Caracteristicas De Un Buen Maestro
marceteyeye12 de Marzo de 2013
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CARACTERISTICAS DE UN BUEN MAESTRO
La vida de un niño es como un papel en blanco. Cada persona que pasa por su lado escribe allí algo. ¿Qué escribe usted en la vida de los niños alrededor suyo? Dios lo llama para que sea un buen maestro y escriba cosas de valor eterno.
Dios dispuso que los maestros ayuden a otros a aprender. Un maestro enseñar la lección más poderosa mediante el ejemplo de una vida santa. En esta lección nos concentraremos en algunas características del maestro, siguiendo el ejemplo del Maestro por Excelencia, nuestro amado Señor y Salvador Jesucristo.
1. El maestro y su experiencia con Dios
No se puede compartir lo que uno no ha experimentado. Teóricamente el maestro puede explicar muchas cosas; pero sólo puede impactar la vida de sus alumnos cuando respalda la teoría con experiencias personales.
Para el maestro cristiano, el nuevo nacimiento es su primera y gran experiencia con Dios. Para enseñar la Palabra de Dios hay que ser salvo y lleno del Espíritu Santo. Necesitamos la llenura del Espíritu Santo para que las cosas del mundo no hallen cabida. El egoísmo, la envidia y la hipocresía tendrán que dar media vuelta a la puerta del corazón, pues, ya estará ocupado por el Espíritu del Señor.
El apóstol Pablo dijo: “Yo sé a quién he creído” (2 Timoteo 1:12). Esa firme fe en el Señor y su Palabra debe caracterizar a cada maestro; no sólo en la clase con sus alumnos, sino cada día y en cualquier situación o lugar. Jesucristo dijo que somos la luz del mundo y que debemos glorificar a Dios con nuestras buenas obras (Mateo 5:14-16).
2. La sinceridad del maestro
La vida del maestro necesita ser transparente como la luz. Jesús fue sincero con sus seguidores; no hubo “engaño en su boca” (Isaías 53:9). Día tras día los discípulos compartieron con Él la abundancia y la escasez, la alegría y el dolor, la aclamación de los admiradores y las burlas de los enemigos. Ellos lo conocieron en la intimidad del hogar y entre grandes multitudes, y nunca lo vieron actuar con hipocresía.
Para guiar a un niño a Cristo usted tiene que llevar una vida santa y pura, sin engaño. Cada día necesita estar cerca al Señor, para escuchar hasta el más leve susurro de su amor. Sea donde fuera, y en cualquier circunstancia, debe mantener la cabeza en alto, para poder mirar a los ojos de sus alumnos sin sonrojarse o tener que bajar la vista. Sus hechos y sus palabras deben armonizar en una bella sinfonía que honre al Salvador.
3. La comunión diaria con Dios
Dijo un alumno: “Primero llegué a amar a mi maestro; luego llegué a amar la Biblia de mi maestro; después llegué a amar al Salvador de mi maestro.” ¿No es eso lo que deseamos ver como resultado de nuestro esfuerzo? Ya lo creo, porque no hay mayor felicidad que guiar a un niño a los pies de Jesucristo.
Para llevar una vida ejemplar y fructífera es indispensable desarrollar una diaria e íntima comunión con Dios mediante la oración y el estudio de su Palabra. Mediante la oración el maestro habla con Dios. A través de la lectura de la Palabra el maestro “escucha” a Dios. Aparte un tiempo específico cada día para desarrollar una vida de comunión con Dios, preferiblemente en la mañana. Pida como el salmista: “Abre mis ojos y miraré las maravillas de tu ley” (Salmo 119:18).
4. La comunión con los hermanos
Como hijo de Dios y maestro cristiano, usted forma parte de una gran familia. Tiene hermanos en cada país del mundo. Aprenda a vivir en paz con ellos (Salmo 133:1).
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