Una contabilidad responsable con el entorno

Una contabilidad responsable con el entorno

Lilian Lucia Bedoya Ríos.^[1]

Normalmente se ha conocido al campo contable como un sistema enfocado en analizar la parte económica, financiera y tributaria de una organización o persona natural. Pero en las nuevas tendencias contables se ha desarrollado una propuesta que integra, no sólo, al aspecto económico, sino también, el ámbito social y más importante el ámbito ambiental; por lo que cabe preguntarse de qué manera se están integrando estas tres esferas y cuál es su relevancia. Cabe nombrar la estrecha relación de este tipo de contabilidad con lo que se conoce como Desarrollo Sostenible; puesto que la riqueza, la protección ambiental y por último, pero no menos importante, el ámbito social, puede y debe analizarse, en tiempo presente y  también a futuro, todo esto como consecuencia del impacto que ya podemos ver en el medio ambiente; estamos experimentando una serie de eventos naturales catastróficos, que son ocasionados por la alteración y consumo indiscriminado de los recursos ambientales y una degradación y des-humanización de la especie humana, teniendo conocimiento de hechos incocebibles de seres, que se creen tienen razón y que por ende degradan cada día el hecho de la existencia humana en el planeta tierra.

Para empezar, conceptualmente han existido dos conceptos que han sido opuestos, el primero es el desarrollo sostenible clásico que solo se enfocaba en el aspecto ecológico que subordinaba el medio ambiente ante el ser humano y el segundo, es el ámbito contable que suele conocerse porque solo se enfocaba en el incremento del capital económico de cualquier organización. Sin embargo, en oposición a estas estructuras clásicas, se propone dentro de la nueva contabilidad algo llamado la Teoría tridimensional de la contabilidad (T3C), que según Eutimio Mejía-Soto, un teórico relevante en este terreno, define como:

Una propuesta sistémica e integradora de la valoración cualitativa y cuantitativa de la existencia y circulación de la riqueza ambiental, social y económica bajo una estructura común y unificada, pero diferenciadora de las especificidades de las tres realidades que representa (Mejía; Montilla; et al., 2014: 95).

Esta teoría resulta ser un paradigma innovador porque da más relevancia a los aspectos ambientales y sociales  que anteriormente se dejaban de lado; sumado a ello, sitúa lo ambiental por encima de lo social y lo económico. Esta nueva propuesta requiere de un gran trabajo para su implementación, ya que a lo largo de la historia, el ecosistema siempre ha estado a disposición del ser humano y peor que esto, el ser humano se ha subyugado al aspecto monetario; además normalmente una organización dispone de los recursos ambientales, para beneficio económico, independientemente del daño ejercido sobre el entorno.

Hay que considerar entonces que la contabilidad es un concepto importante, que según Mejía-Soto y Vargas tiene como fin último “contribuir a la generación, acumulación, distribución y sostenibilidad de la riqueza ambiental, social y económica controlada por las organizaciones” (2012: 55). Y en este sentido, la contabilidad se puede dar de tres formas: ambiental, social y económica; donde cada una se define como una “ciencia social aplicada que estudia la valoración cualitativa y cuantitativa de la existencia y circulación de la riqueza” (2012), respectivamente al ámbito que se refiera.

Además las cuentas de cada tipo de contabilidad tienen activos, pasivos, ingresos y patrimonio; estos son de suma importancia para una organización ya que permiten tener control sobre las riquezas poseídas, y se definen, según Mejía-Soto y Vargas (2012: 110) de la siguiente manera:

• Los activos son el conjunto de bienes y derechos (tangibles o intangibles) de tipo natural, social o económico controlados por la organización;
• los pasivos son el conjunto de obligaciones que tiene la organización, que deberán cubrirse y que son resultado de actos y hechos pasados en los cuales la organización de forma directa o indirecta participa por acción u omisión, de forma voluntaria o involuntaria;
• los ingresos son los incrementos cualitativos y/o cuantitativos de los activos adquiridos o generados en un período determinado y
• el patrimonio es de tipo ambiental, social y económico y corresponde al excedente resultado de sustraer al activo de la organización el pasivo de la misma.

Por otro lado, está el desarrollo sostenible, que según el Informe Brundtland de 1987, (citado en Mejía-Soto y Vargas, 2012: 52) “es aquel desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente, sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades”. Sin embargo un desarrollo sostenible no es suficiente, por ello se propone una sostenibilidad integral en la que “el objetivo central es la sostenibilidad ambiental, que es el mantenimiento integral de todas las formas de vida y sus condiciones óptimas; el desarrollo sostenible, por el contrario, tiene, socialmente, un matiz fundamentalmente económico” (2012: 54). Por lo que no puede limitarse la economía solamente a un desarrollo sostenible.

Y por última definición está el concepto de riqueza que según Mejía-Soto et al.

refiere a toda cosa que existe en la naturaleza o en la mente de los hombres, ya sea corporal o incorporal, mueble o inmueble, natural o artificial, concreta o abstracta, la cual pueda ser apropiada y/o controlada por el hombre, el cual podrá tener dominio, uso, goce, capacidad de modificación y/o disposición de la misma, ejerciendo algún impacto o alteración voluntario o involuntario, sea con propósitos de utilización directa o indirecta o por condiciones eventuales y/o fortuitas, que como consecuencia sufra algún tipo de transformación positiva o negativa (2014: 113).

Ahora para dar paso a las implicaciones sociales, ambientales y económicas de la integración de la T3C, cabe preguntarse sobre la importancia de estas propuestas y por ello se ahondará en dos aspectos, el ambiente y la sociedad; luego se hablará sobre la situación colombiana con respecto a las leyes y a la realidad que vive en si el país.

En primer lugar,  el ser humano debe entender que es un organismo dependiente de su entorno (ambiente), por ello no debe supeditar al medio ambiente para satisfacer sus caprichos. Entendido de otra manera, la mecánica global funciona como un reloj, que depende del buen funcionamiento de todos su engranajes; esta interrelación obligó a una reflexión sobre las dinámicas contables de múltiples organizaciones; que debieron repensar sus ingresos, no solo basados en el presente, sino en el futuro, ya que de una u otra forma, el progreso de una organización depende también de los recursos a futuro que tenga dentro de su patrimonio.

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