Tributacion
manzzanitta16 de Diciembre de 2013
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MARCO CONCEPTUAL…
HISTORIA DE LA TENENCIA
Como el tequila, el chile o la tortilla, algo muy mexicano es, sin duda, el Impuesto a la Tenencia o Uso de Vehículos, el cual tiene leyenda propia: Dicen que nació con carácter temporal para financiar la organización de los Juegos Olímpicos de 1968 y se quedó.
Para entonces, el tributo anual habrá cumplido medio siglo, pues fue pagado por primera vez por los dueños de vehículos en 1962, por mandato del presidente Adolfo López Mateos, con un año de anticipación a que México formalizara su candidatura como aspirante a ser país anfitrión de la olimpiada, ante el Comité Olímpico Internacional (COI).
Después de que México ganó la sede, el pago por la Tenencia, que era un Artículo en la Ley de Ingresos, se formalizó como legislación propia para dos años; una década después, estados y municipios recibieron una tajada de 30 por ciento; en los ochenta, alivió otras crisis, al incluir aviones, yates, motocicletas, helicópteros y hasta esquíes acuáticos. Se convirtió en ingreso local importante.
En los sesenta, la Tenencia habría cubierto con prontitud las inversiones y los gastos olímpicos, que sumaron dos mil 198 millones 800 mil pesos, como señala el reporte financiero final del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos que presidió Pedro Ramírez Vázquez.
Sin embargo, el subsidio federal neto a los juegos, sólo fue de 710 millones 100 mil pesos, reporta el mismo Comité Organizador en su memoria. Con esos recursos fiscales se cubrieron gastos de realización de la fiesta deportiva, y ese fue el costo de la olimpiada mexicana a la Hacienda pública.
El resto del financiamiento -esto es, mil 488 millones 800 mil pesos-, fue recuperable, porque pagó la construcción de instalaciones diversas y obras públicas.
De esa manera, el impuesto por tener un coche se convirtió en una de las formas más efectivas de recaudación fiscal, además creciente, conforme el parque vehicular nacional se incrementó en ocho sexenios, los de Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez, Miguel de la Madrid, José López Portillo, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y, actualmente, Felipe Calderón Hinojosa.
Tan sólo en 2007, en la más reciente recaudación anual de la Tenencia, este rubro sumó 19 mil 235 millones de pesos, informa la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), que con base en las nuevas reglas de este impuesto que ejercen los estados, por este concepto pagó participaciones a las 32 entidades federativas, por 20 mil 245 millones de pesos.
El senador José Luis Lobato Campos (Convergencia) autor de una iniciativa que intenta abrogar la Tenencia, reprueba que todavía se tenga que pagar dicho tributo, por tres años más.
“Es un impuesto corrupto”, dice, ya que si hay 25 millones de vehículos, por qué no se recaudan cifras de 40 mil y hasta 50 mil millones de pesos, que resultarían de una tasa promedio de mil 600 pesos y hasta dos mil pesos, y no la media de 770 pesos, de la captación actual.
Lobato Campos sostiene que “no se recauda lo que se debe cobrar; ya se sabe que hay empleados que extienden sus propios recibos”.
Repudia el tributo. Dice: “es como si se tuviera que pagar por tener zapatos, relojes o televisores; pagar por un coche que ya causó una larga lista de impuestos, nos recuerda a Antonio López de Santa Anna, que cobró por puertas y ventanas. “Es ridículo y aberrante”.
El diputado Javier Hernández Manzanares (PRD), presentó en abril de 2007 una iniciativa de muerte a la Tenencia, “por ilegal”, argumenta. Los gobernadores, señala, no están de acuerdo en que se les quite los ingresos por ese concepto, y se las arreglan para mejorar su captación al vincular el impuesto a la verificación anticontaminante o al cambio de placas.
Tanto el senador José Luis Lobato, como el diputado
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