SOLIDARIA NUCLEO PROBLEMICO 1
alejaortega26 de Marzo de 2014
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¿Qué se entiende por economía solidaria?
La Economía Solidaria, precisamente, aporta una mirada, unos valores y unas prácticas al servicio de dicha transformación, configurando un movimiento social a nivel mundial y con características propias que se suma al conjunto de organizaciones ciudadanas que, local y globalmente, participan en la construcción de unas sociedades y un mundo más equitativo, humano y sostenible.
Es el desarrollo del proceso por el cual los grupos humanos pasan a mejores condiciones más humanas para tener calidad de vida y cantidad de vida
La Economía Alternativa y Solidaria se presenta como un conjunto abierto de espacios micro-sociales, de prácticas, de actividades y de empresas, que se caracterizan por:
• Igualdad en el trabajo.
• Cooperación y no competencia.
• Apuesta por el empleo.
• Sin ánimo de lucro.
• Desarrollo medioambiental sostenible.
• Compromiso con el entorno social.
Igualdad
Satisfacer de manera equilibrada los intereses respectivos de todos los protagonistas interesados por las actividades de la empresa o de la organización. Se entiende por protagonistas a los trabajadores, socios o accionistas, clientes, proveedores, comunidad local e internacional. Favorecer la cooperación en lugar de la competencia dentro y fuera de la organización.
Empleo. El objetivo es crear empleos estables y favorecer el acceso a personas desfavorecidas o poco cualificadas.
Sin carácter lucrativo. Las iniciativas solidarias no tendrán por fin la obtención de beneficios, sino la promoción humana y social, lo cual no obsta para que sea imprescindible el equilibrar la cuenta de ingresos y gastos, e incluso, si es posible, la obtención de beneficios. Ahora bien, los posibles beneficios no se repartirán para beneficio particular, sino que se revertirán a la sociedad mediante el apoyo a proyectos sociales, a nuevas iniciativas solidarias o a programas de cooperación al desarrollo, entre otros.
Medioambiente. Favorecer acciones, productos y métodos de producción no perjudiciales para el medioambiente a corto y a largo plazo.
Compromiso con el entorno. Las iniciativas solidarias estarán plenamente integradas en el entorno social en el que se desarrollan, lo cual exige la cooperación con otras organizaciones que afrontan diversos problemas del territorio y la implicación en redes, como único camino para que experiencias solidarias concretas puedan generar un modelo socio-económico alternativo.
¿Cuáles son los postulados ideológicos de una propuesta solidaria?
Una economía para la realización del ser humano.
Como cuerpo teórico, la economía solidaria se fundamenta en el reconocimiento de la
Supremacía de la persona humana y de su capacidad de realización individual y colectiva. Se opta así por un sujeto relacional, capaz de apoyar y ser apoyado por otros, y de reconocer restricciones a su libertad en los derechos de los demás.
La realización individual y colectiva de las personas implica condiciones materiales de vida que permitan lograr el bienestar, aspiración básica de los seres humanos; pero incorpora también el desarrollo de las capacidades y destrezas de las personas, contribuyendo a la mejora continúe bien hacer individual y colectivo; y el desarrollo pleno como ser humano en su capacidad de trascendencia y realización personal, alcanzando el bien ser. Bienestar, bien hacer y bien ser son partes constitutivas del desarrollo y realización del ser humano.
La economía solidaria busca incidir en las relaciones sociales que se expresan en los intercambios económicos, haciéndolas concordantes con los derechos y las obligaciones de todos los involucrados, en un escenario de mayor toma de conciencia de la humanidad sobre los derechos humanos, tanto civiles y políticos, como económicos, sociales, culturales y ambientales.
La solidaridad en la economía es un asunto ético práctico que exige conjugar los intereses individuales con los intereses colectivos, permitiendo recuperar la confianza en el funcionamiento de la sociedad. Reconoce las diferencias en capacidad y competitividad de las personas, y por ello, alienta la complementariedad y promueve la cooperación
Y solidaridad entre ellas, posibilitando pasar de un paradigma centrado en el capital y la competitividad un paradigma centrado en el trabajo humano y la cooperación.
Una economía para construir nación.
El desarrollo de las comunidades, pueblos y naciones implica la ayuda mutua de todos y todas los que les conforman, sea cual fuera su raza, credo o posición en la sociedad.
