APRENDIZAJE DE LA LECTO ESCRITURA EN PREESCOLAR

A finales de los años 50 el aprendizaje de la lectura en niños menores de seis años estaba lejos de ser aconsejado. Por el contrario, tanto educadores profesionales como la sociedad en general rechazaban abiertamente esta precocidad y preveían una serie de problemas en los preescolares que aprendían pronto a leer cuando se iniciaban en una instrucción más formal. Algunos añadían incluso que, aunque se evitaran los problemas, el aprendizaje temprano de la lectura no daría un resultado positivo en el futuro. Los niños que empezaban a leer antes que sus compañeros, se decía, no tendrán una capacidad superior años más tarde.

Aunque estas predicciones no estaban apoyadas por ninguna investigación, se aceptaban en general sin restricciones. Una de las consecuencias era aconsejar a los padres que no enseñaran a leer a los niños en edad preescolar; otra consecuencia era prohibir la enseñanza de la lectura en las clases de preescolar.

Investigación sobre niños que aprenden a leer en el preescolar o antes

Mientras las actitudes y las preocupaciones de los padres eran de esperar, de acuerdo con lo que popularmente se creía, los detalles de cómo los niños habían aprendido a leer en casa se desconocían por completo. No existe ninguna investigación sobre el asunto y, conse¬cuentemente, lo que se sabía sobre cómo habían aprendido a leer era más o menos dejado a la opinión subjetiva de cada uno.

Características de los lectores precoces

Una de las características es considerar los cuatro años como la edad para manifestar el interés por el material escrito. Frecuen¬temente, el interés se manifiesta en preguntas como ésta: “¿Qué dice este signo?”, o “¿Dónde dice esto?” En otras ocasiones, el interés se hace visible al expresar el niño el deseo de aprender a dibujar las letras. Peticiones como “Escribe mi nombre” y preguntas como “¿Cómo se hace la B?” son comunes.

Estudios hechos en los años sesenta y setenta arrojaron que el aprendizaje precoz no produce efectos negativos en la adquisición de la lectura, pero no fue sino hasta mucho después que se consideró el aprendizaje de la lecto-escritura a nivel preescolar.

La base de estos cambios tiene sus raíces en la revolución que siguió al lanzamiento del satélite Sputnik, lanzado por los rusos en 1957. Inmediatamente después de este acontecimiento, el am¬biente estaba caracterizado por el slogan “Enseñemos más en nuestras escuelas y empecemos la enseñanza pronto”. Empujados tal vez por un complejo de inferioridad, se centró la atención en preparar proyectos realizados por psicólogos que destacaban la capacidad para aprender de los niños pequeños y la gran importancia de los primeros años para el desarrollo intelectual.

Uno de los psicólogos más frecuentemente citados fue Jerome Bruner, que ofreció su proposición en El proceso de la educación, un ensayo breve y fácil de leer, basado en una reunión de diez días convocada por la Academia Nacional de Ciencias, en 1959. Uno de los capítulos se titula “A punto para aprender”, y Bruner lo intro¬dujo así: “Nosotros comenzamos con la hipótesis de que todo se puede enseñar efectivamente en una forma intelectualmente ade¬cuada a cualquier niño en cualquier etapa de desarrollo en que se encuentre”.

Los que lean el libro de Bruner encontrarán que no había nada de sorprendente en esta afirmación; simplemente urgía que las escuelas reflexionaran sobre cómo estaba organizada la enseñanza en campos como las ciencias y las matemáticas. Sin embargo, cuando la afirmación era sacada de contexto, y esto ocurría frecuentemente, animaba a lo que podría llamarse un buen deseo sobre la capacidad de aprendizaje del niño pequeño;

Uno de los libros que merecen atención porque ejerció un amplio influjo en la idea de los educadores sobre el niño pequeño y lo que podría hacerse para realizar su potencialidad de aprender fue el libro de Bloom Características humanas y aprendizaje escolar, publicado en 1964. En este libro Bloom concluye que el período de mayor desarrollo de la inteligencia era el de los cinco primeros años de la vida. El libro de Bloom venía a reforzar la importancia especial que se daba al ambiente de los primeros años, en particular en todo lo referente a los estímulos sensoriales y a las oportunidades de aprendizaje que el ambiente podría y debería ofrecer.

Realizaciones con niños en edad preescolar en relación con la lectura

Aunque tanto

...