CONTENIDO MANIFIESTO DEL SUEÑO Y PENSAMIENTOS ONÍRICOS LATENTES

CONTENIDO MANIFIESTO DEL SUEÑO Y PENSAMIENTOS ONÍRICOS LATENTES

Por Derlis Sánchez

En esta conferencia, Freud inicia definiendo la concepción del elemento onírico, así como la técnica para la interpretación del sueño. El elemento onírico “es algo no genuino, un sustituto de otra cosa, de algo desconocido para el soñante” (pág. 103). El conocimiento de aquello de lo cual el elemento onírico es un sustituto está presente en el paciente, pero, le es desconocida, inaccesible.

Por otra parte, la técnica radica en que “emerjan, por asociación libre sobre estos elementos, otras formaciones sustitutivas desde las que podemos colegir lo oculto” (pág. 103).

Lo oculto como “Inconsciente” para Sigmund Freud

Sigmund introduce en esta conferencia un nuevo término para referirse a lo oculto en el sueño: utiliza el concepto de inconsciente para referirse a todo lo “inaccesible a la conciencia del soñante”. Y, como antónimo, denomina conscientes a esos elementos oníricos mismos y a esas representaciones sustitutivas que fueron adquiridas por asociación a partir de ellos.

Obviamente con esta nueva significancia no busca establecer toda una nueva construcción teórica, pero Freud ve como algo… conveniente el utilizar estos términos para que el recorrido a establecer el significado del sueño sea… comprensible.

Ahora bien, si se toma la concepción del elemento onírico y se lo transfiere a la totalidad del sueño, se tiene que el “sueño como un todo es el sustituto desfigurado de algo diverso, de algo inconsciente, y la tarea de la interpretación del sueño consiste en hallar eso inconsciente” (pág. 103). En síntesis, el sueño es una totalidad desfigurada.

Reglas para el Trabajo de la Interpretación

Existen tres reglas que deben seguirse para dicho trabajo interpretativo:

• Hacer caso omiso de lo que el sueño parece querer decir, ya que nunca será eso lo inconsciente que se busca.
• Limitar el trabajo a la persona para que sólo evoque las representaciones sustitutivas sin reflexionar sobre ellas, sin hacer caso de cuán lejos nos lleve del elemento onírico.
• Aguardar a que lo buscado, es decir, lo inconsciente oculto, se “instale” por sí solo.

En estos puntos salta a la vista lo indiferente que es cuanto recordemos el sueño y con cuanta fidelidad. Esto se debe justamente a que el sueño recordado no es el sueño genuino, sino es un sustituto desfigurado. Mediante las evocaciones de otras formaciones sustitutivas se nos ayudará a “acercarnos a lo genuino, a hacer consciente lo inconsciente del sueño. Por tanto, si nuestro recuerdo es infiel, simplemente se debe a que se ha introducido en ese sustituto una desfiguración más” (pág. 104).

Las Objeciones durante el Trabajo Interpretativo del sueño

A pesar de explicar a la persona en cuestión la técnica interpretativa del sueño, surgen, de todos modos, ciertas objeciones para el trabajo interpretativo de parte de él al momento de comunicar las ocurrencias que tenga.

Dichas objeciones son cuatro:

1. Que la ocurrencia es muy trivial
2. Que es demasiado disparatada
3. Que dicha ocurrencia no viene al caso
4. O, que es muy penosa para manifestarla ante el analista

Todas estas objeciones anteriores mencionadas, durante el trabajo de la interpretación, se cumplen en contra de una resistencia cuyas exteriorizaciones son esas mismas objeciones y son justamente aquellas ocurrencias que querían sofocarse u ocultarse las que “se revelan sin excepción como las más importantes, las decisivas para descubrir lo inconsciente” (pág. 105).

Cuando Freud refiere esto en la conferencia, introduce un elemento gradual o… cuantitativo en lo que refiere a la resistencia. Menciona que cuando “la resistencia es escasa, el sustituto no está muy alejado de lo inconsciente; pero una resistencia mayor conlleva mayores desfiguraciones de lo inconsciente y, por tanto, una distancia mayor desde el sustituto hasta lo inconsciente” (pág. 106).

Es decir, que cuando existe muy baja o poca resistencia con aquello inconsciente (por ejemplo, algún deseo en particular) la desfiguración del sueño en baja y, por ende, es más “fácil” que una o unas pocas ocurrencias nos lleven desde el elemento onírico hasta su inconsciente. En cambio, si existe una mayor resistencia con respecto a ese deseo en particular, esas desfiguraciones serán mayores y se requerirá de extensas cadenas de asociaciones hasta llegar, después de un arduo trabajo, a lo inconsciente.

El Contenido Manifiesto del Sueño y los Pensamientos Latentes

En esta conferencia, Sigmund Freud introduce dos elementos indispensables como conceptos para el trabajo del sueño:

Al primero al cual nos referiremos, que son los contenidos manifiestos del sueño, son aquello que el sueño cuenta, como, por ejemplo, las imágenes, la historia, etc.; mientras que lo segundo es eso oculto a lo cual se debe llegar siguiendo las ocurrencias. Menciona que existen diversas relaciones entre estos dos elementos y Sigmund, mencionará en esta conferencia, tres de esas relaciones (la cuarta la describirá en la conferencia nº 10).

Cómo lo Manifiesto y lo Latente, se relacionan

Como mencioné anteriormente, en esta conferencia, Freud menciona tres de las cuatro relaciones entre el elemento manifiesto y los pensamientos latentes.

La primera relación, la encontramos a veces cuando el elemento manifiesto es como un pequeño “ingrediente” de los pensamientos latentes. Esto significa que una pequeña parte de lo inconsciente (lo pensamiento latente) ha llegado hasta el sueño manifiesto como un fragmento, y el trabajo interpretativo, lo que hace es completar este fragmento hasta formar un todo. Freud utiliza un ejemplo que refiere a lo soñado por una mujer cuando era una niña:

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