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Actitudes


Enviado por   •  25 de Mayo de 2015  •  4.562 Palabras (19 Páginas)  •  258 Visitas

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Definición.

La actitud es la forma de actuar de una persona, el comportamiento que emplea un individuo para hacer las cosas.

Conjunto de creencias y de sentimientos que nos predisponen a comportarnos de una determinada manera frente a un determinado objeto.

Las actitudes son la valoración que hace cada individuo de un estímulo como favorable o desfavorable, es la posición, la percepción, la forma de interpretar nuestra realidad. (Ver anexo 1).

¿Qué es actitud?

Según Eagly y Chaiken, es una tendencia psicológica que se expresa mediante la evaluación de una entidad (u objeto) concreta con cierto grado de favorabilidad o des favorabilidad.

Al definir la actitud como una tendencia, se da a entender que se trata de un estado interno de la persona. Por lo tanto, no es algo que resida en el ambiente externo a ella, pero tampoco es una respuesta manifiesta y observable. Precisamente, la actitud se concibe como algo que media interviene entre los aspectos del ambiente externo y las reacciones de la persona. La actitud siendo un estado interno tendrá que ser inferido a partir de respuestas manifiestas y observables, y siendo evaluativa, estas respuestas serán de aprobación o desaprobación, de atracción o rechazo, de aproximación o evitación y así sucesivamente.

Por ser la actitud un estado interno, se tiende a considerar que actúa como mediador entre las respuestas de la persona y su exposición a los estímulos del ambiente social. En otras palabras, se supone que las reacciones observables de una persona ante los objetos que le rodean están basadas en esta tendencia psicológica interna y evaluativa que llamamos actitud. La respuesta observable se puede considerar como expresión de la ubicación de la persona sobre algún punto del continuo actitudinal.

Decir que la actitud es una variable latente implica reconocer que ella subyace procesos psicológicos y fisiológicos. Entre los primeros se ha destacado sobre todo el proceso cognitivo de categorización, en virtud del cual se atribuye al objeto actitudinal un determinado significado evaluativo. Ahora bien, como señala Eagly y Chaiken, la actitud no es ese proceso de categorización en sí mismo, sino más bien su resultado. En efecto, una vez consumado y llevado a término el proceso de categorización, lo que se subsiste es un estado interno evaluativo, es decir, la actitud que tiene una cierta duración y que dirige y sostiene la conducta hacia el objeto. Dado que este estado interno tiene, como mínimo, una cierta duración, incluye una representación mental de la tendencia evaluativa, que se activa cada vez que se encuentra el objeto latitudinal.

Evaluaciones globales y relativamente estables que las personas hacen sobre otras personas, ideas o cosas que técnicamente, reciben la denominación de objetos de actitud.

Formación de las actitudes.

Las personas poseen actitudes así la mayoría de estímulos que le rodean. Incluso para aquellos objetos para los cuales podemos no tener algún conocimiento ni experiencia, en seguida podemos evaluarlos en la dimensión bueno-malo, o me gusta-no me gusta. Si bien la formación de alguna de estas evaluaciones puede estar influida por aspectos genéticos, como parece ocurrir con ciertos estímulos muy concretos, tales como serpientes arañas o determinados sonidos y sabores, y cuyo origen parece radicar en mecanismo relativamente innatos que ha favorecido a la especie en épocas ancestrales, la mayoría de las actitudes tiene sus raíces en el aprendizaje y el desarrollo social. De esta forma, muchas actitudes se adquieren: por condicionamiento instrumental, es decir, por medio de los premios y castigos que recibimos por nuestra conducta por modelado o imitación de otros, por refuerzo vicario u observación de las consecuencias de la conducta de otros.

Las actitudes se organizan en torno a tres componentes, denominados, en función del tipo de información que contienen, componente cognoscitivos, componen afectivo y componente conductual. Los tres tipos de información juegan un papel importante en la formación y desarrollo de las actitudes.

Componente cognoscitivo: se refiere a las percepciones del individuo a las creencias, estereotipos y valores, es decir, debe existir una representación cognoscitiva estructurada sobre un objeto o hecho determinado.

Componente afectivo: se refiere a los sentimientos y emociones de la persona con respecto al objeto, es decir, al modo en que valore los objetos que están incluidos en una categoría completa. Este componente afectivo se enraíza profundamente y es el que resiste con mayor fuerza el cambio.

Componente conductual: se refiere al comportamiento o predisposición a actuar de acuerdo a la idea y sentimiento que tiene del objeto actitudinal.

Existen varios factores que intervienen en la formación de actitudes, en primer lugar la información que es recibida en torno al ambiente, la del grupo de referencia y las propias necesidades personales. (Ver anexo 2).

Actitudes basadas en información cognitiva.

El sentido común nos indica que nuestras actitudes están directamente relacionadas con los pensamientos o creencias que desarrollamos sobre el objeto de actitud vinculados a ellas así basamos nuestros juicios sobre lo que nos gusta o con lo que estamos de acuerdo, en función de lo que pensemos acerca de las cualidades positivas y negativas que posea el objeto de actitud o bien, de cómo puede ayudarnos a conseguir nuestras metas.

El hecho de estar en contacto diariamente con numerosos objetos y personas provoca que desarrollemos creencias que describen y valoran a esos objetos y personas. Así, aprendemos que nuestros padres nos protegen, que las fresas tienen un buen sabor o que si manipulamos un cactus nos podemos pinchar. Por otra parte, existen otro tipo de objetos y temas con los cuales puede que no hayamos tenido una experiencia personal, y así, es probable que no hayamos convivido con aborígenes de Australia, ni hayamos probado la heroína, pero, basándonos en experiencias directas, provenientes de terceras personas, somos capaces de desarrollar actitudes hacia estos objetos. Nuestros grupos de referencia, ya sean nuestros padres a edades más tempranas o nuestros compañeros y amigos a lo largo de las etapas del desarrollo, nos van proporcionando criterios mediante los cuales formar nuestras actitudes y comportamientos. Existen varios modelos teóricos que especifican la relación de algunas de estas creencias con las actitudes y, en última instancia, con la conducta.

Las funciones de las actitudes según Daniel Katz .

Las actitudes son definidas según Katz como un conjunto de creencias acerca de los que es un determinado objeto y de sentimientos positivos o negativos sobre

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