Clinica De Lo Infantil

INTRODUCCIÓN…

Para comenzar este ensayo clarificamos que todo lo aquí expuesto son afirmaciones ya expuestas por el psicoanalista colombiano Mario Elkin.

Entre lo que se expresa en el presente ensayo encontramos temas como: la concepción del término adolescencia, que sus raíces vienen desde el verbo latín “adolesco”, también vemos como el psicoanálisis considera tiempos lógicos y no cronológicos en la etapa de la adolescencia, pues no existe una edad predeterminada para que ocurran ciertos cambios.

Otro punto importante del que escribo aquí es la extrañeza con la que el sujeto al entrar a ese tiempo lógico percibe su cuerpo, como es que lo desconoce, lo ve extraño a él, pues veía familiar a su cuerpo de niño.

En este tiempo también se explica que en el sujeto existe una duda constante, pero a la vez tiene una fuerte sed de vivir, que es la que lo orienta a soltarse de los lazos familiares para salir a la sociedad.

En cuanto al tema de la sexualidad, las zonas erógenas recobran una nueva significación y vemos como el placer pasa del autoerotismo para trasladarse la sexualidad involucrada al cuerpo del otro.

Y para finalizar el último punto del que escribo es de la responsabilidad que existe o debería existir en el adolescente.

DESARROLLO…

En latín, la palabra adolescencia proviene del verbo adolesco, el cual expresa: el crecer, desarrollarse, desenvolverse la razón, etc. Pero desde el psicoanálisis lacaniano, la concepción del adolescente esta vista desde un tiempo lógico en vez de cronológico, pues el tiempo en cual el adolescente se sitúa es un “ya no niño” y un “todavía no adulto”, pues jamás podrá regresar a su infancia y la adultez para él todavía no llega.

Este tiempo se caracteriza por una inmensa sed de vivir, pero también por una enorme sensación de duda y desorientación respecto a la vida y al camino que hay que recorrer. Es esta sed de vivir lo que lo desorienta y lo suelta de los lazos familiares y a su vez de la autoridad de los padres para avanzarse hacia nuevos vínculos en la sociedad y en los contextos en los que empieza a desenvolverse.

Por otra parte comienzan las perturbaciones por la imagen corporal, pues la imagen infantil se desdibuja y viene otra menos grata para el adolescente, estos cambios radicales el psicoanalista Elkin los considera como una metamorfosis, en la que el cuerpo que le era familiar al sujeto se le vuelve extraño, ominoso y ahora tienen que crearse una nueva ficción que concierne su cuerpo. Para empezar a darle a dicho cuerpo una estructura de lenguaje y que se le vaya considerando como la representación de él mismo frente a su vida social, que envié y conteste mensajes de amor, de deseo de agresividad hacia los demás, en otras palabras tiene que lograr un cuerpo unificado y apalabrado socialmente.

E incluso comienzan a tatuar o perforar algunas zonas del cuerpo todo esto con la finalidad de comunicarse con el Otro a través de él.

Las perturbaciones en la imagen corporal, no solamente se dan de tipo esquizofrénico, sino también desde la clínica del vacío que se relaciona a la reflexión de la anorexia y la bulimia.

En cuanto a su sexualidad las zonas erógenas recobran una nueva significación y empiezan a salir del autoerotismo para trasladarse al disfrute de la sexualidad involucrada en el cuerpo del otro.

En esta metamorfosis lo que muta no es solo el organismo del adolescente, sino también la construcción imaginaria y simbólica de su cuerpo, por consecuente sus pulsiones parciales se exacerban, se intensifican aun que se encuentren subordinadas en la zona genital, y le exigen con gran carga al psiquismo que busque en la realidad ese objeto para envestirlo y desahogar esa carga pulsional y así poder lograr el grado de satisfacción esperado.

Y son dichas pulsiones lo que hace que el adolescente se angustie ante el fracaso de la represión. En ese tiempo, la sexualidad hace un agujero en la construcción imaginaria y simbólica con la que el adolescente crea su cuerpo.

Sin embargo no existe saber en lo real, que transmita a la cría humana dotada de pulsiones, como conducirse frente a su pareja sexual. Es el sujeto quien en ese momento lógico debe crear la invención de nuevas salidas para enmarcar dicho goce, unas salidas que no dejen de clasificarse como: neurótica, psicótica o perversa.

En el

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