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Tanatologia Capítulo 1. La estructura social del adolescente

GLADYSMMGApuntes28 de Mayo de 2017

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MARCO TEORICO

Capítulo 1. La estructura social del adolescente

  1. La identidad del adolescente: Una construcción social

Erickson (citado por Sánchez, 2006) menciona que la adolescencia es una lucha por resolver e integrar los sentimientos y las crisis de las etapas de la infancia. El joven busca un nuevo sentimiento de continuidad e igualdad consigo mismo, que ahora ha de incluir también a la identidad sexual. Con ello se abre la ventana hacia las relaciones amorosas, lo que lo conduce a la intimidad, a la relación subjetiva y profunda con un otro que lo ayuda a configurar su propia identidad y a ubicar el lugar que los otros ocupan en su vida y en sus valores. (p.15)

En el proceso de definición de la identidad, la relación con los pares es una condición necesaria para fortalecer los procesos de apego y diferenciación del adolescente. Así, escuchar y apoyar al otro y  viceversa representa un espacio íntimo de amistad, apego y confianza que fortalece al sujeto y le permite re contextualizar sus significados.

 La identidad es, en Erickson, diferenciación personal inconfundible; es definición, o mejor, autodefinición de la persona ante otras personas, ante la sociedad la realidad y otros valores; y es, en fin, autenticidad, correspondencia de lo afectivamente desarrollado con lo germinalmente presagiado en el plan epigenetico constitutivo del individuo. Cuatro elementos o niveles distingue Erickson en la identidad: a) sentimiento consistente de la identidad individual; b) el esfuerzo inconsciente por la continuidad del carácter personal; c) la síntesis del yo y sus correspondientes actos; d) la interior solidaridad con la identidad en ideales del grupo (Olvera, 2006, p.21).

Erickson citado por  Olvera, M.P. (2006) argumenta que el elemento nuclear de la identidad personal es la imagen psicológica que el individuo tiene de sí mismos: La auto conciencia de la propia identidad, la cual es de naturaleza psicosocial e incluye elementos cognitivos. El individuo se juzga a sí mismo a la luz de como advierte que le juzgan los demás, en comparación con otras personas y en modelo de los marcos culturales y baremos valorativos dominantes. Ese juicio, en su mayor parte, permanece implícito, y  o forzosamente es de naturaleza consciente y, en todo caso, da lugar a una consciencia o al menos a un sentimiento de identidad característico en el adolescente, con intensa coloración afectiva, nunca neutral, sino de signos positivos o negativos, en la tristeza  o bien en la exaltación. La adolescencia es el momento evolutivo de la búsqueda y la consecuencia si va bien todo de la identidad del individuo, según Erickson, el desarrollo de la identidad, es un desarrollo en la que la edad del adolescente constituye un punto crucial de inflexión (, p.24)

         Además, explica que, en la adolescencia convergen los resultados de todas las identificaciones en el sentido psicoanalítico del término, producidas en la pasada historia del individuo. Pero estas identificaciones, de muy limitada utilidad funcional. La identidad es algo más que la mera suma de ellas o la consecuencia mecánica de su acumulación. Es propiamente su integración, su organización en una unidad personal capaz de funcionar en sociedad.

 Del mismo modo Erickson explica que el adolescente necesita lo que  él llama  moratoria, un aplazamiento para poder llegar a integrar los elementos de identificación y de identidad  atribuidos por otros y adquiridos por el mismo en fase anterior de su desarrollo y experiencia. Se puede deducir que la crisis de la identidad en jóvenes y adolescentes es como otra crisis evolutivamente necesaria, pero no siempre o necesariamente dramática. El problema y el conflicto intergeneracional (jóvenes frente adultos) parte integrante del proceso de génesis de identidad en cada nueva generación de adolescentes. Pero la crisis de adolescente  suele estar hoy en día ahondada y transida por la crisis de identidad en la sociedad, en la cultura: por la fragmentación en los valores y por el veloz ritmo del cambio social. (Erickson citado por Olvera, 2006,  p.25)

Por otra parte Erikson (citado por Gonzalez, 2009) contribuyó a la idea de que los chicos establecen identidades mientras que las chicas desarrollan previamente la intimidad, por lo que se hipotetizó que el desarrollo de la identidad en las mujeres seguiría una trayectoria cualitativamente diferente a la de los varones y con un ritmo más lento (p.318)

