VALUACION DE EMPRESAS
VEROLEONC2 de Septiembre de 2013
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1. INTRODUCCION
Como cualquier otro elemento susceptible de ser comprado o vendido, una empresa vale el precio que alguien esté dispuesto a pagar por ella, es decir, no existe un valor objetivo, definitivo y absoluto, una cifra que nadie pudiera discutir. Hay tantos valores de una empresa como personas diferentes la estén valorando o momentos distintos en que se la valore. El valor de una empresa es relativo porque el valor de una empresa en funcionamiento depende principalmente de las expectativas que el que la valora tenga de los beneficios futuros que la empresa va a dar.
Se produce la venta si el comprador ve un futuro mayor que el precio que paga. El comprador ve un futuro más optimista que el vendedor porque, de un modo u otro, el valor de una empresa responde al valor de su estrategia, el valor de su modelo de negocio e incluso al valor de su sistema de gestión. El vendedor suele facilitar la compraventa cuando cede en el precio, aceptando una cifra por debajo del valor que cree que tiene la empresa de acuerdo a su percepción de futuro.
La necesidad de valorar las empresas es cada día más necesaria debido fundamentalmente al aumento de fusiones y adquisiciones de los últimos años. Se puede definir la valoración de la empresa como el proceso mediante el cual se busca la cuantificación de los elementos que constituyen el patrimonio de una empresa, su actividad, su potencialidad o cualquier otra característica de la misma susceptible de ser valorada. La medición de estos elementos no es sencilla, implicando numerosas dificultades técnicas.
Al valorar una empresa se pretende determinar un intervalo de valores razonables dentro del cual estará incluido el valor definitivo. Se trata de determinar el valor intrínseco de un negocio y no su valor de mercado, ni por supuesto su precio. El valor no es un hecho sino que, debido a su subjetividad, podríamos considerarlo como una opinión. Se debe partir de la idea de que el valor es solamente una posibilidad, mientras que el precio es una realidad. Las mayores diferencias entre precio y valor suelen generarse por las relaciones de mercado entre compradores y vendedores.
El riesgo en los negocios, o la contingencia futura de ganar o perder, es una variable inherente a toda decisión empresarial. Sin duda es una de las principales consideraciones que debe afrontar el empresario al evaluar su proyecto de inversión.
La posibilidad de que se presenten situaciones adversas que puedan afectar la viabilidad y la rentabilidad del negocio, las cuales son imposibles de identificar en el momento de emprender nuevas actividades, es un factor que todo inversionista debe tener en cuenta al hacer un estudio objetivo de factibilidad de la empresa que se propone.
Lo anterior es especialmente cierto en los proyectos de los negocios internacionales, ya que el inversionista no siempre está familiarizado con los aspectos domésticos ni con todos los componentes del clima de negocios de otro país, y, por lo tanto, debe realizar un estudio mucho más complejo y extenso del que requeriría la inversión en su país de origen. La idiosincrasia de un país, sus problemas económicos, su sistema monetario, régimen tributario y cambiario, actitud y tratamiento hacia los inversionistas extranjeros, sistema jurídico, régimen y estabilidad políticos, son solo algunos de los factores que el empresario debe tener en cuenta para tomar una decisión acertada a la hora de invertir.
Entre los riesgos más comúnmente considerados y evaluados se encuentran los de tipo financiero y los comerciales y de mercado por ser de aquellos que los hombres de negocios están normalmente preparados para afrontar. Sin embargo, existe un tipo particular de riesgo que día a día cobra mayor importancia y cuya incidencia en los negocios internacionales es cada vez más frecuente: el riesgo gubernamental.
2. VALUACION DE EMPRESAS
La valuación de empresas, en la actualidad, es un tema de mucha pertinencia en el contexto de quienes dirigen una empresa, para sus inversionistas y proveedores, y para quienes aplican políticas de privatización y/o nacionalización, o bien, para tomar decisiones sobre alianzas y cooperaciones entre empresas, fusiones y reorganizaciones.
La actividad de valuación de empresas en sentido amplio, no sólo se está extendiendo, sino que lo hace a gran velocidad. Las necesidades de valoración de empresas son ya muy numerosas: fusiones, adquisiciones, fijación de precios de adquisición, determinación de capitales a asegurar, liquidación y reorganización de empresas, litigios y acuerdos de compra-venta. Adicionalmente, la implementación generalizada de las NIC (Normas Internacionales de Contabilidad) y el desarrollo creciente del Private Equity (activos consistentes en valores de renta variable en la operación de las empresas que no cotizan en una bolsa de valores) y el Capital Riesgo (forma de financiar empresas que están naciendo y que no tienen un historial que permita confiar en sus resultados) potenciarán, en un próximo futuro, esta actividad en el ámbito de la mediana y pequeña empresa.
