 65 países involucrados en el plan económico. La gran potencia asiática tiene tres objetivos con la Nueva Ruta de la Seda en Medio Oriente: seguridad energética, ampliar el alcance de sus empresas tecnológicas y garantizar que sus inversiones en la nueva ruta de la seda no estén en riesgo.

China considera a Irán un socio clave para su macro-proyecto OBOR, por su posición geográfica favorable para las rutas de comercio terrestres (véase mapa 1) en la encrucijada entre Medio Oriente, Asia y Europa, y por ser el mayor importador de crudo iraní.

Para Irán, según el Observatorio Económico Mundial hasta 2016 los principales destinos de exportación de Irán: China ($ 13.4 B), India ($ 7.51 B), Corea del Sur ($ 4.16 B), Japón ($ 2.97 B) y Francia ($ 1.39 B) (Tabla 1)

y los principales orígenes de importación de Irán son China ($ 16.4 B), los Emiratos Árabes Unidos ($ 8.81 B), Turquía ($ 4.92 B), Corea del Sur ($ 3.72 B) y Alemania ($ 2.78 B). (Tabla 2)

Por lo que China es el mayor socio comercial de la nación Chíí.

Así las negociaciones entre el presidente chino Xi y su homólogo iraní, Hassan Rohani, y el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei hasta 2016 se vieron reflejadas en la firma de 17 acuerdos bilaterales sobre distintos ámbitos de actividad económica, que van desde el ámbito energético (gas y petróleo), industrial, comercial, medioambiental, judicial y cultural, hasta otros sectores estratégicos por valor de 600.000 millones

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