En ese sentido el desarrollo solidario es principalmente conservativo, no es “contra de...” sino “a favor de”. No se define por la negación sino por la afirmación. La perspectiva del desarrollo solidario implica que todos hombres, mujeres, jóvenes, niños, niñas, ancianos, ancianas se consideren con-partícipes, co-responsables de la construcción solidaria de un desarrollo humano integral”.
La economía solidaria se orienta hacia la construcción de un proyecto nacional de economía plural que busca Solidarizar la Economía. Por lo tanto, no es una propuesta sólo para un sector de “convencidos” o “conscientes” de la sociedad, ni una propuesta de “economía para los pobres”, aunque surge desde los sectores populares. Es una propuesta transversal a toda la economía y a toda la sociedad, y ahí radica su potencial de propuesta
Social.
Una economía que revalora el trabajo humano.
La racionalidad económica clásica se explica por la búsqueda de la ganancia, ninguna inversión es emprendida si no se asegura previamente un retorno positivo y alentador, esta es la lógica del capital. Pero existe otra racionalidad económica, que se expresa en la lógica del trabajo aquella que busca emprender una actividad económica motivada u obligada por la búsqueda de satisfacción de necesidades. Esto explica que existan en América Latina y el mundo una proliferación de pequeñas unidades económicas que funcionan pese a que no logran cubrir sus costos reales. Si la lógica de la maximización de la ganancia fuera el factor explicativo de sus economías, por lo menos el 90% de ellas ya deberían haber dejado de funcionar, pero no lo hacen porque es su medio de vida, muchas veces su único medio de vida.
La economía solidaria reconoce que toda persona tiene capacidad de trabajar y lo viene haciendo, más allá de que tenga una ocupación o no en el mercado laboral, evidenciando la existencia de diversas formas de trabajo humano, incluyendo a aquellas formas de trabajo que no son reconocidas por el mercado, como el trabajo doméstico familiar y comunitario, y de formación. Asimismo, recogiendo la tradición cultural que valoriza las prácticas comunitarias y la necesidad de realizar operaciones económicas de escala, busca
Una economía para la equidad.
Frente a la creciente inequidad económica y social que margina en la pobreza a millones de seres humanos, la opción por los pobres y los excluidos es el imperativo ético de nuestros
Tiempos. Pero, una pregunta crucial al abordar la opción por los pobres es: ¿cómo se ve al pobre? Si los pobres son asumidos sólo como carentes, sea de recursos o de conocimientos, es decir como sujetos a los que hay que asistir y reivindicar, es fácil caer en intervenciones con sesgos asistencialistas o paternalistas. Desde la perspectiva de la economía solidaria, los pobres son vistos como sujetos provistos de potencialidades, que, si bien no tienen recursos económicos, tienen habilidades y conocimientos, es decir como sujetos con capacidad de realizarse en sociedad y con destrezas por identificar para enfrentar la sobrevivencia.
Una economía para el desarrollo integral.
El desarrollo, entendido como un proceso por el cual los grupos humanos pasan de condiciones menos humanas a condiciones más humanasen términos de calidad y cantidad de vida, demanda una perspectiva integral, que considere todas las dimensiones en que se desempeña la persona humana, que es el fin último del desarrollo.
En una perspectiva de desarrollo integral, la economía solidaria enfatiza el crecimiento de la economía para todos; el incremento de la productividad sin sacrificar la calidad del trabajo; el desarrollo de la competitividad en base a la mejora de las competencias humanas; y el uso de la tecnología y la ciencia para humanizar la actividad humana. Del mismo modo, apunta a atender adecuadamente las necesidades de salud, alimentación, vivienda, y servicios básicos de toda la población; a recuperar los recursos y las tecnologías ancestrales; y a preservar un ambiente sano, enfrentado todo tipo de contaminación y depredación de la naturaleza, anteponiendo los intereses colectivos al usufructo de la riqueza por unos pocos, y desarrollando una relación armoniosa entre el hombre y la naturaleza. La economía solidaria opta también por el ejercicio de valores en la actividad económica, expresados en su práctica dentro de la unidad empresarial, esto es en las relaciones entre trabajadores y responsables, y dentro de su entorno de actuación, es decir en el mercado, en su relación con el consumidor y con otras empresas, y
en su compromiso con el desarrollo de la comunidad.
Una economía que se construye “desde abajo” y “desde adentro”
La economía solidaria busca impulsar procesos de desarrollo desde los espacios locales, centrados en el desarrollo de capacidades propias
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