Quienes dirigen la empresa pueden estar interesados en medir el grado de eficiencia de su gestión, la cual puede consolidarse estableciendo un estándar de precios de los valores que representan el capital social de la empresa (en una compañía anónima serían las acciones ordinarias o comunes), y para ello, es necesario determinar el valor razonable de las acciones de la empresa bajo el nivel de eficacia mínimo deseado por la gerencia. También la gerencia requiere evaluar las decisiones sobre estructura y costo de capital de la empresa.
La valuación empresarial para el inversionista, si la empresa no cotiza en bolsa, es necesaria para medir el valor económico actual de su riqueza, la cual al contrarrestarla con los requerimientos mínimos deseados, le proporciona información para evaluar decisiones en torno a si se mantiene en el negocio o simplemente se retira (vende o se asocias). Si la empresa cotiza en la bolsa de valores, puede usarse para evaluar si la capitalización bursátil es adecuada o no a las características de riesgo - rendimiento de la empresa y a las exigencias mínimas de sus inversores reales o potenciales. Para los proveedores, es necesaria, a fin de evaluar el grado de conveniencia de ser o no proveedor de la empresa, o cambiar su condición de proveedor a accionista.
Para quienes aplican políticas de privatización o nacionalización, para fusiones, reorganizaciones, precio inicial de cotización bursátil, entre otros, la valuación es vital a fin de fijar los precios de referencia, a partir de los cuales se busca el mejor postor o condiciones mínimas deseadas, mientras que para los inversionistas que compiten para adquirir una empresa en vías de privatización, es importante para evaluar si las condiciones de venta responden a sus expectativas de tasas mínimas exigidas.
Por tanto, en el mundo de los negocios existe una pregunta muy importante cuya respuesta genera toda clase de opiniones porque involucra una serie de factores internos y externos, tangibles e intangibles, económicos, sociales, tecnológicos, productivos, laborales, legales, de mercado y es "¿CUANTO VALE MI EMPRESA ?"
El valor comercial de un negocio se debe tener presente en cualquier situación pero se hace indispensable en ciertos casos como ingreso o retiro de socios de entidades no inscritas en la bolsa de valores y en general, en transacciones de compraventa: en la evaluación de la gestión de la administración cuando el objetivo básico de los propietarios es maximizar el valor que la empresa tiene para ellos.
Para darle el valor a un negocio se puede recurrir a elementos cuantitativos y cualitativos, partiendo de aquellos cuantificables como son el balance general, estado de resultados, la información sobre proyección de ingresos y costos. La información contable tiene como característica el agrupar cuentas cuya cifra son una combinación entre el pasado, presente y futuro; por lo tanto la cantidad que arroja como resultado no puede ser el valor comercial de la empresa. Entonces, si el sistema de información contable no dice en realidad cuánto vale un negocio, ¿cómo se puede determinar? UN NEGOCIO VALE POR SU CAPACIDAD DE GENERAR BENEFICIOS FUTUROS, sumado a lo que posee en un momento determinado, es decir, un negocio vale por sus activos netos más el valor presente de sus beneficios futuros.
En conclusión, para valorar una empresa es necesario combinar los conocimientos de ingeniería financiera, contabilidad, administración de negocios, economía, derecho y otras profesiones, y la mejor forma de hacerlo es proyectar los flujos de caja futuros a fin de determinar la generación de efectivo y dar a conocer al inversionista la recuperación de su capital.
2.1 ¿QUÉ ES LA VALUACIÓN DE EMPRESAS?
La valuación o valoración de empresas, muestra técnicas y herramientas para lograr una eficiente toma de decisiones, para la administración del negocio. Estas herramientas pueden ser múltiples, pero siempre habrá la herramienta más adecuada, para analizar y tomar decisiones.
Valoración en términos sencillo "asignar un monto monetario a las cosas", también se puede decir que valorar es alcanzar un compromiso entre teoría y práctica, es una mezcla de técnica y arte.
La valuación es un proceso mediante el cual se trata de asignar un monto monetario a las cosas, esto es, intentar determinar el grado de utilidad que reportará a los usuarios o propietarios
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