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TLC TRATADO DE LA INDIGNIDAD


Enviado por   •  1 de Noviembre de 2013  •  1.670 Palabras (7 Páginas)  •  293 Visitas

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¡ACORDADO EL TRATADO DE LA IGNOMINIA!

Si ves a un rico almorzar con un pobre, Por: GABRIEL PEREZ PUENTES

El rico le debe al pobre o es del pobre la comida. Organizador Nacional CGT

(Folklore vallenato)

Luego de 21 meses y más de15 rondas de “negociación”, el pasado 27 de febrero en horas de la madrugada, el gobierno de ALVARO URIBE VELEZ y su sequito cumplió con la tarea impuesta por el Imperio del Norte. Acordar un Tratado de Libre Comercio.

Con lo anterior, no esta de mas el enfatizar en que el TLC, desde un principio la CGT lo vio como el mayor de los peligros para el desarrollo futuro de nuestro país en los aspectos político, económico, social, cultural y de verdadera independencia de nuestra nación. Y no era para menos tal preocupación, si tenemos en cuenta el desaforado interés gubernamental por convencernos, en primera instancia, de acompañarlo en el antipatriótico propósito de ligar a los mandatos e intereses de las transnacionales norteamericanas, las más mínimas nesecidades del pueblo colombiano. Como esta estrategia no le funciono, entonces opto por la tarea de vender a la opinión publica en reiteradas farsas o consejos comunales, la capitulación que hoy estamos condenando, pero contando para ello ahí si con la complicidad de gran parte del empresariado en cabeza de Luís Carlos Villegas, presidente de la Asociación Nacional de Industriales, ANDI; de Juan Alfredo Pinto, presidente de Asociación de Pequeños y medianos Industriales, ACOPI; de Maria Mercedes Cuellar, presidente de la Asociación Bancaria Nacional y tantos otros gremios y personas de poder económico sin par, que en una clara demostración de que el capital no conoce de Ley, Dios ni Patria, respaldaron al presidente Uribe en la firma del leonino tratado.

El presidente Uribe Vélez en una demostración mas de la catadura dictatorial de su mandato, ha desconocido al Tribunal Administrativo de Cundinamarca que le ordena abstenerse de firmar el TLC en aquellos aspectos que resulten lesivos para los derechos colectivos; las gigantescas movilizaciones de los sectores populares en contra del TLC, las manifestaciones de importantes sectores de la academia y la iglesia que reclaman por lo menos se consulte el interés general o no se preceda de manera precipitada. Nada de esto ha detenido al iracundo primer mandatario, por el contrario, quienes nos atrevemos a levantar las banderas de la defensa del interés nacional somos inmediatamente descalificados con toda clase de señalamientos, como los de antipatriotas, de dinosaurios que nos oponemos al paso del desarrollo o los de egoístas que solo defendemos nuestro interés particular.

La lucha por desenmascarar las verdaderas implicaciones del TLC, no ha sido para nada fácil, por el contrario, los espacios son cada vez mas reducidos, la gran prensa sierra filas en torno al gobierno, la criminalización de la protesta social es mas evidente y en no pocas ocasiones acude el gobierno a la falacia y al engaño con tal de no retroceder en su nefasto accionar.

El sueño de Simón Bolívar, de formar la Patria Grande Latinoamericana, ha sufrido un duro traspiés, mas si llega a hacerse efectivo el anuncio del presidente venezolano, Hugo Chávez, de denunciar la vinculación de su país a la Comunidad Andina de Naciones CAN, como reacción ante la firma por parte de Colombia, Perú y Ecuador del TLC con los Estados Unidos. Y es que es entendible hasta cierto punto la posición asumida por el primer mandatario del país hermano, ya que lo mucho que se había alcanzado en materia de integración sub-regional andina, los presidentes de Colombia Perú y Ecuador lo echaron por la borda con la firma del TLC, pues los compromisos asumidos con el gobierno norteamericano rebasan de manera importante las reglamentaciones arduamente discutidas y concertadas desde la década de los 60´s cuando nació el Acuerdo de Cartagena, semilla de lo que hoy es la CAN. Para el caso de el presidente colombiano es bien conocido su papel de fiel mensajero de los mandatos del Departamento de Estado norteamericano que lo condiciono a ser la cabeza de playa de sus políticas de intervención y dominación en Suramérica y el cual ha venido cumpliendo al pie de la letra, como se puede ver con la firma del tratado en si mismo y otras actuaciones ya conocidas y denunciadas profusamente (abandono de el grupo de los 21 al interior de la OMC, apoyo a la invasión de Irak, profundización del Plan Colombia, etc. etc.) así como las presiones ante la chancillería boliviana para lograr el respaldo de dicho gobierno, para modificar la decisión 486 de Propiedad Intelectual aprobada en el seno de la CAN y ponerla acorde a las condiciones del TLC que impiden la fabricación de medicamentos genéricos en la región, en detrimento de la salud publica.

