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Burnout, enfermedades psicosomáticas


Enviado por   •  19 de Marzo de 2017  •  Ensayos  •  6.903 Palabras (28 Páginas)  •  247 Visitas

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Relación entre el Burnout y las enfermedades psicosomáticas en docentes de  Nezahualcóyotl

Enfermedades psicosomáticas

Definición

La palabra psicosomática significa (Aguirre, 2009): factores psicológicos con influencia sobre la enfermedad. El término psicosomático surgió en el siglo XIX como resultado de una polémica entre quienes sostenían el predominio de los factores psicológicos en la enfermedad física y quienes afirmaban que los factores orgánicos eran decisivos en la producción de la enfermedad (Fernández, 2013).

El término psicosomático fue utilizado por primera vez por el médico alemán Deutsch (1920 en Cuadro, 2010), si bien la medicina psicosomática se remonta a Hipócrates. El abordaje psicosomático de las enfermedades trata de tener en cuenta tanto al cuerpo como al alma detrás de cada enfermedad. Se suele decir que la persona psicosomática no llora, sino que tiene asma, úlcera u otro trastorno.  

Se define como enfermedad psicosomática aquella que se produce o agrava debido a fenómenos como el estrés, la tensión, los cambios radicales en el estilo de vida y las emociones (Salud UNCOMO, 2012).

La enfermedad  somática causada por factores psíquicos como estrés, ansiedad, estados depresivos, etc.,  pueden causar  estreñimiento, cefaleas, diarreas, gastritis (Doctissimo, 2016). 

Las enfermedades psicosomáticas son producidas por somatizaciones del individuo, es decir, cuando la relación mente-cuerpo se ve alterada debido a emociones displacenteras, sentimientos negativos, modificaciones del ciclo vital o situaciones de alto impacto emocional, las cuales producen estrés, que puede representarse en forma de síntomas o enfermedades físicas (Aguirre, 2009).

Las “enfermedades psicosomáticas” no son padecimientos que surgen de la “locura” o de un pensamiento mágico, sino que constituyen medios por los cuales el cuerpo se convierte en el portavoz de malestares que no encuentran salida por la palabra, y es en el cuerpo en dónde encuentran la voz, a través de las dolencias que deben ser meticulosamente escuchadas para ser abordadas (Vargas, 2013).

Actualmente, la palabra psicosomático se utiliza en cuatro sentidos principalmente (Fernández, 2013):

  1. Para expresar las relaciones fisiopatológicas entre el cuerpo y la mente.
  2. Para designar un grupo de enfermedades en las cuales los factores psíquicos parecen determinantes.
  3. Para denominar el intento de quienes consideran que la medicina debe superar la dualidad cuerpo-mente.
  4. También se la emplea para describir una rama de la medicina, la medicina psicosomática, encargada de estudiar y destacar el papel de los factores psíquicos en la etiología de muchas enfermedades y en el mantenimiento de la salud.

En términos generales se entiende que una persona sufre somatizaciones cuando presenta uno o más síntomas físicos y tras un examen médico, estos síntomas no pueden ser explicados por una enfermedad médica. Además, pese a que la persona pueda padecer una enfermedad, tales síntomas y sus consecuencias son excesivos en comparación con lo que cabría esperar. Todo ello causa a la persona que sufre estas molestias un gran malestar en distintos ámbitos de su vida (Miguel, 2016).

Características

Una característica importante en muchos pacientes con trastornos psicosomáticos  es la ineficacia relativa de sus mecanismos  psicológicos de defensa, junto con cierta incapacidad  para la representación simbólica con sus conflictos pulsionales.

Los pacientes psicosomáticos se caracterizan por ser personas eficaces, trabajadoras, alexitimicas, sobres exigidos, que logran algunos éxitos externos y que inducen a que se los exija, con carencia en las demostraciones y sentimientos afectivos y presenta las características fundamentales de la personalidad psicosomática (Martínez-Vicente, 2011):

  1. Relaciones objétales marcadamente carentes de afecto.
  2. Pensamiento operativo.
  3. Alexitimia.
  4. Normalidad psíquica  aparente.
  5. Tendencia a  gastrulación corporal o facial.
  6. Inercia de las asociaciones.
  7. Incapacidad del sueño y de la actividad onírica.

