ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

AUTOESTIMA


Enviado por   •  27 de Febrero de 2015  •  1.473 Palabras (6 Páginas)  •  173 Visitas

Página 1 de 6

2. Actitud y autoestima

La actitud es la forma de actuar de una persona, el comportamiento que emplea un individuo para hacer las cosas. En este sentido, se puede decir que es su forma de ser o el comportamiento de actuar, también puede considerarse como cierta forma de motivación social -de carácter, por tanto, secundario, frente a la motivación biológica, de tipo primario- que impulsa y orienta la acción hacia determinados objetivos y metas. Eiser[1] define la actitud de la siguiente forma: predisposición aprendida a responder de un modo consistente a un objeto social.

2.1 autoestima

Las creencias que tenemos acerca de nosotros mismos, aquellas cualidades, capacidades, modos de sentir o de pensar que nos atribuimos, conforman nuestra “imagen personal” o “autoimagen”. La “autoestima” es la valoración que hacemos de nosotros mismos sobre la base de las sensaciones y experiencias que hemos ido incorporando a lo largo de la vida. Nos sentimos listos o tontos, capaces o incapaces, nos gustamos o no. Esta autovaloración es muy importante, dado que de ella dependen en gran parte la realización de nuestro potencial personal y nuestros logros en la vida. De este modo, las personas que se sienten bien consigo mismas, que tienen una buena autoestima, son capaces de enfrentarse y resolver los retos y las responsabilidades que la vida plantea. Por el contrario, los que tienen una autoestima baja suelen autolimitarse y fracasar.

2.1 niveles de autoestima

Naturalmente, nuestros niveles de autoestima fluctúan durante el transcurso de los años, en función de nuestras propias circunstancias cambiantes. Es normal pasar periodos en los que no nos valoramos -o no lo hacemos en gran medida-. No obstante y por lo general, la autoestima suele mantenerse a un nivel promedio que refleja nuestra auto-percepción global, es decir, la opinión general que tenemos acerca de nuestra persona, independientemente de las situaciones que vivimos.

Debes aprender a reconocer los extremos, y ser capaces de encontrar un equilibrio saludable entre ambos, que se traducirá en una autoestima saludable. Los diferentes niveles de autoestima son:

-Demasiado alta. Si tienes una concepción de ti mismo superior a la que el resto de las personas tienen, puede que te estés valorando de una manera poco realista y excesivamente favorable. Cuando tu nivel de autoestima se dispara, normalmente te sientes por encima de los que te rodean, lo cual te vuelve arrogante y vanidoso, al tiempo que hace que te consideres merecedor de privilegios especiales.

-Baja. Cuando tienes la autoestima baja o negativa, no das apenas valor a tus opiniones e ideas. Te concentras en tus defectos y flaquezas, dando escaso crédito a tus propias habilidades y capacidades. Crees firmemente que los demás siempre serán más capaces que tú y tendrán más éxito. Y estos pensamientos están tan arraigados en tu cabeza, que incluso al recibir cumplidos o refuerzos positivos, encuentras grandes dificultades para aceptarlos y gestionarlos. Normalmente experimentarás un enorme temor al fracaso, que en realidad puede truncar la consecución de logros académicos durante tu paso por la escuela y la universidad, así como llenar de obstáculos tu carrera profesional.

-Saludable. La autoestima saludable se encuentra en el punto medio entre los dos ejemplos descritos anteriormente. Si la tienes, significa que posees una visión de ti mismo equilibrada y precisa; esto es, tu opinión sobre tus propias habilidades es buena y, al mismo tiempo, sabes reconocer tus defectos. Con esta manera realista y equilibrada de valorarte, estás -sin darte cuenta- favoreciendo que los demás te respeten y valoren.

Asimismo, gozar de una autoestima saludable conlleva otra serie de beneficios. Ejerce una influencia positiva directa en tus relaciones personales, ya que al sentirte valioso y seguro de ti mismo, se genera una ola de positividad que es transmitida en todas y cada una de tus interacciones. Igualmente, al estar abierto continuamente al aprendizaje y a la crítica exterior, tu capacidad de mejorar y adquirir nuevas habilidades para la vida es considerablemente mayor a la de alguien con baja autoestima.

2.3 el aprecio por uno mismo

Una personalidad psicológicamente sana precisa en primer lugar un buen conocimiento propio y un equilibrado aprecio hacia sí mismo. No puede amar a otro el que a sí mismo no se ama, ni amarse a sí mismo el que no se conoce, decía Quevedo. Es preciso cultivar un ponderado sentimiento de valía personal, de lo que con mayor o menor fortuna muchos denominan autoestima.

Conocer bien los propios defectos y limitaciones no tiene por qué implicar ningún desprecio hacia uno mismo. Sucede como en el amor a otra persona: hay que conocerla bien, y amarla con sus defectos y sus limitaciones, que no ignoramos; si sólo se amara lo bueno de esa otra persona, no se trataría de un amor verdadero sino de un

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (9 Kb)  
Leer 5 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com