La posición asumida por el primer mandatario venezolano, si bien decimos que es entendible hasta cierto punto, no la podemos compartir completamente, pues que mas no quiere el gobierno estadounidense, sino que nuestros gobernantes se transen en luchas intestinas que solo le benefician a el. Por ello hacemos un vehemente llamado al presidente Chávez para que en una actitud coherente con su discurso integracionista, denuncie las irregularidades cometidas por el gobierno colombiano de cara a la normatividad y compromisos andinos, pero al interior de la misma CAN, manteniendo la vinculación del país hermano a ella. Hacer lo contrario es retrocedernos a los tiempos de la patria boba, superados ya por nuestros pueblos.

Tal y como lo afirmo la revista Dinero, “Desde el primer día de la negociación, en mayo de 2004, se sabía que habría sectores ganadores y perdedores, así como también que en un tratado de esta naturaleza no podía haber sectores excluidos”, el presidente Uribe es conciente de los impactos negativos de su compromiso con los EEUU y por eso una vez firmo el TLC corrió presuroso a afirmar que “para ayudar a los productores que sufren, que tienen temores , hemos concebido un programa que se llama: Agricultura, ingreso seguro”.

La falacia de que los principales beneficiarios del tratado son los consumidores, se cae de su peso cuando analizamos la lógica con la que opera el mercado en el sector agropecuario, por citar un ejemplo, ya que dicho sector es sujeto actualmente de grandes subsidios por parte del gobierno estadounidense, pero que fruto de la presión internacional tendrán que ser desmontados y entonces una vez se desmonten dichos subsidios, los precios de los productos de este sector se dispararan y arruinada nuestra producción nacional , fruto de la desigual competencia, tendremos que pagarlos a los precios del mercado internacional

La generación de empleo es otra de las falacias con las que los defensores del TLC intentan acallar las voces de quienes nos oponemos a este engendro de la política económica estadounidense. Pues aquí también se arranca de una premisa falsa ya que son mas las amenazas que las oportunidades que trae consigo el TLC; no es cierto que tengamos un mercado de 250 millones de consumidores, ni que fuéramos los únicos en el mundo con quienes los norteamericanos tienen negocios, el sector industrial que es el que más genera empleo no es competitivo, ya sea por infraestructura, valor tecnológico agregado o por los altos costos financieros que tienen que pagar las empresas. Tenemos una industria frágil que antes que competir por ingresar al mercado estadounidense, tendrá que luchar por no desaparecer en las fauces de una competidora mejor preparada para penetrar nuestro débil mercado interno. Así las cosas, con un campo arruinado, una industria desaparecida, unos servicios en manos de multinacionales, ¿de que empleo estamos hablando? Tal vez del mismo que se ofrece a los trabajadores mexicanos en las maquilas, donde su poder adquisitivo se ha reducido en mas de un 50%, no existe ningún tipo de estabilidad laboral, la seguridad social corre por cuenta de los trabajadores y la negociación colectiva desapareció junto con el derecho a sindicalizarse, todo ello fruto del TLC firmado ase ya mas de una década.

La exigencia de confidencialidad impuesta por los negociadores gringos, el gobierno colombiano la acato de al pie de la letra, sin rechistar, ni observar las reclamaciones de importantes sectores que reclamaban información respecto del avance de las negociaciones. Tal es el celo gubernamental colombiano de mantener la confidencialidad del tratado, reiteramos, impuesta por los gringos, que a mas de un mes de terminada la “negociación” no ha sido posible que se conozcan los textos definitivos del tratado de la anexión económica de nuestra nación a la potencia del norte, llamado eufemísticamente TLC.

Uribe Vélez jamás llevo a cabo una verdadera negociación, debido a la gran debilidad de su gobierno frente a el ejecutivo, el legislativo y la opinión publica estadounidense, pues estos supieron explotar los pies de barro del presidente colombiano, que fruto de los permanentes escándalos, por las indelicadezas del propio primer mandatario y sus subalternos, no se han detenido ante ninguna clase de limitación con tal de lograr sus propios objetivos.

La tapa de la mal llamada negociación, llevada a cabo por nuestros “ladinos” negociadores la constituye el hecho de que al cierre de esta nota, el gobierno colombiano se dio cuenta de que el texto definitivo presentado por los estadounidenses tenia unas “inexactitudes”, achacándolas a errores de trascripción, cuando hasta donde tenemos entendido, las “negociaciones” se dieron en el idioma de los monos, por imposición de ellos mismos y aceptación genuflexa del gobierno nacional.

Finalmente, destacamos los pronunciamientos que contra la firma de TLC han hecho sectores diferentes al de los de los trabajadores y organizaciones sociales comprometidas con el interés popular y nacional como son los de Alberto Bravo, del sector farmacéutico nacional quien dijo: “el balance es absolutamente deficitario. Todos los temas ofensivos de los americanos fueron admitidos en la negociación”. En igual sentido hablo Rafael Hernández, gerente general de Fedearroz quien manifestó: “el compromiso del gobierno de proteger el arroz con una buena negociación no se dio, porque la buena negociación fue para los gringos, no para nosotros”.

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