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Las enfermedades psicosomáticas


Enviado por   •  13 de Marzo de 2017  •  Resúmenes  •  17.808 Palabras (72 Páginas)  •  202 Visitas

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PREGUNTA DE INTEGRACIÓN

Desarrolle sobre Stress. Considere sus implicancias en las llamadas Enfermedades Psicosomáticas
¿QUÉ ES EL STRESS? El estrés es una de las conductas emocionales más ampliamente estudiadas en psicología. Es la respuesta del cuerpo  a condiciones externas que perturban el equilibrio de  una persona. Y como nuestra vida y nuestro entorno, están en constante cambio, nos exigen continuas adaptaciones; por lo tanto, cierta cantidad de estrés (activación) es necesaria.            En esta reacción participan casi todos los órganos, incluidos el cerebro, el sistema nervioso,  el corazón, el flujo de sangre, el nivel hormonal,  la  digestión y la función muscular.

Por lo tanto, el estrés no es forzosamente un fenómeno negativo, por el contrario en muchas ocasiones es un proceso normal de nuestro organismo. Por ejemplo, el sujeto responde ante la bocina de un auto con una respuesta de estrés (aceleración de la frecuencia cardíaca, agitación respiratoria, etc.), pero en este caso, esa respuesta no es necesariamente patológica. De esta forma, llega a los tejidos más cantidad de sangre, a consecuencia de lo cual, el sujeto se activa y el organismo es más capaz de responder de una forma rápida y eficaz.

Sin embargo, el estrés no siempre actúa de una forma adaptativa. Cuando estas medidas se mantienen elevadas por tiempos muy prolongados, o cuando estos incrementos se dan con una cierta frecuencia, entonces es cuando puede aparecer el riesgo de desarrollar determinadas enfermedades psicosomáticas.

Actualmente se utiliza la denominación   "psicosomático" para  expresar la relación  existente entre el cuerpo y la psique.  En términos generales, se entiende que una persona sufre somatizaciones cuando presenta uno o más  síntomas físicos y tras un examen médico, estos síntomas no pueden ser explicados por una  enfermedad médica. Además, pese a que la persona pueda padecer una enfermedad, tales  síntomas y sus consecuencias son excesivos en comparación con lo que cabría esperar. Todo  ello causa a la persona que sufre estas molestias un gran malestar en distintos ámbitos de su vida.

Las  enfermedades psicosomáticas más comunes son:

• Depresión

• Trastornos gastrointestinales

• Afecciones cardiacas

• Afecciones de la piel

• Ataques de pánico, trastornos de ansiedad

• Insomnio

• Cáncer

• Dolor de cabeza

• Disfunciones sexuales

• De los sentidos

• Esqueléticas (dolor de espalda, calambres, dolores reumáticos y ciertos casos de artritis.)

• Del aparato respiratorio: accesos de asma, rinitis, bronquitis

Los factores más frecuentes que favorecen su aparición son:


-Un estado de estrés permanente
-No expresar emociones vitales como la tristeza, la rabia, el miedo e incluso la alegría.
-Aislarse y no relacionarse con las  personas 
-No ser capaz de relajarse y descargar las tensiones de manera adecuada 
-Cuando las dificultades nos desbordan y no vemos una solución posible
-Cuando  descuidamos nuestra alimentación y la actividad física. 

La identificación de los factores psicológicos afectando las condiciones físicas  con la subsiguiente intervención temprana puede controlar los efectos adversos. Modalidades terapéuticas que ayudan en el tratamiento de estos factores psicológicos incluyen técnicas de relajación, el ejercicio físico, ejercicios de respiración, técnicas para manejar  estrés, técnicas de control de ira, yoga y la meditación. Otras  modalidades terapéuticas efectivas pueden ser terapia individual o grupal con algún  profesional de salud mental (psicólogo, y/o psiquiatra) y  la psicofarmacoterapia(medicamentos).

“La psicosomática como valor”

Roberto César Frenquelli

“...no seré pastor ni supulturero...”

 Así habló Zaratustra. Friedrich Nietzsche

1-

Presentación general:

Pienso a la Psicosomática como un conjunto de ideas cuya evolución a lo largo de la Historia primero, a lo largo de la Historia de la Ciencia después, ha tenido discontinuidades. Como parece ser  casi la regla para toda la actividad humana, si bien ha ido delineando una curva creciente de adquisiciones, dichas discontinuidades se patentizan en momentos de brillantez y otros de relativa oscuridad, de detenimiento.

Pienso a la Psicosomática primero con el insigne Hipócrates, de la griega Cos, con su capacidad observacional,  sus descripciones, su hábito por el registro, la comparación y su visión contextual del continuo naturaleza cultura. Sigo con Paracelso, ese errante hermosamente loco, como alegoría de la Modernidad, amigo de Erasmo, por su visión fuertemente crítica e innovadora. Y, por fin, en una apretada síntesis, que bien puede pasar por Sydenham y tantos otros, terminar en Freud y la Antropología que subtiende todo el Psicoanálisis.

Montado sobre estos carriles es que vengo a hablar de Psicosomática. En un sentido amplio. Como una concepción del hombre, antes que nada. Como un proceso de ideas, como un movimiento, que como todos ellos, tiene su ingerencia en el campo de la política,  en los asuntos públicos.

Rosario no ha estado ajena a esos quiebres y reinicios en este dominio. Nosotros también ostentamos, orgullosos,  figuras insignes. Allí esta la labor de Emilio Pizarro Crespo, seguramente el primer psicoanalista de nuestro medio, que en la década del cuarenta nos entregara ese libro tan actual llamado “Clínica Psicosomática”, junto a otro grande, Lelio Zeno. Por esas cuestiones afortunadas, un amigo me hizo llegar hace pocos días, una copia de “Psicología y Cirugía”, una producción de 1956, que si fuera leída ahora mismo, en este lugar, arrancaría vuestros aplausos de  admiración. Han sucedido y sucederán baches en el discurrir local. La historia de las últimas cuatro décadas me tienen ya por testigo. Sin haber llegado a las frecuentes querellas cual Paracelso, en medio de la escalada de las políticas neoliberales que han ido destruyendo incansablemente la Salud y la Educación, en medio del desorden de ese postmodernismo “apocaliptizante”, hemos sobrevivido. Y damos muestras constantes de cierta vitalidad que se reflejan en lo cotidiano de nuestras diversas actividades, en las facultades donde hacemos docencia, en nuestras instituciones, en los Hospitales, en nuestra producción escrita. Para quien quiera escucharnos en la conciencia de marchar en búsquedas posibles de transformaciones deseables.

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