Nuevas problemáticas. El ‘binge watching’
Paula LopezEnsayo12 de Diciembre de 2022
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Nuevas problemáticas. El ‘binge watching’
Contenido
Introducción 1
“Binge watching” y psicología 2
El ‘binge watching’ como forma de consumo 3
Nuevo formato de proyectos audiovisuales 4
Posibles soluciones 5
Bibliografía 6
Introducción
En los últimos tiempos el mundo en su totalidad avanza a pasos agigantados, y eso incluye inevitablemente al sector de la comunicación. A principios de siglo, solo existían los medios lineales convencionales, la radio y la televisión, y en cuestión de poco más de veinte años han aparecido los medios no lineales, las plataformas OTT, y las plataformas de compartición de vídeos, como YouTube. Todo este desarrollo ha traído consigo, además de ventajas, una serie de nuevas problemáticas que afrontar y resolver, como es el caso del tema a tratar en este ensayo, el “binge watching”. La definición de “binge watching”, al igual que el término, es bastante actual. El diccionario de Oxford define el “binge-watch” como:
"Ver múltiples episodios de un programa de televisión en una rápida sucesión, típicamente mediante DVD o reproducción digital".
La aparición de las plataformas OTT como Netflix, HBO Max o Disney + han aumentado de forma exponencial esta problemática al tener a disposición de los usuarios catálogos con una gran variedad de series y películas para consumir en cualquier instante y momento deseado por el espectador, algo imposible con los servicios lineales como la televisión. Esto ha conllevado que los famosos “maratones” puedan llegar a ser problemáticos para algunos consumidores, los cuales se vuelven adictos a consumir contenido audiovisual, incluso perdiendo en algunos casos la noción del tiempo, llegando a ver series o películas durante varias horas al día.
El objetivo del ensayo es analizar este fenómeno desde diferentes y distintas perspectivas. Desde el punto psicológico, y los efectos del “binge watching” sobre las personas a corto y largo plazo; desde una perspectiva económica, para comprender este fenómeno desde el lado de las plataformas OTT y sus labores de marketing; y finalmente, desde una perspectiva audiovisual, investigando sobre si la gran cantidad de programas producidos en muy poco tiempo ha influido en la calidad del contenido audiovisual.
Otro objetivo es plantear la idea de una posible regulación para esta nueva problemática del “binge watching”, si se pudiese llegar a regular de alguna manera, o si es inviable esta regulación. Al igual que analizar la posibilidad de realizar campañas de concienciación a la población por parte de instituciones públicas, de consumo, o por parte de las propias plataformas OTT.
Por último, el ensayo intentará responder a las siguientes preguntas que se han planteado sobre esta problemática como: ¿Tiene realmente el “binge watching” consecuencias en la sociedad y en su modo de vida? ¿Por qué las plataformas no intentan dosificar estos contenidos excesivamente abundantes? ¿Qué se puede hacer para evitarlo?
Palabras clave.
‘Binge watching’; plataformas OTT; Netflix; adicción; regulación; intervención; rentabilidad económica; contenido audiovisual; maratón de series; ‘streaming’.
“Binge watching” y psicología
Después de una breve introducción y marcar los objetivos a conseguir y las respuestas a las que responder en el ensayo, en este apartado se buscará encontrar una respuesta psicológica a la primera pregunta planteada ¿Tiene realmente el “binge watching” consecuencias en la sociedad y en su modo de vida?
En la tesis de la Escuela Profesional de Psicología de la Universidad Católica San Pablo “Binge watching y las adicciones” se plantean si este fenómeno es un aspecto negativo a largo plazo o algo inofensivo y placentero para el ser humano (Adaui Pastor, Diana Belen , 2021).
La principal diferencia entre el binge watching y una sesión normal de visionado en la televisión, es el tiempo. En un visionado normal el tiempo no suele extenderse más allá de un par de horas, mientras el binge watching es un visionado que se puede convertir en un visionado obsesivo.
Como marca la tesis antes nombrada, hay mayores estudios con la teoría de que a largo plazo puede ser dañino y comparando este fenómeno con la adicción a las redes sociales y a los videojuegos que estudios donde no consideran que sea una conducta necesariamente dañina sino una situación de placer del usuario.