Las enfermedades psicosomáticas son un fenómeno universal, las mismas no exceden los siete cuadros clásicos caracterizados por lesión tisular (Fernández, 2013):

  1. Úlcera péptica
  2. Colitis ulcerosa
  3. Asma bronquial
  4. Neurodermatitis (psoriasis y pénfigos)
  5. Artritis reumatoide
  6. Hipertensión esencial
  7. Tirotoxicosis

Algunos ejemplos, siguiendo al Tratado de Psiquiatría (Cuadro, 2007) son:        

  1. Tubo Digestivo:
  • úlcera duodenal y gastritis hemorrágica: Se suele relacionar con resentimiento y deseo de venganza reprimido.
  • Híper-responsabilidad. Necesidad de afecto que se expresa a través de la búsqueda excesiva de independencia, ambición, actividad, agresividad, que hace crisis en la úlcera sangrante y luego se torna pasiva, dando pasó al descanso.  
  • Colitis ulcerosa: personalidad con rasgos dependientes, bloqueo inconsciente de la propia agresividad hacia otros. Rasgos obsesivos, rigidez.  
  • Aparato Cardiovascular: Infarto de miocardio suele producirse con más frecuencia en personas con Personalidad tipo A. Se llama así a la persona con marcada impaciencia, competitividad, dependiente del éxito o con adicción laboral, controladores, desatendiendo el dolor, el cansancio propio, o la familia. Suelen ser empresarios o gerentes exitosos, que tienen un infarto especialmente entre los 40 y 55 años.
  1. Hipertensión arterial: forzado en la infancia a reprimirse, con resentimiento e ira. Relacionado con la “inhibición de la acción”. También puede ser una reacción frente a trauma psíquico, o como se constató en la “epidemia de la hipertensión” durante el sitio de Leningrado en la Segunda Guerra Mundial

  1. Aparato Respiratorio: Asma miedo al abandono de los padres. Escasa o inconstante atención materna, que puede aparentar una sobreprotección. Personalidad demandante de cuidados. Miedo a perder el amor materno, accesos de desesperación y cólera, representado el asma una crisis de llanto inhibida.
  2. Dermatología:
  • Alergias en la piel, eczemas. En general, todas las alergias tienen un trasfondo psicosomático. Personas hipersensibles: inestabilidad emocional, depresión latente, necesidad de reivindicación de sus afectos. Impotencia de reaccionar frente a ciertas circunstancias.
  • Psoriasis: Padres sobreprotectores e invasivos. Fomentan con los hijos relaciones “pegoteadas”, simbióticas, generando en ellos dependencia y a su vez rechazo. Esto produce en el niño un sentimiento ambivalente entre hostilidad por un lado y a su vez dependencia por el otro.  
  1. Endocrinología:
  • Hipertiroidismo/hipotiroidismo: inseguridad para afrontar situaciones conflictivas, tensión emocional prolongada, autosuficiencia mezclada con nostalgia de amor materno, es muy frecuente un inicio por estrés.
  • Obesidad precoz infantil, la madre permite que el niño coma lo que quiere; al ir a colegio recibe la burla de sus compañeros, lo cual aumenta el refugio en la madre y se retrasa su desarrollo psicológico.
  • Obesidad tardía adolescente: frente a los conflictos afectivos de la pubertad se desarrolla una conducta hiperoréxica como refugio contra la angustia y la depresión.  
  1. Otros: Migraña relacionado con resentimiento, envidia, meticulosidad, escrupulosidad.

¿Cómo se pueden medir o detectar estas enfermedades?

La medición de síntomas psicológicos y psicosomáticos en las ciencias de la salud en general, y en particular en psicopatología, es imprescindible. La valoración de los síntomas proporciona información esencial para varios fines. Por una parte, permite la detección de individuos con riesgo psicopatológico o que padecen alteraciones psíquicas y psicosomáticas. Conceptualmente ayuda a organizar y a sistematizar alteraciones psicopatológicas en dimensiones sintomáticas; operativamente ayuda a valorar el cambio producido tras intervenciones psicoterapéuticas, así como a detectar e identificar síntomas psicológicos y psicosomáticos en individuos con enfermedades médicas, algo importante por su valor pronóstico en el tratamiento de la enfermedad. Por ello, resulta imprescindible no sólo para el diseño de tratamientos en trastornos psicopatológicos, sino también para desarrollar tratamientos apropiados para pacientes con trastornos médicos que presenten factores de riesgo psicosocial agravantes o mantenedores (Abuin & Rivera, 2014).

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