 A su vez menciona  que “la investigación evolutiva sobre identidad en la adolescencia ha tratado de identificar aquellos factores personales y contextuales que afectan a la formación de la identidad, facilitando o dificultando el avance de un estatus a otro en su modelo secuencial de formación de identidad, señala una serie de características individuales de personalidad que parecen relacionadas con la tendencia del adolescente a implicarse en una exploración de identidad más o menos activa”. (p.318)

Por lo tanto  Erickson (citado por Barradas, 2011) argumenta  que “la identidad está presente en todos los ámbitos de la vida cotidiana, ya sea de manera oral o escrita; se puede encontrar tanto en las palabras de la gente  común  y corriente,  como en las de los políticos, asimismo,  en libros e investigaciones  de carácter académico; la identidad, por tanto, constituye un punto clave entre lo político, lo social y lo económico. Es el poder de realizar y expresar las cosas en un grupo social.”( p.20)

De igual forma  hace mención “que la noción de identidad la encontramos desde las escuelas filosóficas griegas. Para la  escuela  eleática (Parménides), la identidad es sustancia, lo cual implica una idea de estaticidad o permanencia, en contraposición a la escuela efésica (Heráclito) que planteaba más bien la idea del cambio, ya que esta corriente induce a pensar a la identidad como un proceso en movimiento”. (p.20)

Asimismo, Erikson  (1992 citado por Barradas, 2011), entiende  a la identidad como un proceso evolutivo ubicado en el núcleo del individuo y en el núcleo de su cultura comunal. Es un proceso que está en desarrollo y cambio constante, es un proceso de progresiva diferenciación y deviene tanto más inclusivo a medida que el individuo se hace consciente de un círculo de otros significativos cada vez más amplio, que se extiende desde la madre hasta la “humanidad”. Es decir, Erikson propone que el proceso de formación de la identidad emerge como una configuración evolutiva basada en las síntesis sucesivas y resíntesis del yo durante la infancia. La formación de la identidad implica el rechazo selectivo y la asimilación mutua de las identificaciones infantiles y su absorción en una nueva configuración. Además, la identidad del yo es una variación exitosa de la identidad grupal, una realidad social. (p.24)

Continuando con Erickson  refiere que el concepto de identidad debe ser entendido como experiencia subjetiva y como hecho dinámico. Esta característica lleva a Erikson a hacer la distinción entre la identidad personal y la identidad del yo. El sentimiento consciente de tener una identidad personal, en opinión de este autor, se basa en dos observaciones simultáneas: “la percepción de la mismicidad y continuidad de la propia existencia en el tiempo y el espacio, y la percepción del hecho de que otros reconocen esa mismicidad y continuidad”. Mientras que la identidad del yo representa algo más que el mero “hecho” de la existencia, es la cualidad “yoica” de esa existencia. Por tanto, la identidad del yo es considerada como “la conciencia del hecho de que hay una mismidad y una continuidad en los métodos de síntesis del yo” (p.24)

Por lo tanto Erickson (1968) citado  por   Barradas, M. E. (2011)  especifica que “la identidad es el reconocimiento del yo, en todos los ámbitos de la vida humana, pues conlleva un cúmulo de hábitos, creencias y actitudes que hacen diferenciar un individuo de otro. En el caso de los adolescentes, la identidad apenas se está formando, y esa formación se da justamente en el período de la vida del individuo en la que está en su momento de escolaridad”.( p.26)

Cierto es que Erikson “describe la identidad como un proceso biológico, psicológico y social que interactúan gobernadas por una relatividad y que hace que los procesos dependan unos de otros, o lo que se ha llamado, “fisiología del vivir”. En esa relatividad de los procesos, el ambiente no se define como un mundo exterior, sino, como una realidad que no solamente nos rodea, sino que también está dentro de nosotros mismos”.( p.26)

A su vez, para  Erikson   la  resolución de la crisis de identidad en la adolescencia, está sujeta a la resolución de las anteriores etapas del desarrollo, la sociedad concede al adolescente una “moratoria psicosocial", en la que se retarda el tiempo, para que el individuo asuma responsabilidades y tenga un período para sí mismo. (Barradas, M.E. 20011.  p.28)

Erickson (citado por Arango , 2015)  menciona que “la identidad se construye desde el inicio de la vida, pero al final de la adolescencia habrán ya muchos elementos fijos definidos e inmodificables sobre esa identidad, el fin último del adolescente en esta etapa sería descubrir quién es y qué quiere hacer con su vida, búsqueda que trae consigo un interés por los modelos con los cuales identificarse e imitar, po        Ar lo tanto, los modelos que los rodean, adquieren gran relevancia para su desarrollo”. (p.43)

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