Ante este debate abierto se puede pensar que a primera vista no debería ser un problema si esto no llegase a una situación enfermiza u obsesiva. La Organización Mundial de la Salud (OMS), añadió a la lista de nuevas enfermedades en 2019 la adicción a los videojuegos, y entró en vigor este año 2022 (Garriega, 2019). Además de la adicción de los videojuegos, se incluyó dentro de esta la adicción a la televisión, internet, o a los teléfonos móviles dentro de este tipo de trastornos, según aparece en la página web del centro de tratamiento Valle del Tiétar de la Comunidad de Madrid (Tiétar, 2022).
Otros investigadores destacan que, debido a la pandemia del virus, ya tan conocido, COVID-19, ha podido aumentar de forma considerable el número de personas “enganchadas” a las series de televisión, debido al aislamiento al que ha estado sometido la población y a la que ha recurrido al entretenimiento, como las series de televisión, como un modo de escape y desconexión (Barsallo, 2021).
En un artículo escrito por Darío Pastor en el año 2022 para el periódico “elDiario.es” relaciona el abuso del consumo de series y películas con la falta de sueño, relacionando el abuso de consumo con el insomnio o trastornos mentales como la depresión o la ansiedad. Esto puede ser muy peligroso, ya que el ver series de forma compulsiva puede ser una manera de huir de los problemas, pero a cambio disminuyen las horas de descanso y de sueño, las cuales son imprescindibles para una buena salud física y mental.
Por último, en una encuesta realizada por la Academia Americana de Medicina del Sueño en 2019 se señalaba que, un 88% de los preguntados dormían bastante menos y dentro de las causas del insomnio de los encuestados era el consumo abusivo de contenido audiovisual (Pescador, 2022).
Tras la investigación mediante diferentes fuentes documentales podemos responder a la pregunta planteada al principio. Existe un debate sobre si es o no perjudicial para la salud ver maratones intensivos de series de televisión o películas. Hemos comprobado que desde la pandemia el fenómeno del “binge watching” ha aumentado de forma considerable y también, desde la aparición de las plataformas OTT y más concretamente Netflix.
Ver más de un capítulo de una serie de televisión no tiene por qué ser perjudicial para la salud, siempre y cuando no se produzca un abuso y no se transforme en una obsesión, y en el caso de que eso ocurra, se debería buscar ayuda psicológica para llegar a raíz del problema en concreto caso a caso, o acudir a una clínica de desintoxicación como la clínica del Valle del Tiétar de la Comunidad de Madrid.
El ‘binge watching’ como forma de consumo
El “binge watching” se ha transformado en una nueva forma de consumo que han fomentado las plataformas OTT como Netflix teniendo diferentes declaraciones al respecto, como las palabras que dijo el fundador de Netflix Reed Hasting, incluido en un artículo de la revista estadounidense “Fast Company” (Rafael, 2017):
“Tienes una serie o una película que realmente te mueres por ver, y acabas quedándote despierto hasta altas horas de la noche, así que en realidad competimos con el sueño, ¡y estamos ganando!”
Se puede ver que el fenómeno puede favorecer a estas plataformas, llegando a afirmar el antes mencionado fundador de Netflix, que los atracones de series se pueden considerar hasta un deporte, declaración también mencionada en el artículo redactado por “Fast Company” en el año 2017.
Para entender esta nueva forma de consumo hay que comprender el modelo empresarial de las plataformas OTT poniendo como ejemplo el modelo de Netflix.
Netflix tiene un modelo de negocio por medio de una suscripción de pago y no por medio de una inversión publicitaria, aunque actualmente se esté planteando esa posibilidad. Los datos obtenidos de sus suscriptores no los utilizan para negociar con terceras empresas o anunciantes, sino para mejorar un algoritmo que recomiende a sus usuarios un tipo de contenido, el cual también es utilizado para elaborar el contenido de la plataforma (Fernández-Manzano, E. P., Neira, E., & Clares-Gavilán, J, 2016).
Este modelo de negocio genera una creación masiva de series de televisión que no abogan tanto a la calidad sino al contenido que prefiere la audiencia, siendo modelos de “series de maratón”.
María Antonia Sánchez-Vallejo, periodista internacional para el diario “El País”, habla sobre la riqueza generada por las plataformas OTT en su artículo Adictos a las series: así es el negocio millonario del “streaming”. En este artículo destaca que el uso de estas plataformas a nivel mundial representa el 70% del tráfico en internet y en cuanto a cifras hay 850 millones de suscripciones en todo el mundo, en España la cifra es de aproximadamente 40 millones (Sánchez-Vallejo 2021).
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